Se ha dicho que la crianza en su proceso agotador, dispendioso y desequilibrado, teniendo en cuenta que la sociedad no termina de facilitar los tiempos que deben dedicar ambos padres a sus hijos, entre otros aspectos. En ese sentido, ¿qué tanto agotamiento pueden llegar a sentir los padres durante esta ardua tarea?. ¿Alguna vez has sentido que estás viviendo en un estado eterno de agotamiento desde que tu bebé llegó? Puede ser que estés pasando por una fase de «burnout» o agotamiento parental. Si es el caso, probablemente puedas identificarte con los siguientes síntomas:
- Irritabilidad
- Cansancio extremo
- Agotamiento físico y emocional
- Sentimientos de culpa
- Ansiedad
- Ataques de pánico
El agotamiento en padres es mucho más común de lo que creemos
Criar a un bebé es un desafío y el agotamiento puede afectarnos en algún momento, ¡especialmente si eres padre o madre primeriza! Esto sucede porque estamos expuestos a altos niveles de estrés.
¿Por qué? Durante el embarazo, los padres crean sus propias expectativas y fantasías sobre cómo imaginan ser como madre o padre. Queremos ser de cierta manera porque los libros lo dicen, porque las personas a nuestro alrededor dicen que es lo que funciona, porque tenemos miedo al juicio de los demás, o porque creemos que esto nos dará una mejor conexión con nuestros hijos. Así que fantaseamos sobre todas estas expectativas de lo que hacen los padres perfectos.
Sin embargo, la mayoría de las veces, estas expectativas no se alinean con la realidad. Habrá momentos en los que te sentirás vulnerable, desesperada, abrumada y extremadamente cansada. Y eso crea una confrontación con la realidad, ya que las expectativas que creaste para ti misma parecen inalcanzables. Es en este punto cuando podemos sentirnos abrumados y queremos gritar o tirar la toalla. Es entonces cuando aparece el «burnout» o agotamiento parental.
Tiempo de calidad para ti
A menudo, tenemos la falsa creencia de que para ser buenos padres debemos sacrificarlo todo por nuestros hijos, y cuando no nos ponemos en primer lugar, sentimos una enorme culpa. Pero en realidad, necesitamos sanar esa culpa y entender que dejarnos para el final no es lo mejor, ni para nosotros, ni para nuestros hijos.
Lo que recomendamos es siempre tener en cuenta el autocuidado, porque tú también mereces tiempo para ti misma. Necesitas retomar el ejercicio que disfrutabas, leer un capítulo de tu libro favorito o salir con tus amigos. Recuerda que necesitas estar bien para que tus hijos también estén bien.
Lo que no hablamos, el cuerpo lo expresa. Y a veces, debido al cansancio o al estrés, el cuerpo puede enviar señales de que necesita descanso, como un resfriado, fiebre o una infección estomacal. También es muy importante para tu salud mental y física darte esos momentos para ti misma.
Consejos para superar el burnout
A veces, tenemos tantas cosas en la cabeza que ni siquiera nos damos cuenta cuándo llega el agotamiento. La recomendación siempre es darte ese espacio para ti misma diariamente, aunque sean 5 o 10 minutos; cada persona es diferente y cada persona debe encontrar lo que le brinde ese descanso o bienestar.
Conéctate con tu cuerpo, busca un momento de silencio e identifica cómo te sientes. Si tienes alguna sensación o dolor, tal vez ahí puedes identificar el cansancio, la ansiedad, el estrés, ganas de llorar, etc. Cuando identifiques las sensaciones de tu cuerpo, intenta relajarte, escucha a tu cuerpo y, si te pide descanso, descansa.
Pide ayuda si te sientes abrumada, cansada, estresada o sospechas que puedes tener depresión postparto. La tarea de criar a un pequeño es algo en lo que definitivamente necesitamos una red de apoyo, así que pide ayuda a tu pareja, familiares o incluso a un profesional. Di lo que sientes, lo que necesitas y lo que esperas. No te sientas culpable si dejas a tu bebé en una guardería o cuentas con la ayuda de alguien contratado.
En momentos de agotamiento, tómate un tiempo para ti y date espacio para recargar las energías. Aprovecha cualquier oportunidad para cuidarte y hacer algo que te traiga felicidad. No olvides que tú también mereces amor y cuidado, y ser un padre o una madre feliz es lo mejor que puedes ofrecer a tus hijos. ¡Sé compasiva contigo misma y no te exijas ser perfecta!