El ahogamiento en niños se convierte en un miedo presente en prácticamente todos los padres. A diario, los niños se bañan en playas y piscinas. Aunque la mayor parte del tiempo los niños están bajo vigilancia, cualquier momento o despiste puede ser suficiente para que ocurra un accidente. Se estima que, en paises desarrollados, el ahogamiento en niños supone la segunda causa de muerte.

En estos casos, lo primordial es mantener la calma todo lo posible y actuar lo mas rápido y eficazmente. Para ello, conocer el procedimiento que debe seguirse puede ayudar a proceder de forma algo más mecánica sin perder la calma. Por esto, aqui te contamos como actuar ante el ahogamiento de tu bebé o niño

¿Qué es el ahogamiento?

El ahogamiento se define como la incapacidad total para respirar, es decir, para introducir aire en los pulmones. Aunque esto puede deberse a varios motivos, en este caso, nos centramos en el ahogamiento en agua. Asi, es este líquido el que ocupa las vias aéreas sin dejar espacio para que entre el aire. Cuando esto ocurre, el organismo en su totalidad deja de recibir oxígeno. Por ello, se pierde la consciencia rápidamente.

¿Cuando ocurre el ahogamiento en niños?

La mayor parte de las veces, no es necesario que los niños pasen mucho tiempo sin vigilancia para que se den estas situaciones; bastan unos segundos para que los pequeños pierdan la estabilidad dentro del agua o resbalen y caigan dentro y se produzca este desagradable incidente.

Ademas, tampoco es necesario que sean playas o piscinas profundas. Se estima que unos 30 cm de profundidad son suficientes para que se produzca un ahogamiento.

Es por esto que lo más importante para prevenir este accidente es no dejar de vigilar nunca a los niños cuando están dentro o cerca del agua. Además, tampoco podemos permanecer lejos de ellos aunque los tengamos al alcance de la vista. Asi, en caso de detectar cualquier situacion extraña, podremos tardar menos en llegar hasta donde esten y actuar.

Cómo proteger a los niños en piscinas y playas

Las claves para prevenir accidentes en el agua son:

Vigilar al pequeño en todo momento. Unos minutos de distracción son suficientes para que ocurra un accidente. Por eso, sin duda, lo fundamental es la supervisión continua.

Aprender a nadar. Es bueno llevarle a clases de natación para reforzar su seguridad en el agua. Al respecto, el doctor sostiene que “es especialmente importante para reducir el riesgo de ahogamiento de todos los niños, incluidos los de 1 a 4 años”.

Acudir a piscinas seguras. Estas deben contar con cercos y cierres, ya que pueden evitar la mitad de los ahogamientos infantiles. En esta línea, nuestro pediatra nos explica que “cuando los niños están jugando en el agua o alrededor del agua, es fundamental supervisarlos de cerca y constantemente; pero también ciertas barreras pueden ayudar a prevenir tragedias durante lapsos breves e inevitables de la supervisión, que son parte normal de la vida cotidiana”.

No dejar juguetes cerca del agua. Así lo recomienda el doctor: “Los juguetes se mantendrán fuera del área de la piscina para que los niños no sientan curiosidad e intenten atravesar dicha barrera para llegar a ellos”.

¿Qué hacer ante el ahogamiento de un niño?

No importa cuantas veces se repita: lo mas importante en estos casos va a ser la rapidez con la que se actúe. Por eso, en cuanto notemos algún comportamiento extrano del nino dentro del agua, es primordial que acudamos a ver que ocurre. Muchas veces, los ninos no emiten una senal de ayuda, sino que realizan algunos movimientos para intentar sacar la cabeza del agua, sin exito, y acaban agotandose.

Primer paso

Si observamos que algún niño se está ahogando, lo primero que deberemos hacer sera pedir ayuda para sacarlo cuanto antes del agua sin ponernos en riesgo. En el caso de las piscinas y sitios con vigilancia, habremos de pedir ayuda al socorrista, ya que ellos conocerán el protocolo de actuación.

Segundo paso

Una vez que hayamos sacado al niño del agua, tendremos que colocarlo en un sitio seguro. En este punto, lo que debemos hacer es comprobar si el niño esta consciente. Para ello, hay que ver si responde a los estimulos. Podemos llamarle, darle golpecitos e incluso zarandearlo de forma suave para comprobar su respuesta.

