En las siguientes líneas vamos a darte algunas estrategias útiles para controlar el enfado en los niños. El enfado es una emoción que nos ayuda a defendernos en aquellas situaciones que podemos interpretar como abusivas o de agresiones. El problema surge cuando esta ira se descontrola; es en ese momento cuando puede ser dañina, tanto para nosotros como para la gente de nuestro alrededor.
En este sentido, esta emoción resulta todavía más complicada cuando se da en niños, ya que ellos no saben todavía regular este sentimiento y puede descontrolarse. Con las estrategias que vas a encontrar a continuación, podrás luchar y controlar el enfado en los más pequeños. ¿Cómo? Fomentando su inteligencia emocional.
Estrategias útiles para controlar el enfado en los niños
El ser humano, instintivamente, tiende a reaccionar de forma agresiva cuando siente ira, pero esta manera de responder no es sana ni adaptada. Esto puede provocar problemas con las personas de nuestro alrededor, compañeros, amigos, familia, etc.
Este sentimiento descontrolado en los niños puede acabar afectando su ámbito emocional. Reacciones desproporcionadas alejarán a la gente a la que quieren y se sentirán cada vez más solos. Por esta razón, es importante que enseñemos a los más pequeños a manejar esta emoción.
Desarrollo de la empatía
Inculcar este valor en los niños es fundamental para el desarrollo de su inteligencia emocional. Esta les ayuda a entender que el resto de personas o niños también sienten y deben saber ponerse en su lugar.
Para ayudar a desarrollar la empatía, podemos exponerles situaciones para que nos digan cómo creen que se siente alguien en esa circunstancia, por ejemplo: “A un compañero de clase le pegan” o “Un niño corriendo se cae y se hace daño”. La pregunta sería: “¿Cómo crees que puede sentirse el niño en estas situaciones? Vamos a ponernos en su lugar”.
Reconocer y expresar la ira de otra manera
Cuando están en un momento de enfado, es muy complicado dialogar con los niños y negociar; no nos escuchan, sobre todo si están gritando o dando golpes.
Ante esto, debemos esperar a que el pequeño esté calmado para hacerle ver cómo ha sido su reacción y que nos explique por qué ha sido así. Podemos darle alternativas constructivas al enfado, es decir, promover actividades que lo ayuden a calmarse, como dibujar, pintar, escribir cómo se siente, etc.
Utilizar el deporte para liberar tensiones
Cuando un niño realiza algún deporte, descarga el exceso de energía y llega a casa cansado y relajado. La actividad física hace que libere endorfinas, que producen un estado de bienestar y relajación en el cuerpo.
Además, los entrenadores de cualquier deporte tienen técnicas para enseñar a los niños a comportarse con deportividad, sin frustrarse ni enfadarse cuando hay una caída accidental, un fallo para meter un gol o una canasta, etc. Esto puede hacer que los niños las utilicen en su vida diaria, tanto en casa como en el colegio.
Enseñar técnicas de autocontrol a los niños
Es importante que los niños entiendan que las emociones son una manera de expresar cómo nos sentimos y que todas son válidos. Lo que no es correcto es la forma de comportarse con esa emoción, es decir, podemos sentirnos enfadados con algo que diga un compañero, pero no podemos responder de forma violenta, pues eso estaría muy mal.
Si el niño tiene comportamientos agresivos, pega, muerde, escupe o insulta, no podemos tolerárselo, sobre todo si esa conducta se repite. Debemos aplicar el castigo o consecuencia de su comportamiento de forma necesaria.
Una manera de evitar el castigo es enseñarle técnicas para que las utilicen cuando se sienta enfadado y pueda controlar esas reacciones desproporcionadas. Una de estas técnicas seria la técnica del semáforo: se elaboran tres tarjetas (roja, verde y amarilla) y cada una de ellas nos indica cómo tenemos que reaccionar.
Más estrategias útiles para controlar el enfado en los niños
No responder a sus enfados
La forma de comportarse de un niño, para bien o para mal, no solo depende de su carácter o personalidad. La educación juega un papel muy importante para que los pequeños sean, en un futuro, personas adaptadas.
Por eso, es muy importante ver cómo se reacciona en casa. Si en el hogar los padres gritamos, agredimos físicamente o regañamos de forma excesiva, estamos enseñándole que así debe comportarse. Ante estas situaciones, no podemos esperar que los niños estén relajados cuando se enfrenten a un enfado.
¿Qué debemos hacer los padres? Cuando estén muy enfadados, no hay que hacerles caso. A veces, ellos buscan ser el centro de atención; si nos enfadamos o les regañamos, estarán consiguiendo nuestra atención, de esta manera, ellos salen ganando y vuelven a comportarse de este modo porque saben que nosotros les responderemos de una o de otra manera.
Por lo tanto, si un niño ve que cuando tiene esta reacción no le prestamos atención, acabará cansándose y, si ve que no consigue lo que quiere, seguramente, deje de comportarse así.
Enseñar técnicas de respiración
Las técnicas de respiración o relajación pueden ser de gran ayuda, ya que se realiza una actividad contraria a la tensión que se experimenta con la ira. Así que, cuando se sientan enfadados, podemos pedirles que respiren profundamente y que se imaginen en un lugar bonito que a ellos les encante.
Estas imágenes, junto con la respiración profunda, harán que el niño consiga controlar la situación y que piense con mayor claridad.
Respecto a las estrategias útiles para controlar el enfado en los niños…
Las estrategias útiles para controlar el enfado en los niños que has visto pueden ayudarte en aquellas situaciones en las que el pequeño no controle esa agresividad propia que se experimenta cuando estamos enfadados.
Los niños no son capaces de tener control sobre sus emociones, sobre todo cuando son pequeños, pues todavía no han adquirido esa habilidad. Por esta razón, es importante fomentar la inteligencia emocional en ellos. Debemos guiarlos con amor y paciencia para que puedan aprender a reconocer y expresar de forma más sana la ira.