Comer frente a las pantallas no es un hábito exclusivo de los niños. De hecho, una buena parte de la población adulta mira televisión o usa el teléfono móvil durante el almuerzo o la cena. A pesar de que las consecuencias están a simple vista, el multitasking es una dinámica instalada en las culturas modernas. Se trata de hacer varias cosas a la vez, sin enfocar nuestra atención en ninguna de ellas.
Cuando la multitarea se traslada a la mesa de forma frecuente, no tardan en aparecer los efectos de salud física y mental. En este artículo, te contamos por qué es tan importante evitar que los niños coman delante de las pantallas y cómo hacerlo.
La hora de la comida, un desafío diario en el hogar
La alimentación y el acto de comer, refleja un aspecto relevante en lo que respecta al desarrollo y crecimiento físico, cognitivo y emocional de los niños. Por eso, es importante cuidar su dieta, así como la relación que establecen con la comida.
A menudo, la hora de comer se vuelve un tanto conflictiva, ya sea porque los pequeños se quejan de los alimentos que hay en el plato, porque son excesivamente selectivos o porque, directamente, se niegan a comer. Así, un a estrategia más que habitual ante este escenario es ofrecerles entretenimiento alto en estímulos a través de cualquier dispositivo tecnológico. De este modo, muchas veces se consigue que los menores coman tranquilos y sin la presencia de rabietas.
En la actualidad un 70 % de las personas entrevistadas presenta al menos un mal hábito alimentario, como el consumo de alimentos frente a la televisión o computadora.
Consecuencias de que los niños coman enfrente de las pantallas
Que los niños de vez en cuando coman mientras miran dibujitos en la tele o disfrutan de videos musicales en el celular no representa un inconveniente grave. Lo mismo podemos decir acerca de los adolescentes que, esporádicamente, comen mientras ven a sus youtubers e influencers favoritos o mientras utilizan aplicaciones de mensajería instantánea.
Sin embargo, esta cuestión se torna problemática cuando se vuelve la regla. Es decir, cuando son más las veces que se come delante de las pantallas que las que no. Entre las principales consecuencias podemos destacar las siguientes:
- Desconexión con los alimentos: se pierde el registro de la cantidad, el sabor, la textura y la temperatura de los alimentos que se ingieren. Además, la calidad nutricional suele ser más deficiente.
- Aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad: una alimentación impulsiva e inconsciente quita la posibilidad de elegir a conciencia la calidad y la cantidad de su plato. Además, al atender al contenido que se mira o se escucha a través de los aparatos tecnológicos, se vuelve más difícil descifrar la sensación de satisfacción y, por ende, dejar de comer.
- Aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno por atracón: la prevalencia de los atracones es más alta cuando se come delante de las pantallas, pues se ingiere gran cantidad de alimentos incluso sin notarlo.
- Mayor riesgo de sufrir intoxicación: sabemos que los dispositivos tecnológicos contienen una buena cantidad de bacterias que podrían contaminar nuestra comida si se comparte la mesa con una tablet o con un teléfono celular.
Estrategias para evitar que los niños coman frente a las pantallas
Cada familia cuenta con sus propias reglas y estilos de crianza. Algunas son más rígidas, mientras que otras son más flexibles y permisivas. Cualquiera sea tu caso, puedes adaptar estas recomendaciones a tus propias necesidades, con el objetivo de evitar que los niños coman delante de las pantallas.
1. Predicar con el ejemplo
Recuerda que los niños observan con atención lo que los adultos hacemos. Incluso, le dan mayor entidad a nuestros actos que a nuestras palabras. Entonces, resulta esperable que deseen mirar dibujitos mientras almuerzan si cuando tú lo haces miras las redes sociales o un programa de televisión.
Por eso, si quieres que tus hijos no coman delante de las pantallas, es importante que enseñes con el ejemplo y optes por dejar a un lado tu móvil o el ordenador durante el momento de la comida.
2. Crear un ambiente agradable
Aprovechar las comidas para conversar en familia es una gran alternativa. Además, para crear un ambiente ameno, puedes presentar los platos de forma creativa y atractiva para los niños. De esa manera, se logra generar en ellos la sensación de que el momento de la comida puede ser agradable y divertido, incluso sin la presencia de pantallas.
3. Practicar la alimentación consciente
La alimentación consciente, también llamada mindful eating, es una interesante propuesta que tiene como objetivo experimentar el acto de comer a través de la atención plena. Se trata de incluir los cinco sentidos y poder conectarse con los alimentos de una forma más saludable. Este es un hábito que impacta positivamente en las emociones de las personas que lo practican y, a su vez, favorece la armonía en la familia al momento de la comida.