En cualquiera de los casos, debemos avisar a los servicios de emergencia para que acudan a hacerle una exploración mas minuciosa y a comprobar que todo está bien. Asi, pueden ocurrir dos cosas:

  • Que el niño responda a los estimulos, lo que significa que esta consciente. En este caso, colocaremos al pequeño en posición de seguridad lateral. Esto es asi para que, en caso de vomito o de que tenga que expulsar agua, no se atragante al estar boca arriba. Además, le quitaremos la ropa mojada y lo taparemos, en caso de que esté en riesgo de hipotermia.
  • Que el pequeño no responda a los estimulos. Su nivel de consciencia es bajo o nulo. Si el infante esta inconsciente, deberemos comprobar con rapidez si respira o no. Esto lo haremos acercando nuestra cara a su nariz y observando los movimientos de respiración de su torax. En el caso de que respire, actuaremos igual que si estuviese consciente y lo colocaremos en posición de seguridad y vigilaremos que este seguro y comodo mientras esperamos a los servicios de emergencia.

Tercer paso

En caso de que el niño esté inconsciente y sin respiracion, el tercer paso será realizarle una maniobra urgente de RCP (maniobra de reanimación cardiopulmonar). Para llevarla a cabo de forma correcta, se deben seguir los siguientes pasos:

  1. Colocar al niño boca arriba en una superficie firme y segura.
  2. Abrir las vias respiratorias. Esto se consigue tomando la frente del pequeño y extendiéndola hacia atrás de forma que el aire pueda entrar bien a los pulmones.
  3. Realizar 5 insuflaciones. Esto quiere decir introducir aire en los pulmones del niño. Para ello, cubriremos toda su boca y su nariz con nuestra boca y soplaremos 5 veces de manera profunda dentro.
  4. Dar un minuto de compresiones torácicas. Estas deben realizarse en el centro del pecho, a la mitad de una linea imaginaria que trazaremos entre sus dos pezones. Deben ser lo suficientemente enérgicas para conseguir que el corazón bombee la sangre de manera manual.
  5. Una vez que se han hecho las respiraciones de rescate y el minuto de compresiones, pediremos ayuda a los servicios de emergencia en caso de estar solos. Si hay mas gente alrededor, ellos ya deberían haber avisado a los servicios de emergencia en este punto.
  6. Continuaremos alternando compresiones con insuflaciones. Asi, realizaremos 30 compresiones y alternaremos con dos insuflaciones. Deberemos continuar realizando esta maniobra hasta que lleguen los servicios de emergencia o hasta que estemos completamente seguros de que el niño ha comenzado a respirar por si solo.

En el caso de un bebé

Lo primero es sacarle del agua cuanto antes, y, una vez fuera, hay que agarrarle en brazos y pedir ayuda, o, directamente, acudir al centro hospitalario próximo. Igualmente, es importante mantener su cabeza más baja que el cuerpo para intentar que no aspire demasiada agua. Además, nuestro doctor recomienda “comprobar si el bebé respira espontáneamente, y en caso contrario, practicarle la respiración artificial (boca a boca)”.

Si se trata de niños más mayores

Si ocurre en aguas con poca profundidad, y en el caso de que el menor no respire, hay que sujetar su cuerpo con un brazo y su cabeza con la mano contraria, y así realizar el boca a boca tapándole la nariz. Traslada al accidentado a la orilla, pide ayuda y continúa con las maniobras de reanimación, además comprueba el pulso, y, si es ausente, lleva a cabo el masaje cardíaco.

Si el niño recupera la respiración y el pulso, hay que acostarlo de lado, colocando el brazo interno flexionado en ángulo recto y la mano bajo la mejilla. Al mismo tiempo, se debe colocar extendida la pierna del lado interno y, en cambio, la otra pierna debe estar flexionada.

En caso de que el menor no se recupere, el doctor avisa que se trasladará al centro hospitalario más cercano, sin interrumpir las maniobras de respiración artificial y de masaje cardíaco hasta llegar al punto de destino.