Los tics se puede definir como “movimientos (tics motores) o sonidos (tics fonicos o vocales) relativamente rapidos, estereotipados, intermitentes y arritmicos”, los cuales se caracterizan por no tener una finalidad aparente. ¿Quieres saber mas sobre los trastornos de tics que existen, cuales son sus sintomas y cual es su posible tratamiento? Presta atencion a lo que exponemos en el siguiente articulo.
Puede que estes leyendo esto porque has observado que tu hijo últimamente realiza este tipo de movimientos involuntarios y compulsivos. Si es asi, no te preocupes, porque no es tan grave.
Son muchas las familias que acuden al pediatra preocupadas por este tema. De hecho, se estima que entre un 4 y un 20 % de los ninos antes de los 13 anos tiene o ha tenido algún tic. ¡Continúa leyendo y descubre mas informacion sobre los trastornos tics en ninos y adolescentes!
Trastornos de tics en ninos:
Los ninos y adolescentes que padecen un trastorno de tics tienden a manifestar el mismo conjunto de movimientos estereotipados, ya sean motores o vocales, durante un tiempo determinado, pudiendo variar en su nivel de intensidad y frecuencia.
Dependiendo de esto, estos trastornos se pueden clasificar en tres tipos:
- Sindrome de Tourette: se manifiestan varios tics motores y uno o mas tics vocales durante mas de un ano a partir de la aparicion del primer tic.
- Trastorno de tics motores o vocales persistentes: se presentan tics motores o vocales, pero no ambos a la vez, durante mas de un ano.
- Trastorno de tics transitorios: se observan tics motores y vocales durante menos de un ano y luego desaparecen completamente.
En cualquiera de estos casos, el trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiologicos de una sustancia o a otra afeccion medica. Ademas, el inicio de los tics debe darse en la infancia o adolescencia, antes de los 18 anos.
Por lo general, la aparicion de dichos movimientos repetitivos suele comenzar entre los 4 y los 7 anos de edad, siendo común el aumento de la gravedad de los sintomas durante la pubertad, aunque, en la mayoria de las ocasiones, acaban remitiendo con el tiempo, sin llegar a manifestarse en la vida adulta.
Comorbilidad con otras patologias
Es frecuente que los ninos y adolescentes que desarrollan un trastorno de tics tambien presenten alguna de las siguientes patologias:
- Trastorno por deficit de atencion con o sin hiperactividad (TDA o TDAH).
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
- Ansiedad.
- Depresion.
- Trastorno del aprendizaje.
- Trastorno del espectro autista (TEA).
- Dificultades de coordinacion motora.
- Trastorno de ansiedad por separacion.
- Trastorno de comportamiento disruptivo.
Estos trastornos, a menudo, interfieren mas la calidad de vida de los menores que los propios tics.
Posible tratamiento
Cabe senalar que los trastornos de tics no suponen ningún tipo de peligro para los ninos y adolescentes que los padecen. En muchos casos el tratamiento para el trastorno se basa únicamente en intervenciones psicoeducacionales en las que los pacientes y su entorno cercano (familia y escuela) reciben la informacion y el apoyo necesario para entender, aceptar y sobrellevar la situacion de la mejor forma posible.
Con ello, se pretende reducir el estres, la tension y la angustia que puede generar la presencia de los tics en la vida cotidiana, asi como reforzar la autoestima de estas personas.
Sin embargo, en los casos mas graves, cuando la intensidad de los sintomas resulta incapacitante o conlleva importantes problemas, es conveniente acompanar dichas intervenciones con un tratamiento farmacologico apropiado, con el fin de reducir o controlar la produccion de tics.
Respecto a los trastornos de tics en la infancia y en la adolescencia…
Aunque los trastornos de tics no afectan directamente a la salud de los ninos y adolescentes que los padecen, si les pueden causar mucha frustracion, incomodidad e, incluso, vergüenza, al ser conscientes de su problema y sentirse diferentes al resto de sus iguales.
Por ello, si observas que tu hijo comienza a tener tics, es importante que inmediatamente pidas cita para una consulta pediatrica, de manera que tanto el menor como todas las personas que se relacionan con el puedan comprender en que consiste el trastorno, resolver todas las dudas al respecto y, si es necesario, empezar cuanto antes el tratamiento correspondiente.