Uno de los problemas mas comunes por los que pasan las mujeres embarazadas tiene que ver con los pies. Es habitual que las piernas y los pies se hinchen, normalmente a partir de la semana 30 de gestacion. El edema, como tambien se conoce a esta hinchazon, supone un verdadero problema para muchas mujeres que incluso deben comprarse una talla mas de calzado para poder ir comodas.
La hinchazon se produce porque durante el embarazo los vasos sanguineos se dilatan y se produce un aumento en el volumen de la sangre, esto hace que el agua que contiene la sangre salga de los vasos y acabe en el tejido que los rodea.
Esta retencion de liquidos se concentra especialmente en piernas y pies debido al efecto de la gravedad.
Hinchazon en los pies: un problema muy habitual en el embarazo
Si a este motivo fisiologico, propio del embarazo, le sumamos otros factores como estar mucho tiempo sin mover los pies, las varices, un aumento de peso excesivo o el calor del verano, el efecto del edema se agrava aún mas. Para evitar que esta inflamacion llegue a ser un problema podemos tomar algunas medidas.
Hacer ejercicio es muy recomendable ya que ayuda a que la sangre fluya, por eso tampoco hay que estar mucho tiempo de pie en la misma postura y sin mover las extremidades, si estamos sentadas se pueden rotar los tobillos para mantener la circulacion activa. Reducir el calor es otra de las medidas, se ha comprobado que las embarazadas de invierno sufren mucho menos este problema. Y por último comprobar el peso y la tension arterial.
Por todos estos motivos es tan importante que las embarazadas tengan especial cuidado a la hora de elegir calzado. En contra de la creencia general es mejor un zapato con algo de tacon que plano del todo, pese a que este es el tipo de calzado habitual en las embarazadas. Y es que según avanza el embarazo, aumenta el peso y la curva lumbar se pronuncia, todo ello provoca un cambio en el eje de gravedad y por tanto mayor probabilidad de caidas. Asi el tacon bajo y ancho seria el mas adecuado para mantener una postura ergonomica y asegurar la estabilidad.
Un poco de tacon es muy comodo, mejor que todo plano
Entre 2 y 4 centimetros es lo adecuado aunque si en algún momento puntual necesitamos utilizar un tacon mayor no habria problema, siempre que tengamos cuidado ya que nuestro equilibrio ha cambiado.
En lo que respecta a los tejidos, lo mejor es que sean naturales y flexibles. Un zapato rigido no se adapta al pie y en el caso de la embarazada, este va a ir cambiando, unas veces estara mas hinchado, otras menos y según pasen los meses necesitara mayor seguridad al caminar. Lo fundamental es que sean comodos y se adapten a la forma de nuestros pies, sin rozaduras ni estrecheces. Tambien puede que sea necesario comprar una talla mayor a la habitual, esto no debe suponer ningún problema ya que lo importante es la comodidad.
Hoy en dia existen gran variedad de modelos, hay marcas especializadas en calzado ergonomico, transpirable, que siguen las tendencias actuales, de esta forma podremos ir comodas sin renunciar a la moda.
Se recomienda un calzado de horma ancha para aumentar asi la base de apoyo. De esta forma, ganamos algo de estabilidad y favorecemos el equilibrio disminuido de la gestante. Ademas deben evitarse los tejidos sinteticos cuya elasticidad es mas reducida. Son preferibles los tejidos naturales y semisinteticos con cierta flexibilidad que permitan adaptarse a la forma del pie. Si empleamos tejidos demasiado rigidos se favorecera el desequilibrio ya que apareceran zonas de compresion, pequenas rozaduras y molestias que producen una alteracion en la actitud de apoyo y favorecen las caidas.