Generalmente, las mentiras en los ninos no suelen ser tan graves como para preocuparse (salvando algunos casos). Cuando la mentira surge de la fantasia, normalmente acorde con el nivel de madurez del nino, esta suele desaparecer con el tiempo (por ejemplo, asegurar fehacientemente haber visto a los tres Reyes Magos de madrugada poniendo los regalos bajo el arbol y bebiendose la leche que han dejado los padres para los camellos).

Sin embargo, podemos encontrarnos casos en los que las mentiras estan mas elaboradas y tienen una clara intencionalidad. En estos casos deberiamos fijarnos en si estas son recurrentes o si se presentan como:

– Mentiras patologicas: La famosa «mitomania» que surge del nino que intenta persuadir y convencer a los demas de la realidad de sus relatos. Recordemos que el termino “mitomania” se define como “ la tendencia o inclinacion patologica a fabular o transformar la realidad al explicar o narrar un hecho”. Esta es la mentira que se vuelve habitual, una forma normal de reaccionar en el nino.

– Mentira neurotica: Surge como producto de un nivel elevado de ansiedad en el nino o del temor en general. Por ejemplo el caso del nino que habitualmente miente acusando a sus profesores de maltrato para ocultar su rechazo escolar. En este caso la mentira vendria motivada por una conducta de escape ante una situacion considerada como amenazante por parte del nino.

Ahora que ya conocemos de forma aproximada el sustrato teorico sobre el cual se fundamentan las mentiras, es hora de plantearnos la gran pregunta…

¿Que debemos hacer cuando nuestro hijo nos miente?

Lo primero que tenemos que hacer como padres es determinar que tipo de mentira es  y, sobre todo, que la esta motivando. La actitud que tengamos va a ser determinante a la hora de gestionar la situacion de la manera mas adecuada y, conocer la finalidad de la mentira, va a ser fundamental para ello.

  • Reaccionar con calma aunque con severidad. No es necesario gritar o actuar de una forma agresiva, pero los ninos y las ninas deben entender que ese comportamiento no es el mas apropiado para conseguir sus fines. Hablaremos con ellos apoyandonos en la amabilidad y la firmeza.
  • Felicitar o premiar al nino que confiesa la verdad. Si lo castigamos a pesar de que ha confesado, estaremos reforzando su habito de mentir (la proxima vez lo hara con mas cuidado para que no lo descubran…). Solo en última instancia habra que acudir al castigo.
  • Favorecer un ambiente de confianza, en la que el nino se anime a contar sus travesuras y sus errores. Que no sienta que cada vez que habla hay consecuencias drasticas.
  • Estar alerta. Por mucho que queramos a nuestros hijos, tenemos que aceptar que a veces fallan, que no son perfectos.

Por supuesto estos consejos deberan ser adaptados a la situacion, la edad del nino y la mentira en si.

En la mayoria de estudios realizados sobre la mentira infantil podemos observar que uno de los factores de prevencion principales a cortas edades es la actitud que muestren los padres. En el libro ‘La mentira infantil’ escrita por la catedratica Ángeles Gervilla, se afirma que la contribucion mas importante que pueden hacer los padres para educar en la sinceridad es «desarrollar una relacion fundada de manera solida en la confianza». Para lo cual es importante «demostrarle con regularidad que confiamos en el».