Como todo lo referido a educacion afectivo-sexual, la respuesta a cuando hacerlo es sencilla: casi, casi, desde su nacimiento.
No hay que esperar a que nuestro peque tenga cuatro o cinco anos, o a que hable, porque… con su cabeza, sus manitas o su boca no esperamos tanto, ¿verdad? ¿Por que hacerlo con los genitales?
De la misma manera que jugamos al “palmas-palmitas” y al cogerle las manitas le hablamos de ellas, con esa misma naturalidad, podemos aprovechar momentos del dia a dia para senalarle el nombre real de las partes de su cuerpo, incluyendo, claro esta, los genitales.
La vida con un bebe nos proporciona innumerables momentos en los que podemos nombrar sus genitales a lo largo del dia de manera natural, no forzada, por ejemplo: al cambiarle el panal (cosa que sucede unas dos mil veces al dia, o eso parece, ¿verdad?), cuando le banamos…
Una idea: “Carino, te voy a cambiar el panal. Y ahora vamos a limpiar tu pene, y mira esos testiculos, ¡estan llenos de cacota!”.
Si usamos su nombre real desde el principio sera el que aprendan, y como tal lo usaran con toda la naturalidad, sin la carga “extrana” que le ponemos algunos adultos: si la integran para ellos no sera muy diferente de decir oreja u ombligo.
A muchos padres les da panico la idea de que su hijo se ponga a gritar en mitad del supermercado que le pica el pene (cosa que probablemente hara, porque asi son los peques, ¿verdad?).
Pero en realidad, ¿donde esta el problema? ¿No pasamos la misma vergüenza que si grita que le pica la churrilla o el toto?
Si nuestro peque habla de sus genitales en público no debemos reganarle ni ridiculizarle, al contrario: aprovechemos la situacion para transmitirle algunas ideas acerca de conceptos como la intimidad, el pudor…
Sin censurar (porque entonces entendera que algo malo pasa), sin abroncarle, le explicaremos que es genial que hable de su cuerpo, pero que en sitios públicos es mejor que nos lo diga a nosotros sin gritar. Debemos transmitirle la idea de que se trata de algo personal, intimo.
Y esto es estupendo y necesario, porque con ello trabajamos la idea de que los genitales, su pene o su vulva, son privados, cosa importantisima para protegerles de abusos, como comentare un poco mas adelante.
Por que es importante llamar a las cosas por su nombre
Utilizar el nombre real de tooooodas las partes de su cuerpo, incluyendo los genitales, es verdaderamente algo positivo para el desarrollo de nuestro hijo:
- Ayuda a desarrollar una imagen corporal positiva.
- A la larga favorece una mejor autoestima (ganan en seguridad en si mismos al conocer y aceptar su cuerpo)
- Favorece una transicion a la pubertad mas fluida: si conocen su cuerpo pueden hablar de el, comentar sus cambios, preguntar, ajustar las expectativas…
Ademas de esto, de como incide directamente en ellos, conocer su cuerpo, llamarlo por su nombre, ayuda a que podamos hablar de los limites y del respeto no solo hacia si mismos, sino tambien hacia los demas… ahora que son ninos, y cuando sean adultos.