La natación es considerada la forma más segura de realizar actividad física durante el embarazo. En consecuencia, la gimnasia acuática se presenta como una opción saludable para las madres.

En concreto, el aquagym es una forma de actividad física en el agua, en general en una piscina, que combina ejercicios aeróbicos y de resistencia con movimientos específicos diseñados para ejecutar en el medio líquido. Las sesiones se realizan bajo la supervisión de profesionales, ya sea fisioterapeutas o entrenadores especializados en embarazadas.

La recomendación es iniciar esta actividad física luego de los tres primeros meses de embarazo, ya que son los que presentan mayor riesgo de interrupción espontánea de la gestación. Luego, se podrán extender las sesiones hasta casi las últimas semanas, siempre que la condición física lo permita.

Beneficios del aquagym en el embarazo

Los ejercicios que se practican en el agua no suelen acarrear riesgos si se ejecutan de manera adecuada. Además de la baja tasa de complicaciones, hay que destacar que el aquagym ofrece beneficios puntuales como los siguientes.

#1 Mejora la circulación

Durante el embarazo es común la acumulación de líquidos. En especial, en los miembros inferiores, ya que hay estancamiento del retorno de la sangre venosa, lo que produce hinchazón.

Los movimientos en el agua estimulan la circulación sanguínea. La misma presión del líquido, junto a los ejercicios propios de los miembros inferiores, previenen el edema.

#2 Reduce el estrés

El embarazo puede ser una etapa bastante estresante. Por ello, asistir a una piscina y relajarse en el agua ayuda a las futuras mamás a reducir el estrés y la ansiedad. Además, flotar en el líquido puede ayudar a aliviar las contracturas musculares que suelen acompañar la gestación.

Por otro lado, la liberación de endorfinas durante el ejercicio en el agua aumenta la sensación de bienestar. Esto se prolonga más allá del nacimiento del bebé y contribuye a aliviar los síntomas de la depresión prenatal y posparto.

#3 Mejora la postura

El aquagym implica una disminución significativa del peso del bebé en la columna vertebral de la madre. Mientras la mujer permanece en la piscina, la barriga distribuye su fuerza en el líquido, aliviando tendones, músculos y ligamentos.

#4 Controla el peso

Mantener un peso saludable durante el embarazo es esencial. El aquagym, practicado con moderación y regularidad, es una actividad que ayuda a quemar calorías extras y a controlar el aumento de peso, de acuerdo a un estudio publicado en la revista American Journal of Health.

La flotación en el agua permite a las embarazadas realizar estiramientos que favorecerán la postura y la posición de la columna. Además, habrá un fortalecimiento de los músculos de la espalda, lo que reducirá la presión en la parte posterior del cuerpo y podría ayudar a prevenir el dolor de ciática.

Las articulaciones de las rodillas y los tobillos también se benefician. El cuerpo se sostiene por el agua y los ejercicios no impactan de manera agresiva sobre los miembros inferiores.

#5 Mejora la respiración

Hacer ejercicios en el agua determina que respiremos de una forma particular. En general, se propician inspiraciones y espiraciones controladas, que serán de gran utilidad en el momento del parto.

#6 Ayuda a preparar el parto

La mujer que elige practicar gimnasia acuática durante los meses de embarazo contribuye positivamente a la preparación de su cuerpo para el momento de dar a luz. Estos ejercicios acuáticos pueden fortalecer el suelo pélvico, lo cual resulta beneficioso para el proceso de trabajo de parto.

A través del aguagym, las mujeres pueden mejorar su fuerza y resistencia, aspectos fundamentales para afrontar las demandas físicas del embarazo y favorecer un parto más saludable.

Un estudio científico realizado con embarazadas que hacían aquagym, encontró que la práctica regular de actividades acuáticas no resulta perjudicial para la salud del niño ni de la madre. Incluso, este grupo de mujeres suele solicitar menos analgesia durante el trabajo de parto.