Lamentablemente, no existe un manual para padres que nos diga paso a paso cómo debemos criar a los hijos, o una varita mágica que haga que ellos de la noche a la mañana sean personitas de bien, independientes y exitosas.
Por lo tanto, recurrimos a nuestra propia manera de educarlos como la intuición y la lógica, o incluso seguimos patrones aprendidos durante nuestra crianza para poder criarlos de la mejor manera posible. Sin embargo, en ocasiones podemos equivocarnos y esa manera que creíamos era la mejor, resulta ser todo lo contrario, ya que algunas veces solemos poner en riesgo la autoestima de nuestros hijos sin darnos cuenta.
Antes de comenzar a entender cómo es que podemos afectar la autoestima de nuestros hijos será conveniente definirla. Esta se entiende como la manera que tiene una persona de pensar sobre sí misma, su amor propio, su valor y aceptación, se trata del reconocimiento propio de las cualidades y defectos.
Cuando corregimos y castigamos a nuestros hijos sin tener un buen control de nuestras emociones, ponemos en riesgo su estabilidad emocional; provocando que ellos crezcan con ideas falsas sobre sí mismos, es decir, que se crean inseguros, incapaces y miedosos; por ende será complicado que ellos en un futuro alcancen a conquistar sus sueños.
Amor incondicional con graves errores
Dicho lo anterior, ahora podrás tener en claro que la autoestima es algo sumamente importante, tanto, que si la tenemos baja puede ser un factor que ponga en riesgo la propia vida. Ahora bien, ¿cómo podemos afectar la autoestima de nuestros hijos?
1. “Mejor, yo lo hago”
Un grave error que comenten algunos padres es hacer las cosas por sus hijos, con tal de ahorrar tiempo para explicarles cómo deben hacer, y que así aprendan por sí solos. Es recurrente que muchos padres decimos a los hijos “Déjalo, yo lo hago”. Esta frase puede estar poniendo en riesgo su autoestima ya que se desacredita la capacidad que tienen los hijos de hacer las cosas, incluso el mensaje que ellos interpretarán es que no son buenos para hacer algo.
A medida de lo posible evita hacer las cosas de tus hijos, de lo contrario nunca aprenderán a tomar decisiones y a experimentar las consecuencias de sus acciones. Lamentablemente, como padres nos será imposible siempre cuidar a los hijos y protegerlos; por ello, será importante que por sí solos comentan sus errores y aprenden a solucionarlos.
2. “¿Por qué no eres como…?”
Comparar a los hijos con sus hermanos, con los amigos o con cualquier otra persona, es un error garrafal que afecta gravemente la autoestima. Recuerda que todos somos personas distintas, con capacidades, habilidades y destrezas diferentes, por lo que para unos resulta fácil hacer algo, para otros no lo es.
Es por ello que en lugar de comparar a los hijos será mejor enseñarles a hacer la cosas y así, poco a poco ir descubriendo sus habilidades para reforzarlas y hacerlas más sólidas, de esa manera podrán alcanzar el éxito y sentirse personas más seguras y confiadas de sí mismas.
3. ¡No entiendes!
Cuando los padres dicen esta frase están al borde de la desesperación y frustración, posiblemente exploten sus emociones negativas con gritos, insultos y demás. Muchas veces es frustrante repetir y repetir la misma instrucción u orden, pero hay niños que de verdad no logran entender claramente las instrucciones o indicaciones.
Por ello debemos ser más empáticos y entender cuáles son las debilidades de nuestros hijos para que evitemos enojarnos o castigarlos sin necesidad. Si no entiende una orden, entonces utiliza otras técnicas para explicar lo que deseas.
Ten en mente que con esta frase puedes destruir la autoestima de tus hijos, ya que creerán que no son capaces de hacer las cosas de una manera correcta, que son idiotas o tontos. Incluso pueden sentir miedo al no hacer algo como lo quieres y pueden hasta creer que perderán tu amor si se llegan a equivocar.
4. Cuando los pones a prueba
Una cosa es indagar para qué son buenos los hijos, es decir, qué habilidades tienen y otra cosa es ponerlos a prueba, desafiarlos y exigirles más de la cuenta. Cuando te conviertes en un padre sumamente exigente puedes estar afectando la seguridad y el amor propio de tus hijos.
Evita ponerlos en situaciones que no pueden resolver por sí solos o que se les dificulta y más cuando algo lo tienen que hacer en público. En estos casos, se recomienda apoyar a los hijos y guiarlos hasta que terminen lo indicado, siempre con tu ayuda, amor y supervisión.
5. No escuchas
Es importante siempre hacer que nuestros hijos se sientan parte esencial del seno familiar, escuchando sus opiniones sobre cualquier decisión que tenga relevancia para el bienestar de todos los integrantes.
Ahora bien, si no escuchas a tus hijos y no los integras en las decisiones familiares, entonces podrás afectar su autoestima, ya que creerán que son poco valorados y poco queridos. Por tal razón será conveniente escuchar con atención, tomar en cuenta sus ideas (aunque sean inmaduras) y hacerles saber que ellos son importantes.
Como padres, muchas veces nos equivocamos y actuamos sin medir o analizar las consecuencias de nuestras propias acciones, así que de ahora en adelante, piensa bien qué le dices a tus hijos y la manera que cómo te comunicas con ellos para evitar afectar su autoestima.