Si te encuentras lactando a tu bebé, lo más probable es que en alguna ocasión hayas tenido dudas acerca de tomar o no un medicamento, vacunarte o tomar algún tipo de multivitamínico, ya que temes que puedan estar contraindicados en la lactancia y por ende, le hagan algún tipo de daño a tu pequeño.
Cabe resaltar, y para tranquilidad de muchas mamás lactantes que, hay muy pocas situaciones que contraindiquen la lactancia, pero lamentablemente todavía hay profesionales que la desaconsejan al momento de iniciar un determinado tratamiento que podría resultar compatible y seguro.
En parasubebe queremos despejar algunas dudas que pueden surgir al momento de comenzar a tomar un medicamento cuando estamos amamantando a nuestros bebés. Aunque cabe resaltar que cualquier medicamento, incluso los que pueden adquirirse sin receta, deben estar siempre recomendados por un especialista de confianza, especialmente durante el embarazo y la lactancia.
Uso de medicamentos y antibióticos
Ningún medicamento (ni siquiera los adquiridos sin receta) se deberían tomar por cuenta propia sin consultar previamente con el médico. Pero esta condición es más imprescindible aún si cabe cuando estamos embarazadas o en periodo de lactancia.
- Ciertos analgésicos y antiinflamatarios habituales para tratar dolencias comunes (dolor de espalda, cefaleas, dolor de muelas, síntomas catarrales, inflamación de articulaciones…), como el paracetamol o el ibuprofeno son compatibles con la lactancia. No ocurre lo mismo con el nolotil, que desde hace unos meses no se considera seguro durante la lactancia.
En cuanto al uso de la aspirina durante la lactancia se considera “bastante seguro, con riesgo leve o poco probable”. Pero hay que tener en cuenta que se excreta en pequeñas cantidades en leche materna, por lo que siempre podemos recurrir a alternativas más seguras como el paracetamol o el ibuprofeno.
- También son seguros algunos antibióticos habituales, como la amoxicilina, penicilina, amoxicilina con clavulánico o azitromicina.
- En caso de tener que recurrir a corticoides de uso tópico, inhalado, intraarticular o en enema. Si este tipo de medicamentos se requieren para tratar eczema o dermatosis del pezón “conviene elegir el corticoide menos potente, aplicarlo justo al acabar la toma para que se haya reabsorbido antes de la siguiente, y en caso necesario retirar restos con una gasa y no utilizar durante más de una semana seguido”.
- Algunos de los antihistamínicos recetados en caso de alergia son compatibles y seguros durante la lactancia. Tal es el caso de la loratadina o la cetirizina, por poner algún ejemplo. Pero hay otros cuyo riesgo es elevado y no se recomienda.
- En el caso de ser necesario el uso de analgésicos opioides es muy importante consultar con el médico las diferentes opciones que hay, pues algunos constituyen un riesgo alto para la lactancia.
Uso de bálsamos y descongestivos
Mención aparte merecen aquellos productos cuyos principios activos son utilizados habitualmente como descongestivos o expectorantes. Tal sería el caso del conocido Vicks Vaporub, que lleva entre sus componentes alcanfor, eucalipto, lingroina y menta.
- Alcanfor: es de riesgo alto para la lactancia
El alcanfor es muy tóxico en pequeñas dosis, especialmente en niños, provocando cefalea, vómitos, convulsiones y coma. Nunca se debe administrar por vía oral. No es un producto adecuado para utilizar durante la lactancia y en cualquier caso no se debe aplicar sobre el pecho materno pues han ocurrido intoxicaciones graves en niños con pequeñas cantidades ingeridas o aplicadas en los orificios nasales
- Eucalipto: es de riesgo alto para la lactancia.
Debido a la toxicidad de su aceite esencial, no es prudente emplearlo durante la lactancia fuera de un uso muy ocasional y moderado. Confiere olor y sabor característicos a la leche que podría extrañar al lactante. El uso tópico es compatible con la lactancia a condición de no aplicarlo sobre el pecho
- Menta / Mentol: es de riesgo muy bajo para la lactancia, y en e-lactancia podemos leer lo siguiente
Dada su falta de toxicidad a dosis correctas y el escaso paso demostrado de su producto activo, el mentol, a leche materna, el consumo moderado sería compatible con la lactancia
Tomar píldora anticonceptiva
Se suele pensar, erróneamente, que mientras se está dando pecho la madre no puede quedar embarazada porque no se produce la ovulación. Pero hay muchos matices que deben ser tenidos en cuenta, y que hacen que la reaparición de la regla tras el parto no sea igual en todas las mujeres.
