Esta verdura se encuentra entre las que acumulan mayores cantidades de nitratos, una sustancia que en si es relativamente poco toxico, pero que se convierte en toxico al convertirse en nitrito.
El nitrato puede transformarse en nitrito por reduccion bacteriana tanto en los alimentos (durante el riego, crecimiento, procesado y el almacenamiento), como en el propio organismo (en la saliva y el tracto gastrointestinal).
Las verduras con tendencia alta a acumular nitritos, como las de hoja verde y raices que acabamos de enumerar, deben aplazarse en la dieta del bebe hasta despues de que ha cumplido el ano de edad.
Se necesita una dosis de nitratos o nitritos alta para producir intoxicaciones agudas a animales o seres humanos adultos, pero en ninos y sobre todo en bebes de corta edad bastan cantidades minimas para desencadenar trastornos graves.
Ello es debido a que los nitritos en sangre oxidan el hierro de la hemoglobina produciendo metahemoglobinemia, incapaz de transportar el oxigeno, muy frecuente en bebes (conocido como “sindrome del bebe azul” ya que las dificultades respiratorias provocan que los labios del bebe adquieran esa tonalidad).
En los primeros meses de vida, el estomago del bebe todavia no produce gran cantidad de acido, lo que favorece el asentamiento de bacterias en el intestino que pueden transformar directamente en nitritos los nitratos ingeridos.
Por otro lado, los nitratos reaccionan con los aminoacidos de los alimentos en el estomago, produciendo sustancias que han demostrado tener efectos cancerigenos.
Por ello para las primeras papillas del bebe, a partir de los seis meses, lo mejor es introducir las verduras y hortalizas con tendencia a acumular menos nitratos, de las que hemos ido hablando hasta ahora.
No obstante, a partir de los 12 meses y mas adelante, cuando el sistema digestivo del nino va madurando y cuando crece, las verduras como las espinacas, col, repollo, remolacha, acelgas, nabo, esparragos… les aportaran nutrientes y fibra beneficiosos.
La remolacha en la alimentacion infatil
La remolacha pertenece a la misma familia que las acelgas, aunque, a diferencia de estas, se cultiva por su raiz comestible y no por sus hojas. De hecho, a la remolacha tambien se la conoce como “acelga”, “acelga blanca” o “acelga roja”. Otros nombres que recibe esta verdura son: betarava, betarraga, beterava, beterraga, beterrada (Islas Canarias) y betabel (Mexico).
La variedad de mesa es de raices gruesas, rojas y carnosas, que se consumen principalmente cocidas; el color se debe a dos pigmentos, la betacianina y la betaxantina, que resultan indigeribles, tinen el bolo alimenticio, los excrementos y la orina de ese color. Sin embargo, por su atoxicidad se usa frecuentemente como colorante en productos alimentarios.
Es una hortaliza muy energetica que es muy aconsejada para mayores en casos de anemia, enfermedades de la sangre y convalecencia debido a su alto contenido en hierro, tambien es rica en azúcares, vitaminas C y B, potasio y carotenos. El azúcar contenida en la remolacha es la sacarosa.
Se puede comer en ensaladas o cocida, pero mantiene mejor las propiedades cuando esta cruda, ideal para ninos mayores. Si la cocemos, mejor quitarles la piel. La remolacha envasada es menos aconsejable, pues ha perdido gran parte de sus propiedades y se le anaden conservantes y otros aditivos. Mira esta rica receta para introducir la remolacha en la dieta de tu bebe