En muchas ocasiones ponemos a nuestros hijos etiquetas sin darnos cuenta. Ya sea una etiqueta positiva o negativa siempre va a dejar huella en su personalidad. Si llamamos “perezoso” a nuestro hijo, no le vamos a ayudar en su desarrollo personal y podemos disminuir su autoestima.
Las etiquetas que se ponen a un nino o un adolescente son complicadas de eliminar Por lo tanto es mejor evitar tanto las etiquetas positivas como las negativas. Etiquetar es una costumbre arraigada que no aporta ningún beneficio para nuestros hijos, por lo que debemos de intentar eliminarlas. Aunque los adultos no lo hacemos de forma consciente, sin maldad, sin darnos cuentade lo que esto conlleva, de la huella que deja, del peso que tiene…
La Etiqueta de “Perezosa” o “Perezoso”
Una etiqueta es un adjetivo dirigido directamente a la identidad de la persona, a su ser… Cuando decimos “eres…” marcamos una senda para el futuro en lugar de hablar sobre un asunto puntual. El verbo ser indica un rasgo, permanente, dificilmente modificable. Cuando lo utilizamos con el nino, le estamos transmitiendo una caracteristica que consideremos inherente a su forma de ser (eres vago, eres tonto, eres malo, eres torpe…). No obstante, si en vez del verbo ser utilizamos el verbo estar o el verbo hacer, estaremos haciendo alusion a un estado que puede ser pasajero en vez de a un rasgo de su personalidad, y el nino lo entendera como tal. Si decimos “estas hoy un poco despistado, te dejas las cosas por ahi…” estaremos comunicandonos con el nino de una manera mucho mas constructiva… Es una profecia autocumplida.
Algunas etiquetas tienen mucho impacto en la autoestima de nuestros hijos. Por ejemplo lloron, miedoso, malo, tonto, perezoso… Hemos de tener en cuenta que no significa que sean perezosos en todo momento si no que no aceptan y llevan a cabo nuestra orden en ese momento, puede que otro dia lo hagan a la primera y que hoy les este costando mas.
¿Me he Convertido en un “Perezoso” para Siempre?
Existen situaciones y conflictos con los hijos en los que no tenemos las estrategias y el control emocional suficiente, por lo que terminamos profiriendo insultos, etiquetas y criticas que pueden ser devastadoras. La critica de la personalidad o del caracter hacia un nino o adolescente, le infunde sentimientos negativos de si mismo y le causa un efecto devastador. Cuando calificamos al nino o adolescente de “perezoso”se producen reacciones en su cuerpo y en su alma, siente resentimiento, ira, fantasias de venganza o falta de autoestima… y actúa fielmente a su creencia limitante: “Si soy un perezoso… ¿para que me voy a esforzar?”
La diferencia entre lo que somos y lo que hacemos determina enormemente la actitud con la que nos enfrentemos a ello. Si soy un perezoso no hay nada que hacer, pero si me comporto como un perezoso, siempre tengo la opcion de comportarme de otra manera.
Sugerencias para evitar que los ninos sean perezosos:
Prioritariamente les asignaremos tareas en casa acordes a su edad y a sus habilidades. Siempre estamos pensando que podemos hacer para que nuestros ninos sean mejores, tengan un buen trabajo en el futuro y lleguen a ser felices. Educar en autonomia no es tarea facil, el grado de independencia dependera mucho de la educacion que les demos. Muchos de nosotros solemos anticiparnos a las acciones de nuestros hijos y no les permitimos actuar o a hacer algunas otras cosas que podrian hacer solos. Creemos que aún no tienen capacidad de autonomia y asumimos responsabilidades que son suyas por evitar que se hagan dano, por comodidad para conseguir resultados mas rapidos o porque no confiamos en su capacidad reaccion.
Los ninos aprenden a ser autonomos a traves de las pequenas actividades diarias que desarrollaran en casa, en la guarderia o en el colegio y desean crecer, quieren demostrar que son mayores en todo momento; nuestra mision como padres se basa en potenciar tareas que ayuden a los ninos a demostrar sus habilidades: Colocar los cubiertos en la mesa, recoger su habitacion o comer solo son acciones que ayudaran a los ninos a situarse en el espacio en que viven y a sentirse útiles y participes dentro de su propia la familia. Todos los ninos pueden ser educados en la autonomia, pero no todos los ninos son iguales, cada uno desarrolla las capacidades de una forma distinta. Podemos pedir que todos “hagan lo mismo” pero sin esperar “los mismos resultados”; conocer la evolucion de nuestros hijos y prestar ayudar proporcionalmente a su nivel madurativo nos orientara a la hora de evitar solucionarlos la tarea cuando ellos sean capaces de realizarla solos.
Cuando escuchemos: “Quiero hacerlo solo… ¡ya soy mayor!, respetaremos su decision y recordaremos que una mayor autonomia implica una mejora notable de la autoestima. Ademas, emplearemos el refuerzo positivo en estas actividades. Alabar sus progresos siempre sera un aliciente para que al dia siguiente lo hagan con mas entusiasmo.