El contacto físico propicia el clima hormonal necesario para la producción de leche. Y el porteo es una forma muy práctica de ofrecer contacto. En la parte frontal del cuerpo tenemos muchos receptores de oxitocina; por eso, cada vez que llevas al bebé sobre tu pecho estás estimulando esos receptores y estimulando tu producción.
Portear facilita el día a día en la crianza y nos ayuda a ganar confianza. Con el bebé tan cerquita, es más sencillo identificar y responder a las señales tempranas de hambre. También es un hecho que los bebés porteados lloran menos y están más tranquilos; otra gran baza para establecer la lactancia en un clima de calma.
Y hablando de establecer la lactancia, si hay algo que supone un reto en las primeras semanas y meses con nuestro peque son las famosas crisis… esos días caóticos en los que parece que no haces otra cosa que dar teta, y encima el bebé se pelea con el pecho o se distrae con cualquier cosa. Ahí también el porteo es un gran aliado que facilita mucho el amamantamiento, porque el porteo es movimiento y los bebés adoran ser mecidos (y para ti significa… ¡manos libres!).
Recomendaciones para la lactancia durante el porteo
Es necesario que te sientas segura y en confianza con el porteo antes de probar diferentes posturas para amamantar al bebé, por lo que debemos tomar en consideración algunas recomendaciones previas:
– El portabebé debe ser ergonómico y que se ajuste a la edad y el desarrollo de tu bebé, es decir, que le permita tener una posición natural, como cuando estaba en tu vientre: que le facilite la curvatura natural de su espalda y que la apertura de sus piernas y sus muslos queden apoyados en el portabebé.
– El fular y la bandolera van muy bien para los primeros meses ya que te permite hacer pequeños ajustes y dan soporte a su cabecita; los que son tipo mochila, para cuando están más grandecitos, les da un poco más de movimiento y mayor radio de visibilidad, ahora que estarán más curiosos.
– La cabeza del bebé debe mantenerse sostenida mientras se amamanta. Por lo cual es conveniente que tu bebé tenga control cefálico antes de iniciar la lactancia mientras es porteado, de lo contrario, debes sujetarla suavemente.
– El proceso de lactancia debe estar en buenas condiciones de agarre y tus pezones sanos, para que no haya inconvenientes o incomodidades en ambas partes y se disfruten el momento.
– Por supuesto, es necesario que tengas habilidad en el manejo del portabebé, apretarlo y aflojarlo, ajustándolo fácilmente, sintiéndote segura de cambiar de posición al bebé sin ayuda y sin tener que sacarlo completamente.
– Un tip adicional: lleva ropa cómoda, que no te oprima el pecho y te permita rápidamente tener a disposición tu lechita.
Mejores posiciones para amamantar mientras porteas
Básicamente, existen dos posiciones de amamantamiento al bebé mientras lo porteas, la postura tradicional, llamada de cuna o semi-tumbado, y la postura vertical en la que, tanto la columna como la cabecita del bebé se mantienen en posición vertical. En este caso, el bebé puede estar vientre con vientre, o de lado, apoyado en tu cintura, a modo de caballito.
Ninguna es mejor que la otra, la ideal será siempre en la que tú y tu bebé se sientan cómodos. Puede que sea la misma durante un tiempo o variar en las tomas diarias, de cualquier forma, estará bien. ¿Cómo lo hacemos?
Una recomendación general al momento del porteo es que la cabecita de tu bebé esté al alcance ‘de un besito’, es decir, que tú puedas besar su cabecita con solo inclinar la tuya. Partiendo de esta posición, deberás bajar al bebé a la altura del pezón para comenzar a darle su lechita. Acá te guío en el procedimiento para amamantar mientras porteas con fular, bandolera o mei-tai, colocando al bebé en posturas de cuna y vertical (vientre con vientre o de caballito),
Lactancia materna con fular y en postura de cuna
Lo primero que debes hacer es aflojar el nudo que llevas a la cintura, dejando las tiras colgadas en tus hombros. Metes tu mano dentro de la bolsita donde está tu bebé y lo tomas por sus piernas y nalguitas, para colocarlo en la postura de cuna, a la altura de tu pecho, haciendo nuevamente una bolsita, donde estará cómodo.
