La cebolla es una hortaliza que pertenece a la extensa familia de las liliáceas, al igual que el ajo, con el que comparte algunas propiedades. Conocida desde tiempo inmemorial, la cebolla es alimento y a la vez un excelente medicamento natural.
La cebolla procede de Asia y era considerada casi un talismán por los egipcios, que le atribuían el alivio de numerosas enfermedades. También era sumamente apreciada por griegos y romanos. El gran médico Hipócrates la prescribía como diurético, para curar heridas y tratar neumonías. La medicina tradicional china la recomendaba sobre todo para enfermedades respiratorias.
Se cree que las cebollas son bastante útiles para el cuerpo de una mujer agotada por el embarazo y el parto. Pero el principio fundamental de la madre lactante es la precaución y el cuidado al momento de introducir alimentos en su dieta, ya que cada cosa que esta consuma llegará directamente a su leche materna y por ende, a su recién nacido.
Pros y contras de la cebolla en la dieta de la madre y el bebé
En la madre
La composición química beneficiosa de las cebollas sirve como una especie de escudo contra infecciones y virus, y también es compatible con un cuerpo debilitado en el período posparto. Los bioflavonoides y la fibra contenidos en el bulbo tienen un efecto positivo sobre la motilidad intestinal, normalizan los procesos digestivos y eliminan toxinas del organismo. La clorofila, presente en las plumas de las cebolletas, afecta la composición de la sangre y el estado de los vasos sanguíneos (previene su fragilidad, fortalece las paredes). La composición de vitaminas y minerales tiene un efecto beneficioso sobre el estado de la piel, el cabello y las uñas.
En el bebé
Si ninguno de los padres tiene alergias a los alimentos, es menos probable que el bebé desarrolle reacciones negativas. Hay un leve efecto laxante de las cebollas. Recomendado si el pequeño tiene estreñimiento frecuente y problemas con las heces.
Para la leche Muchas madres se preguntan: ¿el amargor de un vegetal afecta el sabor de la leche? Los pediatras aseguran que una ingesta moderada no afectará el sabor de la leche. La naturaleza se ha asegurado de que el sistema digestivo del bebé se adapte gradualmente a los nuevos productos. Según las estadísticas, sólo el 3-5% de los bebés pueden negarse a mamar debido a sus “preferencias” gustativas. Además, las transformaciones hormonales de una mujer, su estilo de vida, procesos inflamatorios y actividad física afectan el sabor y la calidad de la leche materna.
Definitivamente no debe tener miedo de comer cebollas para aquellas madres que, durante el embarazo, las usaron de manera segura en cualquier forma.El bebé asimilará la leche sin problemas, ya que estos nutrientes ya le han sido suministrados con el torrente sanguíneo, y está acostumbrado a esa dieta.
¿Es recomendable que una madre lactante consuma cebolla?
Si no hay intolerancia individual, entonces no solo es posible agregarlo a los platos, sino que también es necesario para diversificar su dieta y reponer la deficiencia de vitaminas. Vale la pena prestar atención a algunos de los matices del uso de esta saludable verdura.
Cuál es la mejor cebolla para las madres lactantes y embarazadas
Los nutricionistas y pediatras enfatizan que es mejor comer cebollas verdes durante la lactancia. Es en las ramas verdes, en comparación con la cabeza de la cebolla, donde hay más potasio, magnesio y vitaminas. Variedades rojas (Yalta, Barón Rojo, Retro) es más dulce que los blancos (Nevada, Sterling). Las cebollas blancas, por ejemplo, Rostov, Pogarsky, tienen un sabor picante y es aconsejable limitar su uso.
¿Qué otro alimento puede suplir los nutrientes de la cebolla?
Los ajos tiernos pueden reemplazar a las cebollas, como propiedad bactericida y antiséptico natural. Condimente las sopas y ensaladas con el condimento de albahaca. Las hojas de albahaca fresca pueden ayudar a aliviar la anemia, la fatiga y el estrés. El perejil reemplazará a las zanahorias, que no se recomiendan para las primeras etapas de la alimentación: son iguales en contenido de vitamina A. Además, las hojas de perejil saturan el cuerpo con calcio, que es beneficioso para el crecimiento de los huesos del bebé. Las hojas de eneldo son una excelente alternativa a las plumas de cebolla. Un complemento aromático y picante para decorar cualquier plato. Además, el eneldo se puede incluir en la dieta durante 2-3 semanas de la vida de un niño. El agua de eneldo, infundida con semillas, es útil para los cólicos en un niño, y las verduras son importantes para los órganos de visión tanto de la madre como del bebé.
