El fibrinógeno o Factor I es una proteína sintetizada en el hígado que se incorpora al plasma sanguíneo. Forma parte del grupo de los factores de coagulación, junto con la protrombina, el calcio, el factor tisular, entre otros. Son 13 en total.
Por consiguiente, es uno de los responsables de detener el sangrado cuando hay una herida o una hemorragia. Este proceso complejo se conoce como «hemostasia» o «cascada de coagulación».
Si tienes el fibrinógeno alto en el embarazo aumenta el riesgo de desarrollar coálgulos de sangre, que podrían provocar enfermedades cardíacas o cardiovasculares, e incluso poner en peligro tu vida.
Por qué se eleva el fibrinógeno en el embarazo
Las variaciones en las concentraciones de fibrinógeno en el embarazo están relacionadas con el aumento de los niveles de estrógenos en la sangre de la futura madre. Después del parto, la concentración de fibrinógeno disminuye considerablemente, como también lo hacen los niveles de las hormonas maternas.
Los valores normales de fibrinógeno se encuentran entre 200 a 400 mg/dL (2 a 4 g/L). Estos valores normativos pueden variar ligeramente dependiendo del laboratorio en el cual se realice el análisis, ya que pueden analizar diferentes muestras o usar diferentes medidas.
Cuando los niveles de fibrinógeno son superiores a 700 mg/dL, la gestante puede tener un mayor riesgo de desarrollar coágulos de sangre, los cuales podrían dañar su corazón o su cerebro. Si también tiene la presión arterial alta, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares aumenta.
Qué pasa cuando el fibrinógeno está alto en el embarazo
Cuando el fibrinógeno está alto durante el embarazo, puede indicar la presencia de hiperfibrinogenemia, que es un trastorno caracterizado por niveles elevados de fibrinógeno en la sangre. Aunque es normal que los niveles de fibrinógeno aumenten gradualmente durante la gestación, un aumento significativo puede provocar las siguientes complicaciones:
- Formación de trombos: cuando se producen múltiples cambios fisiológicos y anatómicos en el embarazo como el fibrinógeno alto, puede inducir la formación de trombos, sobre todo durante el tercer trimestre de gestación y justo después del parto.
- Falta de retorno venoso: la presión que ejerce el crecimiento del útero obre la vasculatura pélvica y la vena cava inferior, provoca que el retorno venoso desde las extremidades inferiores sea más lento. Esta complicación aumenta conforme avanza la gestación.
- Preeclampsia: es una complicación grave del embarazo que se caracteriza por presión arterial alta y daño a órganos como el hígado y los riñones. Se ha observado que los niveles elevados de fibrinógeno están asociados con un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.
- Restricción del crecimiento fetal: la hiperfibrinogenemia también se ha relacionado con un mayor riesgo de restricción del crecimiento fetal. Esto significa que el feto no crece adecuadamente en el útero, lo que puede tener consecuencias para su salud y desarrollo.
- Hemorragia posparto: aunque puede parecer contradictorio, tener el fibrinógeno alto en el embarazo también puede aumentar el riesgo de hemorragia excesiva después del parto. Esto se debe a que el fibrinógeno es una de las sustancias que ayudan a formar coágulos sanguíneos, y cuando sus niveles son muy altos pueden interferir con el proceso de normal coagulación.
Así pues, el fibrinógeno alto en el embarazo puede provocar estas condiciones anatómicas que afectan la circulación sanguínea y pueden provocar daños cardíacos o cerebrales.
Cuándo es preocupante el fibrinógeno alto en el embarazo
Las mujeres suelen tener el fibrinógeno alto en el embarazo, el parto y los primeros tres meses postparto. En este periodo, son particularmente vulnerables a tener coágulos, debido que la sangre se coagula más fácilmente para reducir la pérdida de sangre del trabajo de parto y el parto. Es importante aprender a identificar y ser conscientes de los signos y síntomas de advertencia de coágulos sanguíneos y cuándo preocuparse.
A continuación, te mostramos cuando preocuparse por los coágulos en el embarazo provocados por el fibrinógeno alto:
- Trombosis venosa profunda (TVP): es un coágulo de sangre que se desarrolla en los brazos o las piernas. Cuando ocurre el miembro afectado se hincha, se experimenta dolor, no relacionado con una lesión o golpe y la piel uce enrojecida y caliente al tocarla.
- Embolia pulmonar: un coágulo de sangre en el brazo o la pierna puede viajar a los pulmones y una embolia pulmonar. Los síntomas que provoca son dolor en el pecho, dificultad para respirar y tos. En este artículo encontrarás más información sobre la embolia pulmonar: síntomas, causas y tratamiento.
Normalización del fibrinógeno en sangre
Cuando el aumento del fibrinógeno se debe al embarazo o es causado por un proceso inflamatorio, los niveles volverán a la normalidad una vez se resuelva el problema de base. De cualquier modo, en ciertos casos se requiere un tratamiento.
Por ejemplo, en función de la causa del problema, se puede recetar bezafibrato o un tratamiento de reemplazo con hemoderivados sustitutos.
Si hay riesgo de enfermedades cardiovascular, se recomiendan cambios en el estilo de vida, como una dieta abundante en omega 3, ejercicio físico y abandonar el consumo de tabaco y alcohol.