Con una mano, sostienes su cuerpo y su cabecita y con la otra, tomas la tira del fular para ajustarlo a la nueva presión que necesitas. Una vez realizado, pasa a sostenerlo con esa mano, sin soltar la tira que tienes ajustada y liberas la otra mano, para proceder a hacer el ajuste en la tira del lado contrario.
Una vez ajustadas en la posición deseada, asegúrate que su cabecita esté sostenida en la bolsita donde está recostado y procedes a asegurar sus piernitas y su espalda con las tiras correspondientes, que cruzarás bajo sus nalguitas en forma de equis, para sostener nuevamente en la parte de atrás con un doble nudo. Finalizada la toma, sueltas los nudos en tu cintura y procedes a colocarlo en la posición inicial, a la altura ‘de un besito’ y ajustar nuevamente las tiras a tu cintura.
Dar el pecho con fular y en postura vertical
Aflojas los nudos que llevas a la cintura y, manteniendo una tira en cada mano, tomas la parte delantera del fular y bajas suavemente al bebé a la altura de tu pecho. Luego, cruza ambas tiras por debajo de sus nalguitas, en forma de equis, para ajustar nuevamente el fular con doble nudo en tu cintura. Al finalizar la toma, afloja los nudos de tu cintura, sube al bebé a la posición inicial y ajusta de nuevo a tu cintura.
Amamantar a un bebé con bandolera y en postura de cuna
Comienza soltando los anillos para que tengas facilidad en desplazar la tela y bajar al bebé a la altura del pecho. Mete tu mano en la bolsita donde tienes al bebé, toma ambas piernitas y llévalas a un costado, hacia el lado de los anillos de la bandolera, reposando su cabecita en el pliegue interno de tu codo. Con la mano que tienes libre, armas de nuevo su nidito y ajustas en el anillo de la bandolera, la tela sobrante para asegurarlo de nuevo a tu cuerpo. Ya estará en posición para alimentarse.
Al terminar, para volver a la posición vertical, toma al bebé en tus brazos y le haces de nuevo su nidito, cuidando de cubrirle hasta la mitad de su cabecita con la parte superior de la tela, asegurando la parte inferior, donde estará apoyadito. Ajustas nuevamente la tela sobrante con el anillo de la bandolera.
Alimentar con leche materna en una bandolera y en postura vertical
Sueltas un poco los anillos de tu bandolera para que la tela afloje y puedas bajarlo a la altura del pecho. Una vez finalizada la toma, ajustas de nuevo su bolsita y lo subes a la posición inicial, pasando nuevamente por los anillos, la tela que aflojaste y que ahora es un sobrante, para lograr el ajuste deseado.
Cómo dar el pecho con mei-tai y en postura de cuna
Suelta los amarres que llevas a la cintura, toma al bebé por sus axilas y lo llevas a la altura de tu hombro, sin sacarlo completamente del mei-tai, solamente para separarlo del ‘asiento’. Agarra sus piernitas y las sacas por uno de los lados, de manera que puedas hacer la postura de cuna y apoyarlo nuevamente en el mei-tai.
Toma de nuevo los tirantes pasando una tira bajo su espalda y la otra sosteniendo sus piernitas, cruza ambas tiras en tu cintura, en forma de equis y haciendo siempre doble nudo en tu cintura. Una vez termine de tomar su lechita, suelta estos nudos, afloja el mei-tai y toma a tu bebé para llevarlo a la posición inicial, ajustando de nuevo a tu cintura.
Amamantar con mei-tai y en postura vertical
Aflojas el nudo que llevas a la cintura y, sin soltar las tiras de tu mano, baja al bebé a la altura de tu pecho. Haz de nuevo, con las tiras, una equis bajo sus nalguitas y ajusta a tu cintura con doble nudo. Cuando finalice la toma, suelta estos amarres, sube al bebé a la altura deseada y asegura de nuevo las tiras en forma de equis y doble nudo en la parte de atrás de tu cintura.
Para las mochilas ergonómicas, seguirás estos procedimientos básicos, abriendo y cerrando los broches de ajuste que tenga el modelo que utilices. En todos los casos, es muy importante que conozcas muy bien el funcionamiento del portabebé que usas y la práctica diaria te hará ganar habilidad para hacer estos procedimientos sin complicaciones.