Muchas embarazadas se quejan de padecer una sensación súbita de calor que afecta especialmente la cabeza, el cuello y el pecho. A esta sensación de la conoce como sofocos o bochornos. Este “calor repentino” que se siente durante el embarazo es independiente a la temperatura que haya en el ambiente. En ocasiones, el ambiente puede ser fresco, pero la gestante estar acalorada.
De cualquier forma, los sofocos en el embarazo suelen experimentarse durante los meses de verano. Las mujeres que los padecen sienten como una ola de calor que les produce la transpiración en áreas como la cara y el pecho.
La aparición de estos bochornos suele ser inesperada y su duración es variable, ya que pueden durar algunos segundos o, en algunos casos, extenderse durante varios minutos. Los calores se experimentan a cualquier hora del día, pero es más frecuente experimentarlos durante la noche y dificultan la conciliación del sueño. En estos casos, te recomendamos consultar este artículo sobre cómo combatir el insomnio en el embarazo.
Aunque es molesto, es normal tener sofocos en el embarazo. Se estima que alrededor de un 20% de las embarazadas los padecen. Algunas mujeres los comienzan a sentir desde el primer trimestre, en cambio, otras solo los experimentan en el último trimestre.
Por qué se producen los sofocos en el embarazo
Las causas de los sofocos varían a lo largo de la gestación. El avance del embarazo trae consigo cambios propios que pueden favorecer la aparición de este síntoma. Veamos pues por qué se producen los sofocos en el embarazo en cada trimestre:
Primer trimestre
Los sofocos en el embarazo durante el primer trimestre suelen ser el resultado del incremento exponencial de las hormonas del embarazo, especialmente de los estrógenos y la progesterona. Estas hormonas influyen indirectamente en la temperatura corporal de la mujer de la siguiente forma:
- Provocan un aumento del flujo sanguíneo y la vasodilatación corporal, dos modificaciones que producen calor con el fin de favorecer la oxigenación del bebé.
- Aceleran el metabolismo: lo que también produce un aumento de la temperatura corporal. En consecuencia, la temperatura materna aumenta unos 0,4°C durante el primer trimestre y genera, en algunos casos, los molestos sofocos.
Segundo y tercer trimestre
Los sofocos en la mitad y al final del embarazo son consecuencia del aumento de peso producto del crecimiento del bebé, del incremento de la tasa metabólica y de los cambios respiratorios de la madre. Además, los sofocos pueden favorecer la sensación de ahogo en la embarazada.
Ahora bien, es importante que la madre diferencie los sofocos de la fiebre. Por lo general los sofocos en el embarazo duran poco tiempo y no se acompañan de malestar. En ocasiones, se puede tener la sensación de que falta el aire, especialmente en las últimas semanas de embarazo. Por el contrario, cuando hay fiebre, esta suele venir acompañada de fatiga, malestar general y una temperatura por encima de los 38°C.
Cómo aliviar los sofocos del embarazo
Los sofocos en el embarazo son prácticamente imposibles de evitar, sin embargo, si pueden aliviarse. Para ello, te recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos:
- Mantente hidratada: lo ideal es que durante el embarazo tomes entre 1.5 y 2 litros de agua al día. Esto regulará la temperatura del cuerpo, evitando así su aumento.
- Utiliza ropa ligera: es recomendable usar ropa holgada, cómoda y de telas claras y frescas, como el algodón y el lino. Conviene también escoger un tipo de calzado transpirable.
- Dúchate con agua tibia: lo ideal es bañarse con agua fresca. Hay que evitar los baños con agua caliente, pues favorecen al aumento de la temperatura corporal. Sumergir los pies en agua fría también ayuda a aliviar los sofocos en el embarazo.
- Mantén el hogar fresco: es importante mantener la buena ventilación del hogar, manteniendo las ventanas y puertas abiertas.
- Caminar: andar por la mañana temprano o al caer la tarde te mantiene activa y ayuda a disminuir la aparición de este síntoma. Eso sí, no se recomienda salir en horas calurosas del día ni realizar ejercicios que causen fatiga.
- Elige bien la comida: es recomendable mantener una dieta rica en frutas y vegetales, es decir, alimentos ligeros e hidratantes. Están totalmente contraindicadas las comidas picantes, que además de aumentar los sofocos, pueden producir ardores estomacales y favorecer la aparición de las hemorroides.
- Utiliza objetos refrescantes: durante el verano, es recomendable tener siempre un abanico a mano, un spray refrescante y una botella de agua, así como pomadas con efecto frio que dan frescura al colocarlas en la piel.
Como hemos visto, los sofocos en el embarazo son bastante molestos, pero no afectan el bienestar del bebé y tienden a desaparecer después del parto. Lo que si puede traer consecuencias negativas para el embarazo y el bebé son los llamados golpes de calor, en los que la temperatura de la madre supera los 39°C y se acompaña de dolor de cabeza, mareos, vómitos, frecuencia cardiaca acelerada y piel enrojecida. Ante estos casos, hay que debe acudir inmediatamente al centro de salud para una valoración médica.