Los mimos y el placer que proporcionan los besos, abrazos y caricias forman parte de nuestro repertorio conductual y son esenciales durante los primeros meses de vida de nuestros bebés. Repertorio conductual, insisto, que ponemos en marcha con mayor frecuencia al convertirnos en padres y que forma parte de los cuidados básicos de nuestro pequeño.
Muy a pesar de algunas corrientes que algunas personas siguen y nos intentan convencer de lo contrario, besos, abrazos, caricias, mimos y nanas proporcionan en nuestros bebés muchos más beneficios a la larga que perjuicios. Me refiero a aquellas personas que intentan decirnos que no es bueno coger en brazos a los bebés, que si los abrazamos o besamos en exceso acabarán por ser unos consentidos … algo que desde este punto de vista parece mal visto. Y matizo, mimar no es lo mismo que consentir.
Cuando digo mimar me refiero a abrazarles, besarles, decirles lo mucho que los queremos y cuán importantes son para nuestras vidas. No digo consentir, permitirles y darles todo cuanto quieran y deseen, no digo no poner límites a sus conductas y permitirles ser unos tiranos. Hablo de aportarles cariño y bienestar emocional en una etapa donde nuestros hijos son seres indefensos y dependientes del amor de sus padres.
Un bebé que experimenta la sensación de calidez, amor, bienestar y seguridad que proporcionan besos, abrazos y caricias será un bebé que creará un vínculo más fuerte y seguro con sus cuidadores habituales. Será un bebé que se convertirá en un adulto con mayor probabilidad de repetir estas conductas con sus hijos y por tanto en un ser capaz de mostrar sus sentimientos con total naturalidad.
Besar a tu bebé tiene beneficios para su salud
Uno de los beneficios de besar a tu bebé se relaciona con el fortalecimiento del sistema inmunitario, sobre todo durante los primeros meses de vida. Un estudio compartido a través de International Research Journal of Multidisciplinary Scope (IRJMS) sugiere una hipótesis para explicar estos efectos.
Según esto, las madres suelen besar la cara de los bebés recién nacidos. Al hacerlo, podrían estar absorbiendo algunos patógenos que habitan en la piel del pequeño. Luego, estos son transportados por los órganos linfoides secundarios (como las amígdalas), donde estimulan la actividad de las células B de memoria.
Dichas células son empleadas posteriormente para la producción de anticuerpos contra los patógenos, los cuales se transmiten al bebé durante la lactancia. La investigación determinó que besar a tu bebé tiene beneficios, que no obtiene con los besos de otro familiar. Estos últimos, de hecho, pueden ser perjudiciales.
Sistema inmunitario y oxitocina
Los besos están relacionados con un aumento de la liberación de oxitocina, también llamada ‘hormona del amor’. Esta se asocia con el placer y el afecto, pues interviene para que el cerebro pueda experimentar cariño hacia las personas del entorno. Por supuesto, desempeña un papel relevante en la relación madre-hijo.
Dicho esto, se postula que otro de los beneficios de besar a tu bebé es su efecto en la segregación de oxitocina, lo que también fortalece el sistema inmunitario. Y es que esta hormona funciona como una molécula que ayuda a afrontar el estrés y la enfermedad.
En particular, tiene potencial como antiinflamatorio y antioxidante. Se le atribuyen cualidades protectoras, sobre todo ante la adversidad y el trauma. Además, incide sobre el sistema nervioso autónomo y el sistema inmunitario.
Los besos de la madre ayudan al desarrollo intelectual
Por muchos años —y hasta el día de hoy— se difundió la creencia de que si una madre (o un padre) manifestaba demasiado afecto por su hijo podía ‘malcriarlo’ y desarrollarle problemas de dependencia y conducta. No obstante, esto no ha sido demostrado.
Contrario a esto, se ha observado que la muestra de afecto de la madre al bebé (a través de gestos como las caricias, los abrazos y los besos) contribuye a su desarrollo intelectual y cognitivo. Una revisión compartida en Sociology of Health & Illness asocia estos efectos con el desarrollo de un estilo de apego seguro.
De acuerdo con la publicación, los niños que reciben atención y muestras de afecto por parte de sus progenitores tienden a desarrollar una forma de apego seguro, lo que a su vez se vincula con la formación de conexiones cerebrales más fuertes asociadas a la competencia emocional y cognitiva.
Por otro lado, una investigación de publicada por Washington University in St. Louis demostró que las muestras de amor de la madre también afectan de forma física el volumen del hipocampo de su hijo, al aumentarlo en un 10 %. Esto es importante, ya que esta estructura interviene tanto en el aprendizaje, como en la memoria y en la respuesta al estrés.
Los besos de mamá forman adultos más resilientes
Fortalecer el vínculo emocional entre madre e hijo, con muestras de amor como los besos, también tiene ciertos beneficios para la salud emocional a largo plazo. Para ser más precisos, favorece la disminución de la ansiedad en la edad adulta e incrementa la resiliencia.