esterilización de chupos y biberonesComo ya lo sabemos, los productos para bebés deben esterilizarse durante los primeros meses de vida con el fin de evitar infecciones intestinales u otras afecciones, pero, ¿hasta qué edad hay que hacerlo?

Se trata de un proceso sencillo por el cual se eliminan diferentes bacterias y microorganismos y que se puede realizar de diferentes maneras en objetos como biberones, chupetes u otros juguetes que los bebés se lleven a la boca.

¿Por qué se deben esterilizar los productos para bebés recién nacidos?

Como ya lo mencionamos, los productos que tu bebé se lleva a la boca están llenos de bacterias y microorganismos que pueden suponer una amenaza para su salud. Mediante la esterilización de estos productos, se consigue eliminar cualquier patógeno que pueda desencadenar infecciones y enfermedades.

Pero, ¿por qué es conveniente hacerlo? Pues bien, esto se debe a que el sistema inmunológico del recién nacido no está completamente desarrollado, por lo que es más susceptible a contraer este tipo de enfermedades, por eso, se recomienda esterilizar los productos de alimentación con frecuencia. ¡Muy importante!

¿Cómo lavar adecuadamente el biberón del bebé?

Para lavar correctamente el biberón puedes esterilizarlo o usar simplemente agua y jabón. Esta controversia viene determinada por la falta de consenso de las sociedades científicas entre las cuales encontramos bibliografía a favor de la esterilización del biberón, y bibliografía a favor de la limpieza con agua y jabón.

Consejos para esterilizar productos de bebés

Existen diversas formas de esterilizar biberones, chupetes, tetinas y demás productos. ¡Te las contamos!

  1. Hervirlos en agua. Es sin duda la forma más tradicional y funcional. Solo tendrás que utilizar una olla con agua hirviendo y todos los objetos que quiera esterilizar en su interior durante 15 minutos.
  2. Un esterilizador a vapor. Se trata de un procedimiento mucho más sencillo. Solo tienes que colocar los biberones y chupetes en el interior y este aparato se encargará de desinfectarlos de forma rápida y eficaz, sin necesidad de químicos.
  3. En frío. Para hacerlo en frío se necesitarán sustancias desinfectantes (químicas) que se disuelven en agua. Este método suele tardar un poco más, entre 30 y 90 minutos.

Al mismo tiempo, no debes pasar por alto que se recomienda esterilizar biberones y chupetes con frecuencia en función de su uso, pero, también antes del primer uso. ¡Tenlo en cuenta!

Edad recomendada para esterilizar productos para la alimentación de los bebés

Por lo general, se recomienda esterilizar estos objetos hasta los 3 o 4 meses de vida, ya que en ese momento los bebés tendrán las defensas mucho más desarrolladas. A partir de este momento, lo ideal sería lavar bien los biberones después de cada comida y realizar una esterilización cada 15 días para evitar residuos.

Paso a paso de la esterilización de biberones

Una de las corrientes aceptadas, es la esterilización del biberón, sobretodo y de forma genérica coinciden en que sea antes del primer uso

  • Antes del primer uso, desmontar y limpiar el producto e introducir los componentes en agua hirviendo durante 5 minutos como medida de higiene.
  • Antes de cada uso posterior, limpiar cuidadosamente como medida de higiene.
  • Si hay restos de alimento, habrá que lavar y enjuagar minuciosamente con agua limpia para eliminar los restos de alimentación en superficies no visibles, enfatizando en todas las partes que han estado en contacto con el alimento, incluyendo las no visibles.
  • No dejar las tetinas expuestas a la luz solar directa o calor, ni dejarla en desinfectante (“solución esterilizante”) durante más tiempo del recomendado, porque esto puede dañar la tetina.

¿Qué pasa si no esterilizo el biberón de mi bebé?

Por el contrario para la AEPED, (Asociación Española de Pediatría) y la AMB (Academia Internacional de Medicina de la Lactancia)  no hace falta hervir los biberones, siendo su recomendación lavar los biberones y las tetinas como el resto de la vajilla, de forma manual o en máquina con agua y jabón, asegurándonos de que no queden restos de leche, y secado al aire o secado con papel antes de cada uso.