Esos ruidos son los sonidos abdominales, también conocidos como ruidos hidroaéreos. Son resultantes del trabajo tanto del estómago como de los intestinos y forman parte del proceso normal de la digestión. Se presentan de manera normal y sobre todo en los menores de 3 meses de edad debido a la inmadurez de su aparato digestivo.
Por lo demás son inofensivos (más adelante te cuento cuándo pueden ser motivo de alarma para los padres) y entran dentro de la parte del desarrollo normal del lactante, sin que tengas que preocuparte si los presenta. Dentro de las posibles causas por las que a un bebé y a uno niño le suenan las tripas nos encontramos con las siguientes:
1. Inmadurez del sistema digestivo del lactante
Como se dijo anteriormente es lo más común. El lactante presenta un sistema digestivo que no está totalmente maduro por lo que es normal que estos sonidos estén presentes y sean normales.
2. Ingestión de los alimentos
Suele suceder que tras alimentar al bebé, estos ruidos aparezcan debido al proceso digestivo que se ha puesto en marcha para digerir los alimentos. Suele ocurrir entre 1 a 2 horas posterior de la ingesta alimentaria.
3. Hambre
Cuando una persona siente hambre, el organismo empieza a enviar signos para demostrar lo que está sintiendo, de manera que se mandan señales hormonales al cerebro y este a su vez las traslada a los intestinos para ‘reclamar’ el alimento y es cuando se escucha el ruido del ‘gruñir de los intestinos’.
Aquí es importante que los padres conozcan el siguiente dato: la cantidad de alimentos que el niño pueda comer en una comida. Según explican en el informe ‘La alimentación del lactante y del niño pequeño’, realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) depende de la capacidad o tamaño de su estómago, la cual usualmente es de 30 ml por kg de peso. Un niño que pesa 8 kg tendrá una capacidad gástrica de 240 ml, aproximadamente un vaso o taza lleno de tamaño grande; no se puede esperar que coma más que esta cantidad durante una comida.
4. Cólicos infantiles
Son un trastorno funcional gastrointestinal que suele ocurrir de manera fisiológica en los lactantes; de hecho, la literatura reporte que forman parte normal del desarrollo, así que si el niño presenta cólico, llanto y sonidos en su tripa no debes alarmarte. Ahora bien, el hecho de tener sonidos abdominales no determina que el niño termine teniendo cólicos.
5. Estreñimiento o diarrea
Los sonidos abdominales pueden estar presentes tanto si el bebé tiene dificultad para expulsar las heces como si presenta un episodio de diarrea. ¡Su estómago está ‘funcionando’ demasiado!
6. Intolerancia alimentaria
Es muy raro que haya sonidos abdominales en estos casos, sin embargo se puede dar su aparición por esta causa, pero sería uno más de todos los síntomas que alertan a los padres de que su hijo puede tener una intolerancia alimentaria. Estudios alimentarios específicos o/y pruebas de provocación son los que confirmarán el diagnóstico final.
Cuándo es peligroso el sonido de tripas en el estómago del bebé
En todo caso no es motivo de estrés que presente estos ruidos. La recomendación es que, si están presentes junto con otros síntomas como llanto, diarrea, diarrea con sangre, vómitos, reflujo persistente, flatulencias fétidas, sangrado rectal, estreñimiento, distensión abdominal, debe evaluarlo el pediatra y determinar si obedece alguna causa importante que requiera tratamiento específico.
Existen patologías en las que los sonidos están apagados, a lo que se les conoce en términos médicos como ruidos intestinales hipofonéticos o hipoactivos; o por el contrario están aumentados y, en esto casos, sí se asocian con patologías gastrointestinales. En todo caso, siempre la evaluación pediátrica determinará la conducta terapéutica a seguir.