niño impulsivoLa impulsividad es un rasgo del temperamento (niños) o personalidad (adultos) que ha estado presente, en un u otro grado, a lo largo de toda la evolución del ser humano aunque, no siempre, deberíamos atribuirle directamente una connotación negativa.
No obstante, hoy en día, la impulsividad en muchos niños se manifiesta con una gran intensidad y frecuencia, llegando a alterar la convivencia y condicionar la vida de los padres que la sufren. Es un hecho evidente que, además, la impulsividad parece manifestarse en niños cada vez más pequeños, si bien, esto puede atribuirse, en parte, a los actuales estilos de vida modernos (ambos padres con largas horas de trabajo) y también, en algunos casos, a una falta de recursos o conocimientos por parte de los padres o educadores que simplemente se ven desbordados y no saben como afrontarlo. Por ello, es cada vez más frecuente, buscar ayuda profesional.

A medida que el niño crece, va ganando autonomía y es capaz de guiarse por lo que él quiere y no por lo que desean los demás, puede gestionar la frustración, y se puede razonar con él.

Sin embargo, algunos niños tienen problemas para autocontrolarse y son demasiado impulsivos en su vida diaria. Pero, ¿cómo saber si el niño es impulsivo? Una conducta impulsiva en niños les hace incapaces de ‘poner freno’, de pensar o de reflexionar antes de actuar.

1- Cuando está enfadado no es capaz de calmarse
Podemos utilizar la regla del minuto, un minuto por edad. Si por ejemplo, el niño tiene 5 años y después de 5 minutos no ha sido capaz de calmarse, es un indicativo de su impulsividad.

2- No es capaz de respetar las reglas de un juego
A partir de los 6 años, los niños ya son capaces de seguir las instrucciones y las pautas de un juego, si por el contrario, intenta imponer su opinión a toda costa, monta rabietas si pierde, se salta las normas o quiere hacer trampas.

3- Cuando quiere algo, no razona
Si el niño desea algo y en ese momento no lo puede tener o no se lo queremos dar y monta una rabieta para lograrlo y además, esta es desproporcionada para el asunto en cuestión, tanto en la intensidad, como en la duración.

4- Protesta en exceso
Si le pedimos algo que no entraba en sus planes y protesta en exceso e incluso llega a gritar o llorar, nos indica que el niño es impulsivo.

5- No sabe esperar
Podemos observarle cuando juega. Si, por ejemplo, está con la consola o la tablet y al comenzar el juego no puede esperar a leer las letras que salen o a conocer las instrucciones y comienza a apretar todos los botones con ansia porque necesita comenzar el juego cuanto antes, nos da una pista.

5 Claves para manejar la impulsividad de los niños

El autocontrol es la capacidad que vamos madurando a lo largo de la vida y que favorece a la autonomía de los niños. Son muchas las cosas que podemos hacer para ayudar a los niños a manejar su impulsividad y a adquirir un autocontrol.

1. El ejemplo
Cuidado con lo que enseñas a tus hijos. Si sois los primeros que se enfadan y crean una revuelta cuando algo no sale como desean, los niños les copiarán e imitarán.

2. Establecer consecuencias
Enséñales a los niños que todas sus acciones tienen consecuencias. Que si hace X va a tener Y. Y que esas consecuencias estén bien establecidas. Por ejemplo, si gritan o no hacen los deberes tanto del colegio como del hogar, NO van a tener el derecho de ver una película o de salir a jugar.

3. Ejercitar y controlar su cuerpo
Los ejercicios físicos son recursos muy recomendables para enseñar a los niños a autocontrolarse. Al conseguir equilibrio con su cuerpo, este equilibrio puede ser dirigido a sus emociones y a su seguridad.

4. Dar una pequeña paga
Darles una pequeña paga al mes a los hijos les ayudarán a valorar, a ahorrar, y a tener autocontrol.

5. Aprender a seguir instrucciones
Unas actividades que podemos seguir con los niños es hacer una receta de cocina, o un juego de mesa. La capacidad de seguir reglas les ayudará a controlarse y adquirir seguridad propia.