Los chupetes son un complemento que usan prácticamente todos los bebés desde el primer momento, ya que así queda satisfecho un reflejo innato con el que nacen, que es el reflejo de succión. En este caso, cubren la necesidad de succión no nutritiva ya que el chupete normal no les aporta ningún tipo de alimento. El chupete, les produce gran placer y satisfacción puesto que en la boca tienen muchas terminaciones nerviosas que les permiten conocer las cosas igual que si fueran sus manos. En cambio, la Asociación Española de Pediatría (AEDP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda usarlo en ciertos momentos.
Ofrecer el chupete a tu bebé o no hacerlo es una decisión muy personal de cada familia. Si quieres hacerlo y tienes dudas sobre qué tipo, en este artículo descubrirás si es mejor el uso del chupete anatómico o fisiológico.
Cómo es el chupete anatómico
El chupete anatómico es aquél que se asemeja al pezón materno. Su forma es un poco especial ya que su tetina tiene una parte plana para adaptarse al paladar del bebé de una forma natural cuando lo succiona. Al tener esta parte plana, solo puede colocarse en una posición y tendremos que mirar a ver si nuestro hijo se lo coloca bien cuando se lo pone él solo. En caso contrario, ejercerá cierta presión en el paladar del niño y en su mandíbula pudiendo llegar a ocasionar movimientos en las futuras piezas dentales y deformaciones en el paladar.
Cómo es el chupete fisiológico
Son los chupetes que llevan más tiempo en el mercado. Su tetina es plana y su forma es simétrica, es decir, se puede colocar en cualquier posición. Esto evita que el bebé o el niño se lo ponga mal y le cree algún tipo de malformación bucal. Al ser igual por todas las partes, no se creará presión en ninguna zona de la boca y podemos estar tranquilos de dejárselo al niño para que se lo coloque él solo, trabajando así su autonomía.
Diferencia entre el chupete anatómico y el chupete fisiológico
Como hemos podido ver en la descripción anterior, la principal diferencia entre el chupete anatómico y el chupete fisiológico es la forma de su tetina. El primero tiene una parte plana para adaptarse al paladar del bebé y ser lo más parecido posible al pezón y, el segundo, se puede colocar en cualquier posición al tener la tetina plana. Si hacemos un uso correcto y responsable del chupete, no tiene porque ocurrir nada negativo e incluso su uso puede ser beneficioso para evitar la muerte súbita del lactante y para ayudar al bebé a tranquilizarse por sí mismo.
¿Es mejor el chupete anatómico o el fisiológico?
El mejor chupete para nuestro bebé será aquel con el que se encuentre más cómodo y no cree interferencias con la lactancia materna. Aun así, tenemos que tener en cuenta varios aspectos. Los chupetes anatómicos al tener una sola posición, nos hacen estar más pendientes de si el bebé lo tiene correctamente colocado o no. En caso de que lo de la vuelta y coja esto como costumbre, puede llevar a causar alguna lesión bucal o afectar a la dentición. Según los odontopediatras de la clínica Pequeciro, “los chupetes fisiológicos son la mejor opción, ya que ejercen una menor presión sobre el paladar del bebé, favoreciendo su correcto desarrollo”.
Para decidirnos por un tipo de chupete u otro, también debemos tener en cuenta el material del que están fabricados. Podemos encontrar tetinas de caucho o látex con su conocido color amarillo o anaranjado. Tienen una mayor resistencia en cuanto a los mordiscos con los dientes, pero son susceptibles a olores y a teñirse del color de los alimentos con los que entre en contacto. Y, por otro lado, tenemos las tetinas de silicona, que son más duraderas.
Lo más importante de todo, para saber cuál es el mejor chupete tenemos que fijarnos en que cumpla todas las medidas de seguridad como que esté homologado por la Comunidad Europea, que sea libre de BPA (un producto químico que se usa en la fabricación de ciertos plásticos), que sea de la talla adecuada a nuestro bebé evitando así que se lo introduzca entero en la boca y que su tetina sea flexible.
Además, debemos hacer un uso responsable, ofreciéndoselo al bebé en ratos cortos, quitándoselo una vez que se ha quedado dormido y eliminándolo de sus rutinas diarias antes de los tres años de edad para evitar problemas de movimiento en las piezas dentales.
En definitiva, a la hora de comprar un chupete tenemos muchísimas opciones donde elegir y, con esta información, esperamos haberos ayudado en la búsqueda del chupete perfecto para nuestro bebé.