epilepsia infantilLa epilepsia es un trastorno intermitente del sistema nervioso, que afecta a 1 % de los niños y que se caracteriza por crisis o convulsiones. La mayoria de los pequeños afectados por esta enfermedad pueden desarrollar una vida ‘normal y sana’. Aunque su nombre pueda impresionar a muchos padres, la mayor parte de las epilepsias infantiles tienen buena evolución y obedecen al tratamiento.

Es una enfermedad neurológica en la que la acción de unas descargas eléctricas afecta a las neuronas cerebrales de los niños, desencadenando las llamadas crisis epilépticas. Estos ataques pueden obedecer a factores hereditarios, enfermedades infecciosas como la meningitis y la encefalitis, problemas en el embarazo o traumatismos craneales.

¿Por qué se produce la epilepsia?

El cerebro esta formado por celulas llamadas neuronas, que se comunican entre si mediante impulsos eléctricos. Dichos impulsos hacen que realicemos movimientos voluntarios o recibamos sensaciones procedentes del mundo que nos rodea.

Las crisis epilepticas se producen por descargas desorganizadas de impulsos electricos en grupos de neuronas. Si la alteracion de las neuronas esta localizada en un lugar del cerebro suele dar lugar a crisis focales.

Cuando existe una excitabilidad general del cerebro en su conjunto, da lugar a crisis generalizadas, en las cuales no se suele encontrar una anomalia evidente en el cerebro y posiblemente sean debidas a una anomalia en la regulacion de la comunicacion de las células cerebrales, tal vez hereditaria, de origen genético.

¿Como saber si el niño es epiléptico?

Es importante saber que muchos de los episodios aparentemente críticos no son epilepsias. Las convulsiones febriles o los espasmos del sollozo no entran dentro de la epilepsia. Un niño tiene epilepsia cuando:

– Padece de dos o mas crisis convulsivas sin factores desencadenantes claros (fiebre, por ejemplo).

– Pierde el conocimiento, presenta ausencias breves o suspensiones momentaneas de la actividad consciente manifestadas de forma reiterada.

– Presenta contracciones musculares violentas, con sacudidas de uno o varios grupos de músculos.

– Presenta alteraciones bucales, nauseas o sudoracion excesiva, acompanadas de movimientos anormales.

Diagnóstico y tratamiento de la epilepsia

Para poder diagnosticar una crisis epileptica correctamente es imprescindible, conocer cuales son las diferentes manifestaciones clinicas con las que pueda cursar una crisis y asi poder hacer un adecuado diagnostico diferencial con otros cuadros clinicos de diferente valor pronostico’.

La epilepsia tiene tratamiento y los nuevos medicamentos mejoran la calidad de vida de los afectados por la enfermedad. Afortunadamente, la mayoria de los niños que la padecen pueden ser controlados con la medicacion antiepileptica.

Excepcionalmente, se presentan crisis resistentes a múltiples tratamientos y, en ocasiones, necesitan enfoques diferentes como cirugia, un tipo de dieta que recomendara el medico o la implantacion de un marcapasos en el nervio vago. Deben evitarse los factores que se sabe desencadenan un ataque en un niño determinado, tales como la television, videojuegos o luces de discoteca.

Algunos casos de epilepsia infantil se resuelven por si solos con el paso del tiempo, mientras la mayoria necesita tratamiento. Para confirmar un diagnostico de epilepsia es necesario que se haga un electroencefalograma, un escaner y una resonancia.

Los medicamentos pueden controlar las crisis epilepticas en la mayoria de los niños. Normalmente, se comercializan en forma de comprimidos, jarabe o capsulas. Es posible que el nino tenga molestias de estomago durante los primeros dias o semanas al comenzar el tratamiento. Cualquier molestia que sienta el nino durante este periodo debe ser comunicada al medico.

¿Que puede provocar una crisis epiléptica?

Son muchos los factores que pueden provocar crisis epilepticas en los pequeños. En 7 de cada 10 casos no se puede identificar causa alguna, en el resto se pueden descubrir:

– Problemas del desarrollo cerebral durante el embarazo.

– Falta de oxigeno durante o después del parto.

– Traumatismos craneoencefálicos.

– Tumores cerebrales (poco habituales en niños pequeños).

– Una convulsión febril muy prolongada.

– Encefalitis o meningitis.

– Casos de epilepsia en los familiares.

Aparte de eso, en la aparicion de un ataque de epilepsia infantil pueden influir los cambios de tiempo, los cambios de ciclos lunares, la falta de sueño y las alteraciones en el descanso nocturno, factores todos ellos que incrementen las posibilidades de sufrir una crisis en niños ya predispuestos a esta enfermedad neurológica.