Es fundamental enseñar a nuestros hijos a tolerar la frustración desde pequeños, a afrontar esas situaciones en que no consiguen lo que quieren, aunque eso signifique que de vez en cuándo veamos a nuestro hijo ‘sufrir’. Pero ese sufrimiento es pasajero y muy poco comparado con el que puede sentir cuando se enfrente el solo a los ‘NO’” o a los problemas de la vida y no tenga a nadie que le ‘alivie’.
Durante la infancia, los niños piensan que el mundo gira alrededor de ellos, que el mundo existe porque ellos existen, son egocéntricos, (es evolutivo), no saben esperar, (no tienen aún desarrollado el concepto del tiempo), y les cuesta mucho pensar en los demás y sus necesidades.
Los niños cuando son pequeños, quieren todo y lo quieren ya. Si no se lo damos, lloran, se enfadan, tienen rabietas, es decir, se frustran al no conseguir sus deseos.
Perfil de los niños con baja tolerancia a la frustración
Por lo general, los niños que no consigue enfrentarse positivamente a la frustración poseen un perfil y unas caracteristicas asi:
– Son niños exigentes y demandantes.
– Buscan satisfacer sus necesidades en forma inmediata, por lo que frente a la espera o postergación de sus necesidades suelen presentar pataletas y llanto fácilmente.
– Les cuesta manejar las emociones.
– Más impulsivos e impacientes.
– Pueden desarrollar con mas facilidad que otros niños problemas de ansiedad.
– Son poco flexibles y les cuesta adaptarse a las situaciones nuevas o que no son como se esperan.
Reacciones de los niños ante la frustración
Cuando el pequeño no gestiona ni sabe manejar la frustración, esta se acumula y aparecen otros sentimientos como enfado, ira o rabia. Siente el impulso de atacar, franquear el obstáculo e, incluso de escapar. Cada niño y cada persona reacciona de manera distinta ante esta situación, pero podriamos establecer cuatro:
– Agresion fisica o psicológica. Aqui habría que hablar, por desgracia, de niños que se autolesionan o que expresan su agresividad con sus padres.
– Resignación o apatia. Los pensamientos negativos se agolpan en la cabeza con niño. El pequeño se repite constantemente frases como ‘no puedo hacer nada’ o ‘he perdido’.
– Huida. Esta es una reacción mas tipica de adolescentes que, como no puede soportar la situación, se aleja de ella.
– Conversión. La tensión que el niño lleva dentro puede desembocar al dolores fisicos o en fatiga y cansancio.
Hay que tener claro que ninguno de estas reacciones solucionará el problema incluso pueden agravarlo.Reconozcamos las emociones y aprendamos a canalizarlas para que sus consecuencias sean las mejores posibles.
Para enseñar al niño a manejar la frustración, recomendamos lo siguiente:
- Enseñar a identificar sus emociones: le enseñaremos al niño a identificar lo que siente, especialmente cuando el sentimiento de frustración aparezca. Por ejemplo, “Carlitos estás molesto porque no alcanzas tu juguete, no te preocupes vamos a intentarlo otra vez”.
- Enseñar a verbalizar las emociones: enseñarle cuando debe pedir ayuda, y cómo puede expresar su malestar.
- Dar ejemplo: la actitud positiva de los padres a la hora de afrontar diversas situaciones es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a enfrentar y resolver problemas. Por ejemplo, si tu bebé se frustra porque no puede abrir un cajón, a través del ejemplo le podemos enseñar cómo puede hacerlo, manteniendo la calma.
- Evitar ceder antes sus rabietas: establecer límites de manera adecuada, evitando el castigo físico. Algunas situaciones frustrantes derivan en muchos casos en rabietas. Si los padres ceden ante ellas, el niño aprenderá que esa es la forma de resolver los problemas.
- Técnicas de relajación: enseñar a los pequeños a aumentar su tolerancia a la frustración a través de la relajación del cuerpo. Enseñarle a que podemos enfrentar las situaciones de una forma más positiva.
- Enseñarle a ser perseverante: vamos a enseñarle al niño que siendo constante puede solucionar muchos de sus problemas, esto le ayudará a saber cómo controlar la frustración.
Que deben hacer los padres con niños con baja tolerancia a la frustración
Si nos encontramos con que nuestro hijo es un niño con baja tolerancia a la frustración, como padres podemos reconducir esa situación, podemos reeducar al pequeño para que poco a poco aprenda a manejarla.
– Primero debemos analizar que ha podido llevar a esa situación, (¿normas y limites poco claros?, ¿caracter?) y comenzar a cambiar lo que sea necesario.
– Ayudar al niño a diferenciar entre sus deseos y necesidades, ayudándole a entender que no siempre se puede tener lo que se quiere cuando se desea.
– Enseñarle a tolerar la demora del refuerzo o de conseguir lo que quiere. Si me pide algo, no darselo inmediatamente, sino cuando pueda o yo como adulto considere oportuno y explicarle en que momento lo tendrá, o por que no lo tendrá.
– Cuando el niño se frustre, ayudarle a entender lo que le pasa. De donde viene su tristeza o su enfado, y que exprese con palabras lo que le ocurra.
– Establecer y poner normas, limites y rutinas claros y acordes a la edad de los niños.