La educación de los hijos es una prioridad para los padres. Es necesario hacer de ellos personas responsables y respetuosas. Esto no se consigue utilizando la disciplina punitiva, es decir, castigando o dando azotes. Con esto solo provocamos resentimiento, baja autoestima, rebeldía, venganza. Todo lo contrario, debemos usar la disciplina positiva.
Si usamos el castigo, el niño actuará de forma adecuada, pero no por comprender el porqué no debe actuar así, sino por miedo. Pero si el chico no comprende por qué no debe actuar así, cuando no esté lo que teme, volverá a hacer todo de manera inadecuada. Esto ocurre porque no entenderá que es responsable de sus actos, ni de las normas. Además, tampoco sabrá valorar las consecuencias.
Por eso es tan importante que en la educación de nuestros hijos usemos la disciplina positiva. Esta está basada en el respeto, se fomenta el autocontrol y autoestima del niño.
La disciplina es necesaria para educar a nuestros hijos, para que sepan lo que se puede o no se puede hacer. Tienen que aprender que son responsables de su conducta y todo lo que hagan tendrá una consecuencia. Gracias a la disciplina, ellos serán capaces de comportarse y actuar correctamente. Desde bebés esto les proporcionará seguridad.
La disciplina hay que entenderla como un medio para que nuestros hijos tengan un desarrollo sano y feliz. El camino para que ellos lleguen a ser independientes, responsables, sin provocar reacciones negativas y no lastimando su autoestima.
Por ello, con la disciplina positiva conseguiremos que nuestros niños y niñas maduren, para que el día de mañana sean jóvenes responsables y felices.
Vamos a pasar a conocer algunas técnicas que nos ayudaran para aplicar la disciplina positiva con nuestros hijos.
Técnicas para aplicar disciplina positiva
Elogia lo que te gusta
Cuando tu niño se comporte bien y actúe de la manera correcta, elógialo, reconoce su logro y felicítalo. Con esto reforzaremos las conductas que queremos que se repitan.
Entiende al niño
Es importante que nos pongamos en su lugar, entender cómo se siente, cuáles son sus sentimientos y las razones que lo llevan a hacer lo que hace. Si identificamos las creencias que lo llevan a comportarse de esa manera podremos trabajar para cambiarlas, en vez de cambiar el comportamiento.
Sé un ejemplo para tu hijo
Los pequeños suelen aprender mucho más de lo que observan que de lo que escuchan. Por esta razón hay que actuar con coherencia para servir de modelo a los niños.
Critica la acción, no a la persona
Cuando haga algo malo, hay que criticarle la acción en sí, explicarle por qué no debe hacer eso. Nunca lo insultes o ridiculices por eso.
Establece unas rutinas y normas
Con esto conseguiremos que los pequeños no realicen las conductas no deseadas. Por ejemplo, si un niño sabe que hay que recoger después de jugar, lo hará porque es una norma y sabe que si no lo hace así tendrá consecuencias que no le agradan. Por ello, tratará de hacerlo bien.
Tabla de recompensas
Cuando establezcamos los limites y reglas, es mejor hacerlo en una tabla por escrito. De esta manera el niño podrá poner una pegatina por cada acción bien realizada y de esta forma se reforzará su comportamiento adecuado.
Explica el porqué
Siempre que le digamos a nuestros hijos qué acciones no deben realizar, hay que explicarles el porqué. De esta manera se sentirán más animados a obedecer porque entenderán la razón.
Tiempo fuera positivo
Esta técnica consiste en crear un espacio en casa, en el cole… decorado de manera que al niño lo ayude a calmarse y sentirse relajado. Por ejemplo: libros, juguetes, hojas y colores para pintar, pizarras, etc. Y cuando el chico esté alterado o fuera de control, podrá recurrir a ese lugar para tranquilizarse y volver a su estado emocional equilibrado.
Meditación del globo
Con este método conseguirás que cuando tu hijo esté alterado o tenga un ataque de ira, se tranquilice. Con esta técnica enseñas al niño a que sienta su barriguita como un globo que se infla y desinfla al respirar. De esta manera toma consciencia de su cuerpo y su respiración y lo ayuda a relajarse.
Estos son solo algunos ejemplos de técnicas que podemos usar para aplicar la disciplina positiva en la educación de nuestros hijos. Recuerda que tú eres la técnica más eficaz para modelar el autocontrol de tus hijos. Si ante una situación estresante logras no perder el control y hacer algún ejercicio para calmarte, estarás enseñando a tu pequeño el mensaje más poderoso y que le proporcionará las habilidades necesarias para ser un adulto de éxito.