Durante la etapa de crecimiento, los minerales y vitaminas para niños juegan un papel fundamental en su desarrollo. ¡La alimentación junto con los hábitos saludables que adopten contribuirán a fortalecer su organismo y determinarán su salud durante la etapa adulta!
Las vitaminas son unas sustancias orgánicas que necesita el organismo para funcionar a todo rendimiento. Intervienen en reacciones químicas esenciales para garantizar un correcto crecimiento y desarrollo celular. De ahí su gran importancia para los niños desde que nacen.
Se encuentran de forma natural en los alimentos y la manera más recomendable para obtenerlas es mediante la alimentación equilibrada. No obstante, no son todas iguales, ni tampoco cumplen la misma función. Cada una de las vitaminas para niños se ocupa de reforzar un aspecto en su salud.
Para clasificar las diferentes vitaminas se emplean letras del alfabeto: vitamina A, B, C, D, E, K y F.
Pueden clasificarse en dos grupos: las que se disuelven en agua (hidrosolubles): B y C; y las que se diluyen en grasa o liposolubles: A, D, E, K y F. A su vez, dentro de la vitamina B hay varios subtipos (B1, B2, B5…).
Cada vitamina tiene una función y, su carencia, da unos problemas diferentes. Así por ejemplo, la vitamina A es importante para visión; la vitamina C, presente en muchas frutas y hortalizas es importante para la unión entre las células (y la correcta formación de la dentina de los dientes, los huesos y los vasos sanguíneos), la vitamina D es fundamental para la formación de los huesos y el metabolismo calcio fósforo y la vitamina K está implicada en la coagulación.
¿Porqué no es bueno que falten vitaminas en la dieta de los niños?
Como hemos adelantado, las vitaminas son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro metabolismo y su carencia origina problemas. Nuestro cuerpo no puede fabricarlas, por lo que debemos obtenerlas de la dieta o, en el caso de la vitamina D, también del sol. Dependiendo de cuál falte, los problemas serán diferentes.
En los países desarrollados, las enfermedades por déficit de vitaminas son raras. Pueden verse en algunos niños que hagan dietas muy estrictas o con algunas enfermedades concretas que dificulten la absorción de las vitaminas.
La falta de vitamina A puede originar ceguera y problemas inmunitarios. La falta de vitamina C origina una enfermedad llamada escorbuto, que cursa con hemorragias, debilidad y anemia. La falta de vitamina D origina raquitismo en niños (falta de crecimiento, deformidades en los huesos). La falta de vitamina K puede dar lugar a enfermedades hemorrágicas.
¿El exceso de vitaminas en niños también puede resultar perjudicial?
Sí, tomar estas vitaminas en cantidades muy, muy superiores a las habituales puede suponer un problema. Esto es más probable en el caso de vitaminas liposolubles.
Así, el exceso de vitamina A puede dar un cuadro de intoxicación agua (vómitos, irritabilidad, somnolencia…) o bien dolores óseos, picores, lesiones en piel si el exceso se produce de forma crónica; y el exceso de vitamina D puede ocasionar fatiga, nauseas, dolor de cabeza, o síntomas más graves como hipertensión arterial e insuficiencia renal.
¿Porqué necesitan los niños vitaminas?
Hemos dicho al inicio del post que las vitaminas son imprescindibles para el metabolismo de los seres vivos y, además, que nuestro cuerpo no puede fabricarlas por sí mismo. Así que sí, los niños necesitan tomar vitaminas. Pero esas vitaminas necesarias las obtienen con una dieta normal variada y una exposición controlada al sol.
Lo que no necesitan los niños habitualmente son preparados farmacológicos (suplementos) de vitaminas, porque en nuestro medio (país desarrollado), los déficits de vitaminas son raros y con una dieta sana y variada se consiguen las cantidades necesarias de vitaminas.
Excepciones: quiénes sí necesitan suplementos vitamínicos
Sin embargo, tenemos cuatro excepciones fundamentalmente
- Los recién nacidos (que necesitan recibir vitamina K),
- Los menores de 12 meses (que necesitan recibir vitamina D)
- Los niños que hacen dietas restrictivas (dentro de este grupo encontraríamos a los vegetarianos y veganos, que necesitan tomar vitamina B12)
- Enfermedades que dificultan la absorción de determinadas vitaminas. Por supuesto, también deberemos tomar suplemento vitamínico si el médico ha detectado un déficit en una o varias vitaminas en una analítica (aunque esto suele ser por alguna de las situaciones previas).
1. Los recién nacidos tienen riesgo de desarrollar una enfermedad hemorrágica precoz por falta de vitamina K. Por ello, se les administra vitamina K en las primeras horas de vida (habitualmente mediante inyección intramuscular).
2. Los menores de un año tienen riesgo de déficit de vitamina D. Recuerdo aquí que la gran mayoría de la vitamina D se obtiene a través del sol, y a los bebés no se recomienda exponerles al sol. Además, tanto la leche materna como la fórmula contienen poca vitamina D. Por eso, a los menores de un año se recomienda suplementarles con 400 unidades de vitamina D si toman lactancia materna o si reciben menos de un litro de leche de fórmula al día. A partir de esa edad, sólo algunos grupos concretos pueden necesitar suplementos y el pediatra se encargará de pautarlos. La mayoría de niños en nuestro medio pueden obtener las cantidades necesarias de vitamina D mediante la dieta y exposición moderada al sol.
3. Los niños que siguen dietas veganas y vegetarianas necesitan recibir suplementos de vitamina B12, pues esta vitamina no se encuentra en productos de origen vegetal.
4. Algunas enfermedades (por ejemplo, la fibrosis quística), pueden cursar con malabsorción de una o varias vitaminas; en estos casos, sí están indicados los suplementos, lógicamente.