bebé durmiendoLa forma de dormir del niño nos revela rasgos de su personalidad. Si observas a tu hijo cuando duerme, si te fijas en qué le ocurre con el chupete y cómo deja la cama cuando se despierta, descubrirás mucho sobre su carácter. A continuación se identifican 7 rasgos de carácter asociados al sueño. Esta clasificación no va destinada a juzgar al niño sino a “conocerle”, lo que significa quererle cada día más.

1. El inquieto y curioso se mueve mucho en la cama, cambiando constantemente de postura. Le cuesta relajarse.

2. El tranquilo apenas se mueve. Ni siquiera se despierta cuando pierde el chupete.

3. El introvertido duerme boca abajo, cogido de la almohada o de un peluche, tapado con y con varios chupetes a su alrededor.

4. El extrovertido se coloca boja arriba con las manos abiertas. Se suele destapar.

5. El miedoso se tapa la cara con la sábana y duerme acurrucadito en una esquina de la cama, junto con su peluche. Le cuesta desprenderse del chupete.

6. El distraído se suele caer de la cama y pierde el chupete.

7. El rebelde acaba la noche del revés, con la cabeza en los pies de la cama y las sábanas y mantas en el suelo.

Ser consciente del carácter o temperamento del niño nos ayuda a adaptar nuestros cuidados a su forma de ser y sus necesidades.

Otros factores que influyen en la forma de ser de los niños

Puede que la personalidad de los niños venga determinada en parte por la genética. Pero también es cierto que hay otra serie de factores que influyen mucho en la personalidad y en la forma de ser de nuestros hijos, más allá de su forma de dormir:

– El entorno
La gente que tenemos a nuestro alrededor no solo va a condicionar nuestra forma de pensar o actuar, sino también los rasgos que definen nuestra forma de ser. Las experiencias, las vivencias, nuestra relación con los demás y la observación directa se van quedando con nosotros.

– Valores y creencias
Los valores se los enseñamos a nuestros hijos de bien pequeños. Si les hacemos ver la importancia y la necesidad de la generosidad, el respeto y la tolerancia, se convertirán en cualidades que los ayuden a crecer como personas. Las reglas, las normas, las creencias y los límites también conformarán el comportamiento de nuestros hijos, ahora y cuando sean adultos.

– El cariño que reciben de su familia 
¿Qué lleva a una persona a ser más cariñosa, amable o empática? Entre otras cosas, las muestras de afecto que recibe siendo un niño, junto con el vínculo de apego que establece con sus padres y que será determinante en el desarrollo de sus acciones.

– Las habilidades sociales
Se desarrollan en la primera infancia y se van consolidando según nos acercamos a la adolescencia. Por eso, el modo en que hacemos amigos y cómo nos relacionamos con personas desconocidas también va a influir en la personalidad de cada uno.

Antes de preocuparte por lo bien o mal que duerme tu bebé, has de saber que su sueño no es exactamente igual que el tuyo. En los adultos el ritmo de dormir y estar despierto está claramente ajustado al periodo de 24 horas –ritmo circadiano–, lo que significa que el periodo de sueño principal se da durante la noche. Por el contrario, los bebés duermen en periodos de 3 o 4 horas, independientemente de que sea de noche o de día. A medida que pasa el tiempo, tu pequeño estará despierto más horas durante el día y sus ciclos de sueño serán más largos durante la noche.

Además de la frecuencia de sus despertares nocturnos, el sueño de los niños tiene otra peculiaridad: está dividido en dos fases.
* Sueño activo. En ella, el bebé hará ruiditos y gestos con la boca, tendrá una respiración más agitada y moverá los ojos y las extremidades.
* Sueño tranquilo. El bebé duerme profunda y relajadamente, sin movimientos oculares y corporales y con una respiración regular.
En los primeros meses de vida, el sueño activo ocupa prácticamente la mitad del tiempo en que el niño duerme. Poco a poco, el niño irá madurando y el sueño activo se irá reduciendo hasta alcanzar la proporción que ocupa en el adulto: un 25 por ciento. Por eso no debes preocuparte si tu pequeño parece intranquilo cuando duerme.

¿Duerme lo suficiente?

¿Pero cuántas horas necesita dormir un bebé? Eso depende de la edad y de las características de cada pequeño. Igual que ocurre con los adultos, algunos son más dormilones que otros. Para saber si tu bebé descansa lo suficiente no tienes más que observarle durante el día: si tiene energía, está alegre y se comporta con normalidad no tienes que preocuparte.

Los bebés ya duermen cuando están en estado fetal, sobre todo en el tercer trimestre de embarazo. En la barriga de su mamá, presentan momentos de vigilia seguidos de periodos de inactividad muy semejantes a las fases de sueño que tienen los recién nacidos. Cuando vienen al mundo duermen mucho, de 16 a 18 horas. Cada 3 a 4 horas, se despertará y pedirá de comer. A partir de los seis meses siguen haciéndolo, pero sus momentos de sueño por el día son ya más cortos, hasta que al cumplir un año sólo necesitan una o dos siestas para recuperar fuerzas