sonidos para bebéDurante las primeras semanas de vida, los bebés expresan su sensación de hambre o de incomodidad mediante gemidos y llantos. Alrededor del segundo mes de vida, comienzan a producir sus primeras risas, ligadas a la expresión de emociones positivas. Los sonidos emitidos hasta aproximadamente los dos meses de vida, en el periodo llamado “de fonación”, tienen muy poca semejanza con el habla de los adultos. Se trata fundamentalmente de sonidos vegetativos que acompañan la respiración o la deglución. Se trata de sonidos involuntarios, como la tos, los estornudos o los eructos, y no están relacionados con el desarrollo del lenguaje.

¿Cuáles son los sonidos que prefieren los bebés?

Tu voz – La voz de mamá puede ser el sonido más significativo y poderoso para un bebé. Una de las primeras voces que un recién nacido reconoce es la de mamá. Al son de esa voz, los circuitos neuronales del bebé se activan. Tu voz es vital para el desarrollo de su memoria, el aprendizaje del lenguaje y la regulación de las emociones. Además, la voz de mamá es un calmante natural que tiene la capacidad de relajar, divertir y amar.

Los latidos de tu corazón – En ese primer hogar, tu vientre, esos latidos fueren su música de fondo. Varios meses de estar expuesto a esa musiquita hacen que a tu bebé le encante estar cerquita de tu corazón al nacer. El contacto piel con piel, además de sus múltiples beneficios, le permite a un bebé sentirse en casa.

Ruido blanco o ruidos monótonos – Muchos estudios sugieren que el ruido blanco, como el de una maquina de ruido blanco o lavadora, ventilador o secadora, recrean los ruidos de la vida intrauterina ya que se asimilan a los ruidos que produce nuestro cuerpo. Estos sonidos pueden ser relajantes para un bebé. Algunos bebés prefieren sonidos de la naturaleza, como la lluvia u olas.

La música – Las conexiones neuronales que se crean al escuchar música le brindan a tu bebé oportunidades importantes para aprender a escuchar, recordar, calmarse y comunicarse. Los bebés prefieren la música clásica, villancicos, melodías repetitivas, tempos rápidos y las voces femeninas. De grandecitos disfrutan las canciones con sonidos de animales y ruidos chistosos como los estornudos.

La voz aguda de los adultos – Esas voces con entonaciones de ternura de papá u otros familiares les encantan a los bebés. En esos instantes que le hables con ese cariño especial, es posible que se le salga una sonrisa o te regale una mirada de atención.

Entre el segundo y tercer mes comienzan a aparecer de forma gradual un nuevo tipo de sonidos, a menudo llamados proto-sonidos, que serán especialmente relevantes porque ya están más relacionados con la adquisición del habla. Se trata de unas primeras vocalizaciones que los bebés no controlan todavía con precisión. Son sonidos casi vocálicos, muy cercanos a vocales como la [a] o también la [o] o la [u], y que se producen en la zona posterior de la boca mientras la lengua se aproxima el paladar blando, por lo que el resultado son emisiones que suenan como “gggaaaa” o “ggguuuu”. Un poco más adelante, hacia el cuarto o quinto mes, los niños parecen explorar sus posibilidades de fonación y a menudo emiten sonidos vocálicos largos, jugando con cambios de intensidad y entonación. Pueden producir chillidos, gritos agudos o graves y vibraciones con los labios o la lengua. Es el periodo de expansión de las emisiones vocales.

Los gestos faciales de los bebés nos indican que aprenden con mucha facilidad a imitar las expresiones emocionales de las caras de los adultos. Además, utilizan sonidos tempranos para expresar esas emociones. Las emociones negativas, como el miedo o la incomodidad, se asocian con los llantos. Las positivas, relacionadas con el placer, se asocian con las risas. A esta edad los bebés también son capaces de imitar algunos movimientos faciales, como sacar la lengua o abrir la boca.