Conductas que no se saben interpretar: ¿distracción, dificultades para concentrarse, aburrimiento? Diagnósticos que se confunden: ¿trastorno por déficit de atención de hiperactividad (TDAH) o niño con altas capacidades intelectuales? El resultado es siempre el mismo: padres que no saben qué le pasa su niño ni cómo ayudarlo.
Para dar con esta respuesta es preciso contar con la orientación y la evaluación de un profesional. No obstante, hoy te vamos a contar cuáles son las señales que dan cuenta de las altas capacidades intelectuales en los más pequeños.
¿Qué son las altas capacidades?
Desde siempre, la definición de inteligencia suele ser bastante compleja. Más aún, cuando nos referimos a un fenómeno tan específico como el de las altas capacidades intelectuales (ACI).
El caso de las ACI define a una inteligencia superior a la media (aproximadamente en un 10%), en uno o más dominios o habilidades.
Los especialistas en el tema definen a los dominios como actividades estructuradas (como las matemáticas) o destrezas sensoriomotrices (como la pintura o el deporte). En este sentido, vale la pena aclarar que las ACI no necesariamente implican un buen rendimiento académico.
La importancia de tener un diagnóstico temprano de esta condición radica en la posibilidad de orientar las estrategias de enseñanza y acompañar la crianza de acuerdo a las demandas de esos niños. Caso contrario, la situación puede acabar por superar a cualquiera y provocar una enorme frustración y angustia para el infante y su familia.
Por eso, conocer y entender qué sucede con estos niños ayuda a recobrar el equilibrio y la tranquilidad necesarios para gozar de una vida plena.
11 señales de altas capacidades en bebés y niños
Podemos sintetizar que los pequeños con altas capacidades se caracterizan por lograr sus hitos evolutivos más tempranamente que sus pares. Sin embargo, el diagnóstico certero de esta condición requiere de la realización de distintos estudios.
Algunos de los indicadores que nos permiten dar cuenta de que un niño presenta ACI son los siguientes:
- Son bebés y niños a los que les cuesta mucho dormir. Parecen no necesitarlo, pues nunca están cansados.
- Nada impresiona ser suficiente para ellos. Necesitan moverse, explorar, curiosear, preguntar. Están siempre activados.
- Ya en los primeros meses, su mirada es atenta, como penetrante, parecieran estar absortos en aquello que ven.
- Se excitan y activan con facilidad con los juguetes de la cuna o del coche.
- Son capaces de recordar lugares, personas y sonidos particulares.
- Aprenden palabras a temprana edad, lo cual también les facilita la adquisición de habilidades de escritura y lectura. Por ejemplo, al año son capaces de sostener una conversación y cuando inician la escuela, están más adelantados que sus compañeros e incluso, muchos saben leer y escribir.
- Se interesan por las letras y los números desde muy pequeños. Incluso, ese aprendizaje puede ser autodidacta.
- En cuanto a habilidades sociales, en algunos casos son capaces de comportarse como líderes. Pero en otros, tienden al aislamiento, pues la madurez emocional no necesariamente se desarrolla a la par de la cognitiva.
- Son bebés inquietos, que rápidamente aprenden a gatear y a caminar y que muestran habilidades motrices tempranas.
- Suelen ser muy sensibles a los olores, a los ruidos y a los sabores. También son muy emocionales. Se interesan por temas sociales, filosóficos y de cierta complejidad desde edades muy tempranas.
- Suelen trabajar por sí mismos, sin demasiada ayuda de los adultos. Los problemas, para ellos, suelen representar nuevos desafíos.
Qué hacer frente a las señales de altas capacidades en bebés
Al convertirnos en padres, nos enfrentamos a situaciones desafiantes, sobre las cuales no siempre conocemos. Incluso, situaciones que no siempre se presentan en todas las familias y sobre las cuales no podemos pedir consejos.
Cuando tu niño parece “no tener fin” y no se contenta con nada, la angustia no tardará en llegar. En un principio, muchas personas creerán que se trata de un capricho o que el pequeño es muy demandante. Con el tiempo y con la consulta de los distintos especialistas, llegará el diagnóstico de TDAH. Empezarán diversos tratamientos, a veces medicación y, sin embargo, los cambios no avanzarán en la dirección deseada.
Por eso, es importante que ante las dudas, los progenitores realicen una interconsulta hasta que logren dar con la respuesta apropiada que explique lo que ellos observan en casa. Los padres son quienes mejor pueden orientar a los profesionales en torno a lo que ven y viven a diario. Y de esta manera, será más fácil poder comprender y construir el caso.
¿Por qué es valioso contar con un diagnóstico de certeza? Porque esto permite proporcionar los cuidados apropiados, así como acompañar y contener mejor a los niños y a sus familias.
Un diagnóstico pertinente evita la frustración, el malestar y el aburrimiento de los infantes. Permite adecuar las estrategias educativas, acompañar su recorrido escolar. También, evita convertir en un problema todo ese potencial que estos niños poseen. En definitiva, los ayuda a disfrutar de una vida plena, tal como se merecen.