Si de todos los métodos anticonceptivos que existen has decidido tomar la píldora, antes debes asegurarte de los diferentes tipos que hay para elegir el compatible con la lactancia:
- Píldora combinada a base de progestina (derivada de la progesterona) y estrógenos. Durante la lactancia se desaconseja emplear anticonceptivos con estrógenos pues bajan la producción de leche. Es mejor utilizar anticonceptivos solo con progestágenos o, en su defecto, combinados con la mínima cantidad de estrógenos posible.
- Píldora libre de estrógenos que solo contiene progesterona. La progesterona no reduce la producción de leche ni afecta a la lactancia. Basta con mirar la composición para confirmar que el componente que llevan es solo este y tendremos seguridad de que no afectarán en modo alguno a la lactancia de nuestro bebé.
Consumo de ansiolíticos y antidepresivos
Por supuesto, el uso de este tipo de medicación tiene que estar pautada y controlada por el médico, y nunca dejar de tomarla o variar las dosis por cuenta propia. Además, mientras dure el tratamiento deben tenerse en cuenta aspectos importantes como el aumento de somnolencia en el paciente. Por ello, desde e-lactancia aconsejan “no compartir cama con el bebé si se está tomado este medicamento debido a riesgo incrementado de asfixia o muerte súbita del lactante”
Aplicación de vacunas
Ya sea porque correspondan por edad o por determinadas circunstancias personales o familiares (por ejemplo, tener un hijo en grupo de riesgo) puede haber vacunas que la mujer necesite ponerse durante el periodo de lactancia. Y ante esta situación es frecuente preguntarse: ¿las vacunas que recibe la madre son seguras para el bebé amamantado, o pueden afectar a la calidad de su leche?
La vacuna de la fiebre amarilla, que debe administrarse cuando se viaja a regiones del mundo donde la enfermedad está presente. Esta vacuna contiene virus vivos que se transmiten a través de la leche, por lo que en líneas generales sería conveniente evitarla durante la lactancia.
Sin embargo, los expertos matizan que si la madre no puede evitar viajar a zonas endémicas, la vacunación debe ser llevada a cabo, pues el riesgo para el bebé de exponerse a este virus vacunar es menor que el que asumiría la madre al exponerse a la enfermedad. Otra opción a barajar si el bebé tiene menos de nueve medes de edad, sería sacarse la leche y desecharla durante los 14 días posteriores a la vacunación, que es el tiempo que dura la eliminación viral.
La vacuna de la varicela es segura durante la lactancia, pero en raras ocasiones se asocia con la presencia de un exantema contagioso en la zona del pinchazo. Si esto ocurre, bastaría con cubrir la erupción con un apósito o con ropa para evitar el contacto directo con el bebé.
Complejos vitamínicos
Aunque por protocolo suele ser habitual mandar complejos vitamínicos a la madre durante la lactancia, lo cierto es que en líneas generales, la única vitamina necesaria durante la lactancia es el yodo, pues su déficit puede afectar al desarrollo psicomotor e intelectual de los niños.
Según leemos en e-lactancia: “las necesidades diarias de yodo son de 100 a 150 microgramos diarios y suben en embarazo y lactancia a 250-300 microgramos, por lo que la mayoría de expertos y organizaciones sanitarias recomiendan suplementos de entre 100 y 200 microgramos diarios según regiones”.
Todo medicamento lo debe recetar un profesional. Respetando este principio, casi todos los medicamentos se pueden tomar durante la lactancia. Muchas veces en los folletos de los medicamentos juntan las precauciones del medicamento en el embarazo con la lactancia, o usan expresiones que asustan (“No se ha demostrado su seguridad durante la lactancia”, etc.). No obstante, muchas veces la madre desteta sin ninguna necesidad o deja de tomar el medicamento.