La llegada de un bebé a una pareja puede resultar un regalo maravilloso donde todas las expectativas suelen ser positivas, sin embargo, para nadie es un secreto que con la llegada de un nuevo integrante las cosas entre la pareja pueden cambiar un poco. El tiempo y la atención que antes se le daba a la otra persona ya van a estar enfocados en ese nuevo ser que acaba de llegar al mundo… y cómo no! si requiere de todos nuestros cuidados y amor. Sin embargo, es importante seguir conservando el lazo emocional que nos une con nuestra pareja ya que la falta de tiempo, intimidad y momentos juntos puede deteriorar el amor. Es bastante común ver como parejas que llevaban años de relación o matrimonio echan todo a la borda y se separan luego de tener un hijo, y, es precisamente por no saber enganchar la maternidad-paternidad con la relación de pareja.
¿Cómo seguir cuidando el amor en pareja cuando tenemos hijos? Te animamos a seguir estas recomendaciones y a crear hábitos que ayudarán a que el amor se mantenga vivo y pueda seguir fortaleciéndose tras la llegada de uno o varios hijos:
#1 Compartir momentos juntos a solas
Sabemos que los niños demandan muchísimo tiempo para su cuidado y crianza, especialmente en la primera infancia. Y esto también se verá influenciado por el hecho de disponer o no de ayuda.
Y es que, a nivel logístico, encontrar estos pequeños momentos no siempre es fácil, y para esto nos podemos apoyar en nuestras familias y amigos, para que cuiden un momento a los niños. Aunque también sabemos que a nivel emocional (y hormonal), lo que nos pide el cuerpo es estar con nuestras criaturas.
Pero es importante buscar pequeños momentos para pasar con nuestra pareja; y no nos referimos a algo que implique necesariamente contacto íntimo (o muchísimo tiempo; pueden ser minutos). Puede ser el hecho de compartir un abrazo, caricias, una sonrisa… o simplemente hablar un poco de ustedes. Se trata de seguir alimentando esa complicidad que tenían en el día a día.
Este debe ser un tiempo especial entre los dos, en el que dejen a un lado los asuntos relacionados con los niños (hay tiempo para todo) y se enfoquen en disfrutar de ese tiempo juntos.