El líquido amniótico es el fluido que rodea a su bebé durante el embarazo. Es muy importante para el desarrollo de tu bebé.
En las primeras semanas del embarazo, el líquido amniótico está mayormente compuesto de agua que proviene del cuerpo de la madre. Después de alrededor de 20 semanas de embarazo, la orina del bebé compone la mayor parte del líquido. El líquido amniótico también contiene nutrientes, hormonas (sustancias químicas elaboradas por el cuerpo) y anticuerpos (células del cuerpo que combaten infecciones).
¿Cuánto líquido amniótico debería tener?
La cantidad de líquido amniótico aumenta hasta alrededor de las 36 semanas de embarazo. En ese momento, es de aproximadamente 1 cuarto de galón. A partir de entonces, la cantidad de líquido amniótico por lo general comienza a reducirse.
A veces puede tener muy poco o demasiado líquido amniótico. Tener muy poco líquido se llama oligohidramnios. Tener demasiado líquido se llama polihidramnios. Esas dos afecciones pueden causar problemas para la embarazada y su bebé. Incluso con esos problemas, la mayoría de los bebés nacen sanos.
En qué momento será necesario aumentar la cantidad del líquido amniótico
La condición de oligohidramnios impide que el feto pueda desarrollarse de forma correcta, por lo que se asocia con una serie de complicaciones, tanto para la madre, como para el futuro bebé.
Las causas incluyen alteraciones genéticas, malformaciones fetales e insuficiencia úteroplacentaria, entre otras. Sin tratamiento, las consecuencias negativas que podrían generarse son graves, como la restricción del crecimiento intrauterino, la maduración pulmonar incompleta (hipoplasia pulmonar), e inclusive la muerte fetal.
El diagnóstico de oligohidramnios, a menos que sea en el contexto de una emergencia médica, como la rotura prematura de membranas, suele ser mediante ecografía en uno de los tantos controles prenatales. De ahí la importancia de acudir con regularidad y cumplir las indicaciones al pie de la letra.
Lista de consejos que ayudarán a aumentar la cantidad de líquido amniótico en la embarazada
El tratamiento del oligohidramnios dependerá de la causa y su gravedad. En casos leves, las medidas que pueden seguirse de forma ambulatoria consisten en mejorar la hidratación de la madre. Parte del líquido ingerido alcanzará el saco amniótico, por lo que es una forma lógica y económica para ayudar a resolver al problema. Se estima que un consumo adicional de 2 litros de agua produce un aumento significativo del líquido amniótico. En el día a día puede hacerse lo siguiente:
- Consumir alrededor de 8 vasos de agua al día. Se trata de una medida aproximada, que siempre debe ser consultada con el médico, en especial si se padece alguna patología renal, hepática o cardiovascular que pueda verse influenciada por el consumo excesivo de líquidos.
- Guardar reposo. Debido al riesgo elevado de daño fetal, por la falta de protección que el líquido amniótico proporciona, es recomendable permanecer en reposo mientras se solventa la situación. La duración e intensidad del mismo debe ser fijada por el médico en función del cuadro clínico.
- Evitar la exposición a las altas temperaturas. Esto es bastante relevante en los meses de verano, ya que el calor excesivo puede llevar a la deshidratación. Refugiarte en la sombra y encender el ventilador o aire acondicionado son maneras sencillas de afrontar este inconveniente.
- Incluir frutas en la dieta. Muchas frutas como el melón o la sandía contienen una cantidad elevada de agua. Puedes incorporarlas a tus meriendas, si es que acaso no te agrada mucho tomar agua.
- No beber alcohol. De más está decir que el consumo de esta sustancia durante el embarazo es nocivo en cualquier cantidad, pues produce, desde déficit cognitivo hasta riesgo de aborto espontáneo, por lo que disminuye la frecuencia micciona y propicia la pérdida excesiva de líquidos.
El líquido amniótico normal es transparente o tiene un tinte amarillento. Cuando el líquido es verde o marrón, por lo general significa que el bebé tuvo su primer movimiento de vientre (meconio) dentro de la matriz. (Normalmente, el bebé tiene su primer movimiento de vientre después de nacer).
Si el bebé expulsa el meconio en la matriz, puede entrarle en los pulmones a través del líquido amniótico. Esto puede causar problemas graves de respiración, llamado el síndrome de aspiración del meconio, en particular si el líquido es espeso.