La neofobia alimentaria es un trastorno alimenticio en emedio del cual existe una aversión o negación a comer alimentos nuevos por diversos motivos: el sabor, el olor, las texturas, la apariencia… relacionando esta comida con una experiencia negativa.

Entonces, la neofobia puede ser un comportamiento normal en los pequeños pero que, en caso de no ser gestionado adecuadamente podría llegar a generar una serie de problemas futuros. Cómo papás podemos terminar agotados por tanta negativa del niño a comer nuevos alimentos.

Aunque a veces se nos agota la paciencia y la situación puede llegar a ser bastante estresante no puedes desesperarte. Lo primero es que no debes obligarles a comer aquello que no quieran ya que con esto nada ganas y por el contrario hace que se agrave más el problema. El pequeño al sentirse presionado generará una experiencia negativa y por esto, no querrá repetirla nuevamente, evitando aún más el consumo de nuevos alimentos. En parasube te proponemos una serie de tips que podrían ser de mucha ayuda a la hora de gestionar esta situación con tu hijo:

  • Seguir ofreciendo alimentos en casa de forma saludable
  • Ser un buen ejemplo
  • Reforzar aquellos alimentos que sí pruebe o toque
  • Retos pequeñitos alcanzables, serán un gran éxito
  • Dejar que exprese su rechazo y respetarlo. Seguramente a nosotros tampoco nos gustan otros alimentos y no pasa nada.
  • Ofrecer, el alimento visible en la mesa y no forzar
  • Los comentarios de “qué malo está esto” “qué aburrido” o cualquier otra queja que puedan escuchar, dejan huella. Precaución con esto.
  • Hacer de la comida un momento relajado y divertido

Causas de la neofobia

Resulta complicado determinar el origen de esta fobia, ya que no hay un hecho específico que la desencadene. Sin embargo, influye la predisposición genética y otros factores como los estilos cognitivos, tipos de personalidad o influencia del aprendizaje vicario.

De todas formas, es muy probable que todo se deba a la simple idea de la supervivencia. Los seres vivos le tenemos miedo a lo desconocido porque puede tratarse de una amenaza mortal. Podría considerarse un mecanismo de defensa ante las intoxicaciones alimentarias, un mecanismo que todos usamos.

Si vemos que un alimento huele de forma desagradable, tiene un color no natural o tiene sabor muy fuerte, rápidamente desconfiamos del estado del alimento. En muchos casos este se deshecha o se consume con el miedo de que dificulte la digestión.

Cómo puede tratarse la neofobia en niños

El tratamiento de la neofobia alimentaria depende de la edad del niño, si se encuentra en el rango de 2 a 6 años, o si supera esta edad.

  • Durante la infancia

Si la neofobia alimentaria se trata antes de los 6 años, se puede solucionar de forma sencilla. No hay necesidad de recurrir a la psicoterapia, todo consiste en crear experiencias agradables al consumir alimentos nuevos. Esto significa que es mala decisión forzar los niños a comer algo, porque lo asocian a una experiencia negativa.

Hay una serie de consejos que se pueden poner en práctica, algunos te serán más útiles que otros ya que cada niño es diferente. Estudios de psicología recomiendan la alimentación por repetición, esta es aquella en donde el niño acepta los alimentos porque ha visto varias veces que alguien más lo hace.

Evita mostrar enojo o ansiedad cuando el pequeño rechace la comida, no insistas demasiado y deja que se retire de la mesa. No utilices los castigos o sobornos. Eso sí, no le debes ofrecer nada más hasta la siguiente comida. Las comidas entre horas no mejoran el tratamiento, no le debes ofrecer ningún comida alternativa.

Es cierto que la comida entra por los ojos, así que ayuda que la comida sea atractiva para el niño.

Con estos consejos los padres combaten la neofobia alimentaria desde casa. Así previenen que se convierta en un trastorno.