La mayoría de los padres son conscientes de la importancia de una buena alimentación para el crecimiento infantil. Por eso se preocupan tanto cuando los niños no quieren comer o se alimentan muy poco ya que consideran que este hábito puede interferir en su adecuado desarrollo. De ahí que muchas veces decidan recurrir a los complementos nutricionales como alternativa para brindarles las vitaminas y minerales que necesitan para crecer fuertes y saludables.
Sin embargo, los suplementos nutricionales no son siempre la mejor opción. Si bien en ocasiones pueden ser útiles para suplir determinadas carencias de nutrientes, lo cierto es que no deberían convertirse en la alternativa por elección a una dieta sana y equilibrada. Te explicamos cuándo pueden ser útiles y en qué circunstancias deberías evitar este tipo de complemento en los más pequeños de casa.
¿Cómo pueden ayudar los suplementos nutricionales a los niños?
Ya sea porque no llevan una dieta equilibrada y saludable o porque sufren alguna intolerancia que les impide absorber los nutrientes de los alimentos, a veces los niños pueden padecer deficiencias nutricionales. La carencia de hierro, calcio y vitamina D y B12 son las más comunes, pero no son las únicas. En la mayoría de los casos, estas carencias se solucionan a medida que los pequeños crecen, pero a veces pueden desencadenar en alteraciones de salud más serias como la anemia, el raquitismo, problemas en el crecimiento adecuado de los huesos, debilidad muscular e incluso, dificultades en el aprendizaje.
En estas situaciones, los suplementos nutricionales pueden convertirse en un buen aliado ya que ayudan a restaurar los niveles de vitaminas y minerales. De esta manera, no solo contribuyen a que los niños se recuperen antes sino que favorecen su adecuado desarrollo. Asimismo, los complementos nutricionales pueden convertirse en un recurso útil para fortalecer el sistema inmunitario infantil, ayudándoles a enfermar menos y/o hacer frente a infecciones comunes como la gripe o el resfriado. En algunos casos, también pueden ser de ayuda para contrarrestar algunas alteraciones como los problemas de concentración, la falta de energía o la apatía.
¿En qué casos deberían los niños recurrir a los suplementos nutricionales?
Es importante tener en cuenta que si bien los complementos nutricionales pueden ayudar a los niños a suplir determinadas carencias y estimular su crecimiento, siempre se deben consumir bajo prescripción médica. El pediatra es el profesional encargado de evaluar el estado de salud de los pequeños para detectar posibles estados carenciales y recomendar el consumo de suplementos nutricionales. Su prescripción es habitual en los siguientes casos:
- Situaciones carenciales en las que los niños presentan deficiencias nutricionales que afectan su desarrollo. Es común en los casos de malnutrición, ingesta insuficiente de nutrientes o limitación en la absorción de los mismos. También en los casos en los que existe una ingesta nutricional insuficiente a través de la dieta.
- Enfermedades crónicas que requieran una dosis de nutrientes adicional, como en las nefropatías, las cardiopatías, problemas digestivos o metabólicos. También en los casos en los que los niños sufren una enfermedad a causa de una carencia nutricional, como en el caso de la anemia, el raquitismo o la descalcificación.
- Períodos especiales del crecimiento en el que se requiere un aporte adicional de nutrientes como puede suceder en las épocas de estrés escolar, durante una recuperación postoperatoria o en períodos de apatía y falta de energía.
- Circunstancias especiales que requieran una ingesta nutricional complementaria como en los casos en los que los niños lleven una dieta vegana o vegetariana y necesiten una dosis extra de determinadas vitaminas y minerales. Los suplementos también pueden ser útiles en los niños que están formándose como deportistas y tienen un gasto energético mayor.
El lado oscuro de los suplementos nutricionales, ¿por qué es importante regular su consumo?
La mayoría de los expertos coinciden en que un niño sano con una dieta equilibrada y saludable no necesita suplementos nutricionales ya que obtiene las vitaminas y minerales que necesita a través de los alimentos que consume a diario. En estas situaciones, complementar la alimentación infantil con suplementos nutricionales no solo es innecesario sino que puede ser contraproducente y ocasionar problemas de salud. Es importante tener en cuenta que en la mayoría de los casos el cuerpo infantil elimina el exceso de vitaminas y minerales, pero en ocasiones estos pueden quedarse atrapados en el organismo y causar alteraciones más o menos graves.
Por ejemplo, se conoce que el exceso de vitaminas liposolubles como la A, D y K se acumulan en el hígado y el tejido adiposo durante meses, pudiendo causar diversas complicaciones. Un informe de la Asociación Española de Pediatría reveló que el consumo excesivo de vitamina D en la infancia puede provocar hipercalcemia, estreñimiento, irritabilidad, fatiga, cansancio, cefalea, pérdida de peso y arritmias mientras que se conoce que la hipervitaminosis A puede causar pérdida del cabello, aumento de las concentraciones de calcio en sangre y debilitar los huesos y el exceso de flúor problemas en las tiroides.