Durante todo el embarazo el sistema respiratorio del bebé se va formando hasta la maduración completa de los pulmones alrededor de la semana 36 o 37.
Dentro del útero, el bebé ha permanecido en un estado líquido y el flujo de oxígeno le llegaba a través del cordón umbilical. Durante el parto, se produce el cambio de un medio líquido a un medio gaseoso y el aparato respiratorio del recién nacido experimenta cambios que permiten al bebé respirar.
Cómo empieza a respirar el bebé
Al respirar se produce un intercambio de gases en los alveolos pulmonares con el medio, se desecha el dióxido de carbono y se capta oxígeno. Para establecer con éxito la respiración normal tras el nacimiento, no debe haber obstrucciones en el árbol respiratorio y debe haber una buena madurez neurológica que controle el movimiento de inspiración-espiración.
Durante el embarazo, el feto realiza este intercambio de gases a través de la placenta. En el seno materno los pulmones del feto están llenos de líquido.
La mayor parte de la sangre no pasa a través de los pulmones en desarrollo del bebé; en su lugar, viaja a través del corazón y fluye a lo largo del cuerpo del bebé. A los siete meses de gestación están formados todos los bronquios y alveolos pulmonares.
Durante el parto, el feto vive una situación de estrés importante y el líquido de sus pulmones se reabsorbe o se expulsa por la boca para que el recién nacido pueda realizar la primera respiración.
En un parto normal la presión que sufre el tórax del bebé, al pasar por el canal del parto, le ayuda a eliminar el líquido pulmonar, mucus y líquido amniótico. Ésta es una de las razones que explican por qué en condiciones normales el parto vaginal es mejor que la cesárea, es la forma natural de ir preparando el organismo del bebé a la vida extrauterina.
Cuándo empieza a respirar el bebé
El tiempo medio para el establecimiento de la respiración regular en el neonato es de unos 30 segundos. La primera respiración suena como un jadeo, a medida que el sistema nervioso central del recién nacido reacciona al cambio súbito en la temperatura y en el medio ambiente.
Un tercio de la sangre y el oxígeno del bebé permanecen en la placenta durante 5 o 10 minutos tras el nacimiento, de modo que si no se produce el corte prematuro del cordón umbilical éste seguirá oxigenando al bebé que obtiene un descubrimiento calmado y relajado del mundo exterior y de la respiración.
La práctica del corte prematuro del cordón significa que los bebés se ven privados de oxígeno de forma instantánea. Entonces el bebé intenta respirar antes de que el mucus y el líquido amniótico hayan salido (por eso se les practica la aspiración nasal y el golpe en la espalda).
Una vez que los alvéolos están llenos de aire por primera vez, una sustancia llamada surfactante pulmonar se encarga de que no se colapsen.
El surfactante pulmonar está presente en el feto a las 34 semanas de gestación y es de gran ayuda en el momento de la primera respiración, porque disminuye la presión que ha de realizar el bebé para abrir el alveolo por primera vez. Esta sustancia es responsable de que los pulmones se mantengan siempre abiertos y no se cierren al expulsar el aire en cada respiración.
En resumen, una vez que se corta el cordón umbilical y el bebé realiza la primera respiración, éstos son los cambios que ocurren en sus pulmones y aparato circulatorio:
- El aumento de oxígeno en los pulmones causa una disminución en la resistencia del flujo de sangre a los pulmones.
- La resistencia del flujo de sangre de los vasos sanguíneos del bebé aumenta.
- El líquido amniótico drena o es absorbido desde el aparato respiratorio.
- Los pulmones se inflan y empiezan a trabajar por sí solos, llevando oxígeno al torrente sanguíneo y eliminando el dióxido de carbono a través de la exhalación.
La primera respiración tras una cesárea
Aunque nazcan a término, los bebés que nacen por una cesárea tienen más probabilidades de tener dificultades para respirar que los bebés que nacen por la vagina.
Si se ha iniciado el parto natural con contracciones que han comprimido al bebé, incluso con cierto descenso fetal por el canal del parto, aunque finalice en cesárea sí que se habrá producido cierta expulsión del líquido que ocupa los pulmones del bebé (aunque no tanta como si efectivamente hubiera atravesado todo el canal).
Si el parto ha sido por cesárea programada donde la madre no ha estado de parto, no ha tenido contracciones y el tórax del recién nacido no ha sido comprimido a lo largo del canal del parto, pueden transcurrir hasta varias horas hasta que todo el líquido de los pulmones se reabsorba.
Por eso los bebés nacidos por cesárea tienen más tendencia a estornudar y toser y a veces se atragantan con dicho líquido que intenta salir.
Lo ideal sería que, en el parto vaginal, se permitiera retrasar un poco la primera respiración del bebé, su primer logro en su nueva vida, y permitirle entrar en contacto con su nuevo medio y con su madre unido a la placenta por el cordón.