Uno de los mayores temores que tenemos como mamás al momento de dar a luz es el que puedan confundir a nuestro bebé e intercambiarlo por otro luego del nacimiento. Pero, es importante que tengamos en cuenta que en la actualidad, existen ciertos protocolos de identificación que hacen que sea prácticamente imposible que un hecho así suceda.
Y es que desde el momento en que la madre llega al hospital se le adjudica un codificador irrepetible, que es imposible falsificar y que consta de cinco fragmentos: dos se ponen en la documentación clínica y en el DNI del recién nacido y los otros tres, en la pulsera de identificación de la madre, en la del bebé, que la lleva en su pierna, y en la pinza de su cordón umbilical. Además este codificador neonatal contiene las huellas de la madre y del bebé digitalizadas.
En la actualidad los errores por confusión de bebés prácticamente han desaparecido:
En cuanto al proceso, desde que la embarazada entra en la sala de parto y da a luz, se le coloca al recién nacido la pulsera en el tobillo que llevaba la madre en su muñeca. Acto seguido se le coloca la identificación en el ombligo. En este momento suelen tomársele las huellas dactilares tanto a la madre como al bebé que quedan impresas en un documento que será el que después los padres tendrán que presentar ante el Registro Civil y también en el Documento de Identificación Sanitario Materno-Filial, donde se coloca también uno de los fragmentos del codificador. Puede decirse que se trata del primer carné de identificación del pequeño, que junto al resto de documentación civil que dan en el hospital, son los que permiten inscribir al niño en el Registro.
De igual forma, aún en la sala de parto suele rellenarse la historia clínica de la madre, añadiendo los nuevos datos del bebé, es decir, el sexo, hora del nacimiento, historia del parto… y también entonces se abre una nueva historia clínica para él, donde se coloca el fragmento del codificador neonatal que queda. De este modo, una vez que la madre sale de la sala, tanto la madre como su hijo, ya están identificados siguiendo este protocolo de custodia y también están unidos legalmente.
En ocasiones se añaden muestras de sangre a la ficha de identificación del recién nacido
A menudo también se toman muestras de sangre de la madre, así como de su bebé, mediante un sistema de identificación informática. Además, en algunos centros es muy común tomar una muestra de sangre del cordón umbilical e incorporar estos resultados a la ficha del recién nacido.
Aún así, a pesar de esta explicación, es cierto y así lo dice la Asociación Española de Pediatría que, cada hospital, dentro de este protocolo tiene una forma de actuar, aunque normalmente el procedimiento suele ser similar, ya que está establecido de esta forma. De este modo hoy en día, cuestiones como el hecho de que antes incluso de salir del paritorio ya se identifique al pequeño y a la madre y se les vincule, o que todos estos procedimientos se hagan ante la mirada del padre y de la madre para que ellos mismos lo vean y no haya dudas, que exista este código que es irrepetible, así como la existencia de sistemas de identificación informática avanzados hacen seguro todo este procedimiento.
Tres claves de seguridad que debes conocer cuando nace tu bebé
1 Pruebas al recién nacido a pie de cama
Todas las pruebas médicas, exploraciones, controles o chequeos que se le hacen al recién nacido en las primeras horas de vida, deben realizarse a pie de cama. Es decir, siempre dentro de la habitación, nunca fuera de la misma.
Bien sea un médico que venga a revisar el estado del bebé o una enfermera a ponerle una vacuna o hacerle una prueba, como la prueba del talón, tiene que ser en la propia habitación.
Toda persona que entre a la habitación tiene que identificarse como personal del hospital.
2 Que el padre acompañe al bebé
Si no es posible, como por ejemplo, si se llevan al bebé para bañarlo fuera de la habitación, debe ir siempre acompañado de un familiar, que generalmente es el padre, o la madre si está en condiciones, o ambos. Sino, un abuelo, una abuela o cualquier familiar. Si no hubiera nadie que pueda acompañar al bebé fuera de la habitación, se realizará en otro momento.
En algunos hospitales, se baña al bebé dentro de la propia habitación, y cada vez más se opta por no bañarlo ya que no es algo necesario. Solamente se lo limpia de restos de sangre o vernix en la sala de partos.
3 El bebé nunca debe abandonar la habitación sin acompañamiento
Desde el momento del parto en el que se identifica a la madre y al bebé, y se toman las huellas plantares, el binomio madre-bebé no debe separarse bajo ningún concepto.
De la sala de partos, madre y bebé son llevados juntos a la habitación, o si la madre se queda en la sala de reanimación tras la cesárea lo ideal es que pueda estar recuperándose con su bebé piel con piel, que no pierda el contacto con ella, estando más tranquilo, regulando mejor la temperatura y teniendo oportunidad de hacer su primera toma al pecho. De no ser posible, el bebé estará siempre acompañado por el padre u otro familiar.
Cómo ves, no es tan fácil que tu bebé sea confundido dentro del hospital, esperamos que estés más segura con el artículo que acabamos de escribir, ya que lo hicimos pensando en todas esas mamás que se estresan un poco por tal motivo.