¿Es realmente posible que un bebé tenga alergia a la leche materna? La respuesta es no. Sin embargo, sí existe la posibilidad de que tenga alergia a alguno de los componentes. Es decir, que algo que la madre consume pasa a él a través de la leche y le puede dar alergia.

La composición de la leche materna va cambiando, tanto a lo largo de una toma como a lo largo del tiempo según va creciendo el bebé. Esa composición se ve influenciada además por la alimentación de la madre, ya que lo ingerido por esta pasa a la leche en un periodo que puede ser desde 2 horas hasta 3 días.

Lactancia materna en un bebé con alergia a las proteínas de leche de vaca

En los primeros meses, la alergia más común es a las proteínas de la leche de vaca. Pueden darse distintos síntomas, dependiendo del tipo de alergia a la proteína de la leche: con el primer tipo, los síntomas son principalmente digestivos, mientras que con el segundo los síntomas son lesiones en la piel, problemas respiratorios e incluso anafilaxia.

Si se da el caso, la recomendación para la madre es eliminar el alérgeno de su dieta para seguir con la lactancia materna. Al eliminar la leche y sus derivados, la madre puede tener un déficit de calcio, por lo que se puede suplementar con calcio y vitamina D. Igualmente, hay que asesorarla sobre alimentos ricos en calcio.

Tampoco se recomienda que tomen leche de cabra u oveja ni sus derivados. En general sí pueden tomar carne de vacuno. Al realizar esta dieta, la madre puede sufrir un déficit de calcio por lo que, en general, se suele pautar un suplemento de calcio y vitamina D a la madre y se le asesorará sobre aquellos alimentos ricos en calcio.

¿Qué otros alérgenos puede tener la leche materna?

Pequeñas trazas de los alimentos que come la madre pasan a la leche materna. Así, otros alimentos que ocasionan alergia con frecuencia en niños como el huevo, la soja, el pescado o el marisco también podrían encontrarse en cantidades muy pequeñas en la leche materna.

Si vuestro hijo tiene alergia a alguno de estos alimentos, en alguno casos será necesario que la madre lo retire de su dieta.

¿En qué tipos de situaciones no es bien tolerada la leche materna por parte del bebé?

Los humanos somos mamíferos y la leche materna es el alimento ideal para el recién nacido y hasta los primeros seis meses de vida en exclusiva (posteriormente también junto con otros alimentos). Así que, en la inmensa mayoría de los casos, es bien tolerada.

Una excepción sería, como hemos comentado, una alergia a alguno de los alimentos que pueden pasar a la leche materna (la más frecuente es la leche, pero podría ser el huevo, la soja…); en este caso, bastaría con que la madre eliminase de su dieta dichos alimentos y el bebé podría continuar su lactancia materna con normalidad.

Otro caso, muy excepcional, es la rara enfermedad de la que también hemos hablado (y no es una alergia): el déficit congénito de lactasa; estos bebés carecen del enzima que “divide” la lactosa en glucosa y galactosa; como la lactosa está siempre presente en la leche materna, la lactancia materna estaría contraindicada.

Y otra excepción serían los bebés con galactosemia, rara enfermedad en la que el bebé carece de alguno de los enzimas que metabolizan la galactosa. Como la leche materna contiene lactosa, y ésta se divide en glucosa y galactosa, la galactosemia sería también una contraindicación para la lactancia materna.

La reacción alérgica materna provocada por el amamantamiento es una entidad muy rara; no ocasiona problemas en el lactante pero precisa la administración de antihistamínicos a la madre y, si la reacción es grave (anafilaxia por lactancia), hay que interrumpir la lactancia.