bebé dormidoTener rutinas de sueño saludables es fundamental para ayudarle a tu bebé a dormir de manera reparadora y descansar. Las rutinas lo preparan para el momento de ir a la cama, ayudan a relajar su cuerpo y su mente, a la vez que ayudan a crear un ambiente de sueño agradable. Además, también son un aliado muy favorable para ayudarle a entender la diferencia entre el día y la noche, asi como a crear hábitos de vida saludables desde una temprana edad.

A los 4 o 5 meses el ritmo circadiano del bebé se encuentra más dearrollado, lo que indica que es un momento ideal para comenzar a crear rutinas que le ayuden a conciliar el sueño y a tener un descanso realmente reparador. El momento para establecer una rutina de sueño en el bebé puede ser variable, ya que cada pequeño es un mundo diferente, pero por norma general, los bebés tardan cerca de dos meses en adaptarse a estas rutinas y regular su sueño. A continuación te daremos algunos consejos que pueden ayudarte en ese proceso:

1. Crea un ambiente tranquilo

Uno de los elementos fundamentales en una buena rutina de sueño es el entorno. Es importante que el dormitorio del bebé esté a una temperatura agradable que fomente el sueño y, preferentemente, oscuro o con una luz amarilla muy tenue. Si a tu bebé le gusta la música puedes poner de fondo una nana, una música relajante o ruido blanco que incite a dormir. Y, en la medida de lo posible, evita utilizar ese espacio de sueño con otros fines a lo largo del día. De esta manera, cuando el pequeño esté en su habitación, sabrá que ha llegado el momento de dormir.

2. Dale un baño relajante a tu bebé

Tomar un baño es uno de los hábitos que más disfrutan los niños durante el día. Sin embargo, también puede convertirse en un recurso para ayudarle a conciliar el sueño ya que le ayuda a relajarse. Por tanto, otra buena idea para crear una rutina de sueño consiste en darle un baño al bebé, ya sea antes o después de cenar, que le ayude a prepararse para ir a la cama. Para ello, prepara el baño a una temperatura agradable y calienta el agua a la misma temperatura del cuerpo del pequeño, entre 35ºC y 37ºC. Eso sí, en este momento evita los juegos que puedan alterar al bebé y, en su lugar, apuesta por pasarle la esponja delicadamente o dejarle caer agua en la cabecita.

3. Dale un masaje relajante

Los masajes y las caricias son una de las rutinas de sueño que los bebés adorarán. No solo le ayudarán a prepararse para dormir, sino que pueden tener efectos beneficiosos en su piel, tono muscular y desarrollo emocional. Lo ideal es hacerlo después de la hora del baño, pero también puedes intentarlo justo antes de llevarlo a la cama. De ser posible, utiliza una crema o aceite hidratante que proteja su delicada piel y, además, le brinde una mayor sensación de bienestar. Empieza por la barriga, luego las piernas, brazos, manos y, por último, la carita. La sesión puede durar unos 10 o 15 minutos.

4. Léele un cuento o cantale una canción de cuna

Leer un cuento infantil o cantar una canción de cuna puede ser otra buena idea para establecer una rutina de sueño regular y saludable. Puedes probar ambos métodos y elegir el que prefiera tu bebé o, si les gustan ambos, intercalarlos según el día. Eso sí, más allá de la elección de la historia y la canción, es importante el tono de voz que emplees. Lo ideal es que utilices un tono bajo, neutro y lo más pausado posible, evitando elevar la voz ya que podrías reactivar al pequeño. Una vez que notes que el bebé empieza a mostrar los primeros signos de cansancio y sueño, puedes seguir unos minutos más y dejar que se duerma en silencio.

5. Siempre a la misma hora

Para que una rutina de sueño sea realmente efectiva no solo es importante contar con hábitos cotidianos que fomenten el descanso, sino que también es fundamental establecer un horario. Por tanto, establece horarios regulares que ayuden al bebé a desarrollar su propio ritmo circadiano y conciliar el sueño cada día más o menos a la misma hora. Para ello, no solo debes tener en cuenta el momento de ir a la cama, sino también la hora de la cena y las actividades que hagáis durante la tarde, de manera que el cuerpo del pequeño se vaya preparando para dormir desde mucho antes.