¿Sabias que, en contra de lo que se cree la placenta no migra y no cambia de posicion? Ella se adhiere a un lugar especifico del útero y de ahi pareciera movilizarse a medida que crecen las paredes uterinas, pero en realidad no se mueve.

Seria maravilloso que pudiera migrar a donde le digamos cuando esta atravesada en el canal del parto (placenta previa), sin embargo tiene otras bondades maravillosas que les voy a detallar a continuacion. Pero ¡pilas! Estoy segura que llegara el dia en que le podamos ordenar a la placenta su ubicacion ideal y, no solo eso, llegara el dia en que podamos ‘programar a la placenta’. Y, tambien, anadirle cualidades o quitarle defectos de manera que podamos evitar enfermedades gravisimas como la preeclampsia, cuyo origen esta muy asociado a la placenta. 

O, quizas, vamos a poder regular los canales que transportan mucha glucosa hacia el hijo de una madre diabetica como si fuera el canal de Panama, controlando todo lo que envie la madre a su bebe, y desechando todas las toxinas, como esa cerveza que no debiste tomarte a tus 24 semanas de embarazo o eliminando esa nicotina que respiraste cuando tu amiga, la chimenea, no pudo evitar fumarse un cigarrillo en presencia de la gestante.

Pero aunque no hemos llegado a la era de la programacion placentaria, este organo maravilloso cumple montones de funciones fundamentales para el desarrollo saludable del bebe y para la proteccion del binomio madre-feto.

¿De qué se compone la placenta?

La placenta está formada por un componente materno (que es una transformación de la membrana o mucosa uterina) y otra parte de origen fetal (trofoblasto). El lado fetal de la placenta está compuesto por cientos de vasos sanguíneos entrecruzados. En la evolución del trofoblasto se genera la placa coriónica con los distintos componentes placentarios.

La porción materna es la parte más externa de la placenta, en contacto con la pared uterina, por lo que se llama placa basal. Consiste en tejido embriónico así como tejido materno (la decidua basal con los vasos y glándulas uterinas).

¿Dónde se sitúa la placenta?

Una vez implantada y bien sujeta en la pared uterina, la placenta no se mueve. Puede desplazarse y cambiar de ubicación dentro del útero, ya que éste es como un globo que se hincha a lo largo de los nueve meses de gestación.

Normalmente la placenta está en la cara anterior o posterior del útero, sin interferir o taponar el cuello uterino que es por donde ha de nacer el bebé atravesando el canal del parto. Se le llama placenta previa cuando la placenta está insertada en la parte baja del útero.

La placenta previa puede ser oclusiva, si tapona por completo el cuello del útero o no oclusiva, si el taponamiento no es total.

¿Cuánto vive la placenta?

Como todo órgano, la placenta tiene un proceso biológico: nace, crece y muere. ¿Y hasta cuándo vive la placenta? Tanto como el embarazo: aproximadamente 40 semanas. Crece durante todo el embarazo, aunque en las últimas semanas del mismo se estanca.

A partir de las 41ª semana hay más riesgo de que no funcione correctamente y deje de transmitir los nutrientes que el bebé necesite para crecer, es lo que se denomina “placenta envejecida o vieja”.

Cuando acaba la gestación la placenta suele medir 1,5-3 centímetros de grosor y de 15-20 centímetros de diámetro y pesa alrededor de 450-550 gramos, sin tener en cuenta el cordón umbilical al que está unida.

El parto no finaliza hasta que la madre no expulsa la placenta, es decir, hasta la última fase del parto, llamada “alumbramiento”, en la que sigue habiendo contracciones.

Una vez que sea expulsada se deberá controlar que esté completa, ya que si han quedado restos en el interior del útero podrían presentarse complicaciones. Y además se controla el estado de la placenta la cual puede dar pistas sobre el estado del bebé.