Consumo de cebolla en las diversas etapas de la madre luego del parto
Durante la lactancia, el producto no se administra inmediatamente y en pequeñas cantidades. Si puede comer cebollas o no, depende de la edad y el bienestar de su bebé.
En el primer mes
Los pediatras advierten: dentro de las 3-4 semanas posteriores al parto, la dieta de la madre debe ser suave, nutritiva y asequible, para no sobrecargar el sistema digestivo de la madre y el niño. Como regla general, durante este período de adaptación, las alteraciones en el trabajo de los intestinos se consideran naturales en ambos. Es mejor abstenerse de verduras frescas (incluidas las cebollas) y frutas. La dieta debe contener solo alimentos neutros: verduras hervidas y horneadas, cereales, kéfir, sopas ligeras.
En el segundo mes
Poco a poco, el sistema digestivo del bebé estabilizará su funcionamiento. En el segundo mes, puede intentar agregar en guisos pequeñas porciones de cebollas (no más de 10-20 g por muestra). Aún no se deben usar alimentos frescos, especialmente si el bebé aún tiene flatulencias, cólicos.
En el tercer mes
Durante el tercer mes de vida del bebé, se recomienda calentar aún la cebolla. Puede simplificar el procedimiento: antes de usarlo, debe picarse finamente y rociarse con agua hirviendo. Debe comenzar con una porción mínima, no más de 10 g por día. Es mejor usarlo en la primera mitad del día, para notar posibles reacciones indeseables (diarrea, erupciones alérgicas) a tiempo.
En el cuarto mes
En el cuarto mes de vida, puede introducir gradualmente cebollas crudas, plumas verdes en ensaladas y platos fríos.Lo principal es observar al niño y notar cómo transfiere el nuevo producto. Si no hay problemas, la verdura deseada se puede incluir de forma segura en la dieta principal de la madre en cualquier forma.
Consejos para introducir cebollas en la dieta de una mamá lactante
Para reducir los riesgos de reacciones negativas, una madre lactante debe aprender algunas reglas sencillas para comer cebollas y verduras. Primero que nada está la dosis.
Después de 2-3 semanas, se pueden agregar cebollas a sopas y guisos. Es el tratamiento térmico (guisado, cocción) lo que es importante, durante el cual se neutralizan la mayoría de los alérgenos.
Se puede intentar introducir verduras frescas en la dieta 3,5-4 meses después del parto, las plumas verdes se pueden probar un mes antes.
Una dosis de prueba de cualquier producto es importante para que, si es necesario, se pueda “calcular” y excluir de la dieta: por la mañana, coma 10-15 g de cebollas como muestra (puede condimentar una ensalada o sopa); observe al bebé durante 12-24 horas; con un resultado positivo, la dosis única se aumenta gradualmente a la tasa diaria; en caso de intolerancia (cólicos, falta de sueño, cambios en las heces), se puede realizar una prueba repetida después de 3-4 semanas.
Si tiene signos de alergias (estornudos, lagrimeo espontáneo, manchas en la piel, urticaria, erupciones en el cuerpo), consulte a un médico de inmediato. Automedicación peligroso para la vida del niño.
Una cebolla hervida en sí misma no causa mucho apetito, por lo que solo se puede hervir en sopa (cortar la cabeza por la mitad) y luego quitarla. Así, el caldo de verduras se volverá más sano y rico. Al amamantar, es recomendable agregar cebollas a la dieta en forma guisada o al horno. Este método es conveniente porque las sustancias útiles se conservan tanto como sea posible y la vista sigue siendo apetitosa.
El cultivo de hortalizas, tanto fresco como elaborado, no tiene contraindicaciones directas. Pero los neonatólogos advierten: uso excesivo Cualquiera, incluso el producto más útil puede causar una reacción negativa y dañar el sistema digestivo aún frágil del bebé.
Cómo ya lo hemos mencionado antes, durante la lactancia pueden consumirse prácticamente todos los alimentos existentes, pero es importante tener en cuenta la cantidad que se consume y el estado en que estos se encuentran. En el caso de la cebolla, como en el de cualquier otra verdura, se debe tener en cuenta que sea un alimento en buen estado, fresco y de buena apariencia.