arrancar dientes de leche a niñosAlgunos padres creen erróneamente que los dientes de leche no tienen utilidad más allá de ofrecer un servicio temporal a los niños, y que por eso deben arrancarlos ante el primer síntoma de debilitamiento, para así darle cabida a los permanentes. Sin embargo, los especialistas recomiendan dejar que se vayan cayendo uno a uno de forma natural, ya que apresurar el proceso perjudicaría su salud bucodental.

Son los primeros que nacen en la boca de tu hijo. Empiezan a aparecer alrededor de los 6 meses de edad y se mantienen junto a los permanentes hasta los 11 años, aproximadamente.

¿Cuándo se caen?

Los primeros dientes temporales comienzan a caerse hacia los 6 años. A esa misma edad empiezan a salir las piezas definitivas. La presión ejercida por las permanentes propicia el cambio en la dentadura. Por eso las de leche pierden su estabilidad y se desprenden.

Cada diente temporal se recambia por su homólogo permanente, excepto los molares temporales, que se sustituyen por los premolares. Los molares permanentes emergen en la zona posterior de la arcada dentaria, sin que exista un predecesor temporal.

Por qué dejar que los dientes de leche se caigan solos

Veamos por qué no debemos apresurar la salida de las piezas temporales:

1. El tejido de las encías es muy sensible

Si extraes el diente de tu hijo demasiado pronto, corres el riesgo de dañar el sensible tejido de la encía e, incluso, de que se produzca una infección. En cualquier caso, si ese tejido se ve demasiado afectado, cabría la posibilidad de que el niño necesitara someterse a una cirugía para garantizar una correcta curación.

2. La extracción prematura puede ser dolorosa

El dolor es una señal de que la pieza aún no está lista para desprenderse. Los dientes de leche tienen raíces pequeñas. Cuando llegue el momento de que salga uno temporal, su raíz comenzará a disolverse.

Esa es la razón de que los dientes de leche comiencen a aflojarse. Pero se necesita tiempo para que la raíz se deshaga por completo. Si el arraigo todavía está casi intacto, tu hijo sentirá dolor en la boca.

Por el contrario, si no siente molestias cuando se toca la pieza, quiere decir que está a punto de caerse del todo.

3. Los dientes primarios guían a los secundarios

Los de leche sirven como hojas de ruta para los permanentes entrantes. Los definitivos empujan contra sus raíces y hacen que estas últimas se disuelvan de forma natural.

4. Los permanentes necesitan tiempo para desarrollarse

Si un diente de leche se cae por sí solo, es probable que su reemplazo esté completamente desarrollado y listo para erupcionar. Pero si lo ayudas a salir, podría ser que el siguiente aún no esté listo para emerger. En otras palabras, el permanente se estará formando en la mandíbula aún. Esto dejará un período de tiempo de algunas semanas o meses.

Cuando existe un hueco en la mandíbula de un niño, los dientes adyacentes tienden desplazarse hacia ese lugar. Esto pasa porque se mueven naturalmente hacia adelante y porque su mandíbula crece constantemente hasta el final de la adolescencia. Si eso sucede, se corre el riesgo de que el diente permanente salga en el lugar incorrecto.

En ese caso sería necesario hacer una ortodoncia para volver a abrir el espacio y así permitir al diente que encuentre su camino para que salga espontáneamente. Otra de las posibles consecuencias de arrancar la pieza de leche es que podemos provocar dilaceraciones gingivales, es decir, daños o desgarros en la encía.

5. Consecuencias para el desarrollo del habla

El desarrollo del habla también es una parte crucial del crecimiento. Cuando los niños pierden los dientes, les cuesta pronunciar ciertas letras y palabras con claridad. Esto les podría afectar social y educativamente. Por fortuna, los permanentes pronto reemplazan a los de leche perdidos. Esta es otra razón para no extraer una pieza temporal demasiado pronto; el recambio tardará más en aparecer y los problemas del menor para hablar correctamente se prolongarán.

¿Cuándo conviene consultar al odontólogo?

El doctor Galindo asegura que debemos vigilar el movimiento del diente de leche y verificar que la encía no tenga un color anaranjado ni emane sangre. Una forma de propiciar su aflojamiento natural es darles a los niños alguna fruta, como la manzana, para que se la coman a mordiscos.

Pero si extraes un diente primario demasiado pronto, los secundarios perderán su guía. Como resultado, es posible que surja de forma torcida o en el lugar equivocado. Este problema podría llevar a la necesidad de un tratamiento de ortodoncia más adelante.