trastornos alimenticios en ninosResulta muy habitual ver problemas de alimentacion en la infancia. Hay casos en los que los ninos que comen excesivamente lentos, entreteniendose con cualquier cosa, ninos que se resisten a aprender los habitos de conducta apropiados para su edad y tienen que comer rodeados de juguetes o con muchos entretenimientos ya que si no, dejan de comen. Tambien puede darse el caso de ninos que se levantan continuamente de la mesa o simplemente se niegan a comer. Todos estos problemas hacen que en numerosas ocasiones los padres se desesperen y que las horas de las comidas se conviertan en una lucha constante. Prueban distintas soluciones, y sin embargo, en muchas ocasiones los resultados no son los esperables.

Los desordenes alimenticios son cada vez mas frecuentes a edades mas tempranas, y, como padres, debemos estar alerta y ser capaces de detectar signos que nos alerten sobre su posible aparicion.

Y es que, un trastorno alimenticio en ninos viene acompanado de ciertos signos que nos alertan sobre lo que esta ocurriendo. A continuacion te ayudamos a detectar estas senales que indican que el nino esta sufriendo un desorden relacionado con la alimentacion.

Trastornos alimenticios mas comunes en ninos

Se culpa de una manera general a los medios de comunicacion y a la presion social a la que estan sometidos los ninos y jovenes de hoy en dia para mantener un aspecto fisico concreto de ser los responsables de ciertos trastornos alimenticios.

Sin embargo, el problema es probablemente mucho mas complejo de lo que parece, con factores biologicos, geneticos y medioambientales que, combinados en un momento concreto, desencadenan el desorden alimenticio, y el conjunto es algo muy dificil de controlar.

La anorexia y la bulimia son los trastornos alimenticios en ninos y adolescentes mas comunes. La anorexia se caracteriza por una obsesion por la delgadez que puede llevar no solo a no comer sino a hacer ejercicio hasta el limite de la extenuacion. La bulimia, por el contrario, consiste en comer compulsivamente y haciendo grandes excesos, sobre todo dulces y comidas extremadamente caloricas, para luego forzar el vomito o utilizar laxantes. Ambos se pueden presentar aislados o en combinacion, con temporadas de anorexia nerviosa alternadas con otras de bulimia.

8 senales que alertan sobre un trastorno alimenticio en ninos

1- Perdida de peso pronunciada y extrana. Obsesion extrema por el peso de otras personas, sobre todo por aquellas que tienen un peso normal, tratandolas de gordas, y rechazando la delgadez como un problema.

2- Cambio de habitos alimentarios, desinteres por la comida en general o por algunas en particular, como los carbohidratos o las grasas. La desaparicion de grandes cantidades de comida de la nevera puede alertarnos sobre una posible bulimia.

3- Evitan las horas de la comida, el sentarse a la mesa con el resto de la familia o simplemente el comer con otras personas. Si no hay nadie no tienen que disimular y pueden directamente no comer.

4- Las visitas frecuentes al bano, sobre todo tras las comidas y el uso de chicles o colutorios bucales de forma indiscriminada pueden relacionarse con la bulimia.

5- Cambio en la forma de vestir, utilizando ropas amplias para evitar ensenar la figura.

6- Opiniones extremas sobre las calorias, el peso o un especial interes que no existia con anterioridad sobre las dietas o hacer dieta. Dureza desproporcionada al opinar sobre el aspecto propio, viendo exceso de peso donde no lo hay.

7- Ejercicio en exceso, o un aumento del que se realizaba de forma habitual.

8- En el caso de la bulimia es facil detectar marcas en las manos, los dedos o los nudillos al utilizar la mano para provocarse el vomito. Tambien, pueden observarse falsas quejas de estrenimiento, en un intento de justificar el uso de laxantes.

Lamentablemente, los ninos que sufren trastornos de la alimentacion se convierten en expertas a la hora de esconder los signos que pueden alertar a los que estan a su alrededor, por lo que, como padres, debemos estar muy atentos, aunque nunca culparnos si no somos capaces de detectar las senales, y ante cualquier duda, intentar no perder la confianza de nuestro hijo pero consultar rapidamente al especialista.