Los lunares en la piel son una proliferación benigna de melanocitos, las células que se encargan de producir la melanina quien se encarga de dar color a la piel. Gran cantidad de lunares se desarrollan durante la infancia y adolescencia y su número se estabiliza hacia los 25 años de edad. Aproximadamente el 1% de los recién nacidos presentan algún lunar congénito. La gran mayoría no suponen ningún riesgo, si bien en el caso del nevus melanocítico congénito gigante y los nevus clínicamente atípicos pueden requerir extirpación.
Además de los lunares congénitos, presentes al nacer, también existen los lunares adquiridos, que suelen aparecen después de los 6-12 meses de edad y aumentan de tamaño con el crecimiento. Suelen ser de un tamaño inferior a 5 mm de diámetro, son simétricos y muestran una coloración uniforme. Su número es muy variable entre individuos y pueden aparecer en cualquier zona de la piel.
¿Cuándo preocuparse por lunares en los bebés?
Como se ha dicho, la gran mayoría de los lunares congénitos no suponen un problema para el bebé, pero es preciso hacer un seguimiento de los mismos. Es normal que aumenten de tamaño a medida que el bebé vaya creciendo. Debe ser el Dermatólogo el que determine el grado de seguimiento y las precauciones que se deberán tomar. Por lo general, se tendrá en cuenta el tipo de piel, la cantidad y tipo de nevus, el momento de su aparición y los antecedentes familiares, tanto de lunares como de cáncer de piel.
En el caso del melanoma, los factores de riesgo en el niño incluyen:
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- La presencia de nevus melanocítico congénito.
- Ser portador de un número importante de nevus y nevus atípicos.
Es importante identificar las lesiones melanocíticas con un riesgo aumentado de malignización que requieran un diagnóstico y tratamiento precoz.
Tipos de lunares y como detectarlos
Como deciamos, hay dos tipos principales de lunares: los benignos y los malignos. Los pequeños que tengan lunares totalmente normales, es decir, los benignos o pecas, no necesitarán ningún tratamiento.
Esos lunares (las pecas) son los que no tienen ningún relieve, son pequeños y no ocasionan ningún tipo de picor o daño al bebé. Si es importante que te fijes en si los lunares cambian de forma, tamaño o color, y sobre todo de si los niños sufren dolores o picores en la zona en la que están los lunares.
Que hacer al detectar lunares malos
Si detectas algún lunar que no es normal, acude rápidamente al médico para que pueda observarlo y saber si necesita algún tratamiento. Es especialmente importante que vayas al medico si el niño tiene mas de 6 lunares con relieve u ovalados.
Como recomendaciones básicas, si tiene ese tipo de lunares, no puedes exponer su piel al sol, y si va a estar expuesto debe llevar siempre protector solar del factor más alto.
Como prevenir lunares en la piel de bebés
Lo mejor para evitar la aparición de lunares malignos o cancerigenos, es que, primero te asegures de que tipo de piel tiene tu pequeño. Algunas pieles son mas delicadas que otras, especialmente aquellas que son muy claras. También hay pieles muy sensibles, las cuales se llaman atipicas. Lo mejor es que acudas al pediatra para asegurarte que tipo de piel tiene tu hijo.
Una vez lo sepas, es ideal que cuando haga mucho sol, le pongas protección solar bastante elevada, además de ponerle un gorrito y taparle bien, pero sin excederse para que no tenga mucho calor.
Piensa que los bebés son los que tienen la piel mas sensible y vulnerable de todas, y ya se sabe lo que dicen “la piel tiene memoria”, por lo tanto, todo mal que puedas evitarle desde su temprana edad, lo notará en salud en su futuro.
Cambios en los lunares que deben ponernos en alerta
Al margen de las revisiones con el especialista, los padres tenemos que estar pendientes de cualquier cambio o alteracion significativa que se produzca en los lunares de la piel de nuestros hijos, y consultar con el medico en caso de apreciar:
- Asimetria en el lunar: una mitad no es igual que la otra.
- Bordes mal definidos, que dejan de ser redondeados y se extienden irregularmente por algún lado
- El lunar presente mas de un color, sobre todo azul, negro o rojizo.
- Que el lunar sangre, pique o moleste
- Que el lunar aumente o disminuya de tamano rapidamente
- Que el lunar presente cualquier tipo de alteracion que nos llame la atencion (cambio de color, se descame, cambie su textura, se eleve…)
Factores de riesgo para la aparición y multiplicación de lunares
Más allá de los lunares congénitos, uno de los factores claramente relacionados con un mayor número de nevus es la exposición al sol. Esta exposición aumentada, en combinación con las características personales de cada individuo, como los fototipos de piel I y II (ojos claros, piel clara, pelo rubio o pelirrojo) influye en un mayor número de nevus y en el riesgo aumentado de transformación maligna.
En el melanoma, el riesgo se relaciona principalmente con la sensibilidad solar y un exceso de exposición solar y quemaduras solares durante la infancia. Por ello, es imprescindible una protección contra el sol, sobre todo durante la infancia y adolescencia, especialmente en casos de piel clara con múltiples lunares o si estos son atípicos. Es importante utilizar cremas que protejan contra la radiación ultravioleta A (UVA) y B (UVB). Además de limitar la exposición y las cremas protectoras, es recomendable el uso de prendas de vestir y gafas de sol.