La anemia infantil es una patología que condiciona negativamente el aporte de oxígeno a los tejidos a través de la sangre. Esta se produce por un déficit de hierro y genera una situación de cansancio crónico y de fatiga. Ahora bien, existe una serie de alimentos que ayuda a combatir la anemia infantil cuando se introduce en una dieta variada.
Lo primero que hay que tener en claro es que es preciso asegurar un aporte óptimo de nutrientes a lo largo de la jornada. De lo contrario, podrían experimentarse ineficiencias en el funcionamiento de la fisiología humana a medio plazo, lo que daría lugar a enfermedades crónicas.
Alimentos para combatir la anemia infantil
A continuación, vamos a mostrarte cuáles son los principales alimentos que ayudan a combatir la anemia infantil. Todos ellos se caracterizan por la presencia de hierro en su interior en cantidades significativas. Este mineral será determinante para solucionar el problema.
1. Legumbres
Las legumbres cuentan en su interior con una gran cantidad de vitaminas y de minerales. Eso sí, también presentan fibra, que es una sustancia que puede actuar como antinutriente y reducir la absorción de los mismos. Por este motivo, será determinante cocinar las legumbres durante varias horas a fuego lento. Así, las fibras se ablandan y ejercen un menor efecto.
Hay que destacar que los expertos en nutrición aconsejan la presencia de legumbres en la dieta una o dos veces por semana, ya que aportan muchos elementos que resultan beneficiosos para la salud a medio plazo.
2. Hígado de ternera
Las vísceras se destacan por su densidad nutricional. De entre todas ellas hay que hacer especial mención al hígado. Este alimento contiene hierro de la más alta calidad, un elemento clave para evitar las situaciones de anemia. El aporte ineficiente del nutriente es una de las causas más frecuentes de la patología.
Además, el hígado cuenta con mucho menos riesgo microbiológico que otras vísceras frecuentes, como los intestinos. Por su parte, la aceptación por parte de los niños también es mayor. Además, puede incluirse en preparaciones culinarias distintas que camuflan sus características organolépticas en caso de que a los más pequeños no les agrade mucho esta comida.
3. Espinacas
Las espinacas cuentan en su interior con hierro de origen vegetal. La disponibilidad de este tipo de nutriente no es muy elevada, aunque se potencia de forma significativa gracias a la vitamina C, también contenida. La ingesta de ambos nutrientes en conjunto mejora la absorción del mineral.
De hecho, muchos suplementos de hierro se administran con vitamina C para corregir los casos de anemia que ya se han desarrollado. Por eso, es frecuente que se recomienden estos productos en los atletas, quienes cuentan con unas necesidades nutricionales aumentadas debido al esfuerzo y al impacto.
4. Mejillones
Algunos productos procedentes del mar también se pueden introducir en la dieta con el objetivo de combatir la anemia. En concreto, los moluscos se destacan por la presencia de hierro en su interior. Además, son una fuente de minerales y de proteínas, por lo que ayudan a garantizar un correcto crecimiento y desarrollo.
Es importante cocinarlos correctamente y asegurarse de que han pasado una serie de criterios de calidad. Pese a que no suele haber problemas con estos alimentos, cuentan con un mayor riesgo microbiológico que la mayoría de los pescados.
Introduce en la dieta alimentos para combatir la anemia
Como has podido comprobar, cuando el objetivo es combatir la anemia, habrá que incluir en la dieta una gran cantidad de alimentos con alta concentración de hierro en su interior. Si este mineral se administra con una cierta dosis de vitamina C, mejor aún. Así, se potencia la disponibilidad de un nutriente que, por lo general, cuenta con una baja tasa de absorción.
Recuerda que por medio del planteamiento de una dieta variada se hace menos probable que el niño desarrolle patologías crónicas y complejas. Por eso, es necesario asegurar el aporte regular de nutrientes esenciales. Si hay sospecha de un déficit, cabe la posibilidad de acudir a un especialista en nutrición para valorar la necesidad de suplementar con algún producto específico.