La maternidad es denominada en la mayoría de ocasiones como algo rebosante de felicidad y amor incondicional. Pero la realidad es que, por diversos motivos, algunas madres no logra establecer un vínculo emocional con su bebé. O le cuesta un enorme trabajo conseguirlo.
Sentir rechazo hacia un hijo puede generar grandes mucha culpa y causar daños emocionales tanto en la madre como en el bebé. Pese a que son varias las mujeres con este sentimiento, las pocas que se atreven a exponerlo reciben juicios en lugar de comprensión y ayuda.
Sin embargo, llevar en silencio esta carga puede volverla aún más pesada. Por ello, queremos exponerte las causas más frecuentes de este sentimiento, con el fin de que puedas comprenderlo mejor y adquirir herramientas para afrontarlo si te encuentras en esta situación.
Sentir rechazo hacia un hijo: ¿por qué sucede?
El amor maternal no responde a un instinto innato. Más bien, se trata de una construcción social y cultural. Partiendo de esta premisa, podrás comprender que es factible sentir rechazo por un hijo, lo cual suele ocurrir cuando no se ha logrado establecer un vínculo emocional sólido. Esta situación puede tener múltiples causas, pero entre las más frecuentes se incluyen las siguientes.
Depresión posparto
De acuerdo a una investigación difundida en la revista Ginecología y obstetricia de México, se estima que entre el 7 y el 50 % de las mujeres que son madres experimentan depresión posparto.
Esta condición, además de contribuir con un estado anímico triste, generar cambios bruscos de humor y produce ansiedad o problemas para dormir. También dificulta el adecuado establecimiento del vínculo de apego con el bebé.
Así, el temor a no estar a la altura o el sentirse desbordada por los retos de la maternidad pueden llevar a la madre a experimentar un cierto rechazo por el hijo. Muchas de ellas pueden presentar este tipo de emociones durante las dos semanas posteriores al parto. Sin embargo, si estas se alargan más de lo esperado, dificultan el cuidado del bebé o generan un malestar significativo, es necesario acudir a un profesional.
Embarazo no planeado
No todas las mujeres desean ser madres, o no en cualquier momento. Cuando un embarazo no planificado ocurre, el impacto emocional puede dificultar la adaptación a este nuevo rol, y a su vez, obstaculizar la formación del lazo de apego una vez que el bebé nace.
Este desafío no se limita a madres primerizas que quizás no deseaban quedar embarazadas, o al menos no tan pronto. También puede ocurrir en embarazos sucesivos si la mujer se encuentra en una etapa de su vida en la que la maternidad no entraba en sus planes.
Heridas emocionales no resueltas
Hay madres que tienen un autoconcepto negativo y eso se lo transmiten a sus hijos. No son capaces de quererse y, por lo tanto, no pueden querer a los demás. Esta autoimagen negativa puede estar vinculada a heridas emocionales no resueltas y, en algunos casos, a experiencias de apego inseguro durante la infancia, que influyen en la capacidad para establecer una relación saludable y amorosa con el bebé.
Altas expectativas sobre la maternidad
Otro de los mayores motivos que pueden llevar a sentir rechazo hacia un hijo son las expectativas poco realistas respecto a la maternidad. Para muchas mujeres, ser madre no es un deseo genuino, sino un paso que dan por presión social. Cuando enfrentan la realidad, pueden sentirse desbordadas, arrepentidas e incapaces de afrontar la situación.
La llegada de un hijo transforma de forma radical la vida de una mujer. Implica hacer sacrificios, renuncias y esforzarse aún más cuando tienes la responsabilidad de cuidar otra vida. Así, la brecha entre la expectativa y la realidad puede generarte una serie de emociones displacenteras como la frustración, el estrés y la decepción, lo que puede tener un impacto negativo en el vínculo con el niño.
Qué hacer cuando aparecen estos sentimientos
– Lo primero y más importante no criticarte¸ no juzgarte por tener estos sentimientos. Igual que sientes un profundo amor por tu bebe¸ también pueden aparecer estos sentimientos de ansiedad¸ frustración¸ estrés¸ rechazo.
– Otro aspecto muy importante¸ es aceptarlos como parte de este proceso de crianza de tu bebe. Así te será más fácil que igual que llegan se vayan y te puedas centrar en todos los sentimientos positivos que te provoca tu bebe.
– Es importante también que puedas hablar con tu pareja o con alguna amiga de confianza y madre de estos sentimientos¸ que los puedas expresar y te sientas igual de querida con estos sentimientos que sin ellos.
– Debes encontrarun espacio donde cuidar de tus necesidades¸ encontrar un momento al día en los que puedas hacer algo que te guste, te relaje¸ te divierta. Es importante que sientas que puedes descansar porque tu pareja o algún familiar se hará cargo del bebe y que en esos momentos de descanso puedas coger fuerzas para seguir cuidando de tu bebe.
Si estos sentimientos se agravan o se vuelven mas profundos, sientes una ansiedad constante que no se te va en ningún momentos, estás mucho más triste de lo normal, con ganas de llorar frecuentemente, estas apática y deprimida o sientes que tienes fuertes sentimientos de rechazo a tu bebe o que no puedes ni mirarlo, ni cogerlo, podemos estar hablando de una depresión post- parto, en la que influyen otros aspectos y en los que es necesarios que puedas acudir a un profesional para ayudarte a resolverlo y superarlo.