Tener un control de tu peso en el embarazo es algo importante, este influye directamente en la salud de la madre y el bebé en formación. Perder o ganar demasiado peso durante este período no debería ser normal, y en ambos casos es fundamental visitar a un especialista para que sea él quién diseñe un plan para recuperar o perder los kilos necesarios.
¿Cuál es el peso que puede aumentar una embarazada? ¿Es normal estar perdiendo peso en lugar de ganar? ¿se ve afectado mi bebé en caso de que esté sufriendo de sobrepeso o desnutrición?. En parasubebe te contamos.
El peso y el embarazo:
Probablemente el sentido común indique que se debe “comer por dos” durante el embarazo por lo que es normal que como consecuencia, la madre aumente de peso. Sin embargo, no siempre es el caso. Hoy en día los expertos hablan de un equilibrio que debe estar relacionado al peso preconcepcional de la madre, y en base a una nutrición sana. En general, las embarazadas deberían subir cerca de 10 kilos en total. Si una mujer se encuentra bajo peso en su estado inicial, debería subir unos 12 kilos, mientras que una que esté con sobrepeso debería subir unos 7 kilos. Por eso es importante que consultes con tu médico y acudas a controles prenatales.
Lo que sí está claro es que el peso de la embarazada tiene una relación directa con el peso del niño al nacer. Aunque no es el único factor: también incide la funcionalidad de la placenta en el tamaño del bebé.
Las mamás que suben mucho de peso pueden tener más riesgo de sufrir diabetes gestacional, hipertensión o preeclampsia, entre otras patologías comunes en embarazadas.
Durante el segundo trimestre, la mujer debería subir cerca de 4 kilos, y en los últimos tres meses puede aumentar unos 5 kilos. Esta alza de peso acelerada es normal.
No se recomienda “comer el doble”: considerando una ingesta promedio de 2.000 calorías diarias, sería necesario agregar solo 200 a 300 calorías al día en la dieta. Lo ideal es que sea en base a lácteos y proteínas. No es la cantidad, sino la calidad de los alimentos lo que hacen que tanto mamá como bebé reciban el aporte de nutrientes necesarios.
Aumento de peso más alto al ideal
La obesidad durante el embarazo es un tema que debe tomarse en serio, pues puede traer consecuencias negativas para el bebé.
Riesgos relacionados a sobrepeso de la madre:
- Hipertensión, que podría derivar en preeclampsia.
- Diabetes gestacional.
- Complicaciones en el parto, como sufrir desgarros o hemorragias.
- Trastornos serios que pueden afectar la salud del bebé.
Algunas recomendaciones para aquellas mujeres que presentan un peso más allá del saludable para su cuerpo son:
- Comienza bien el día con un desayuno completo: comida principal en la que puedes comer de todo un poco. Consume leche y derivados, cereales, frutas, jamón, entre otros.
- Aliméntate varias veces con porciones pequeñas: no te saltes comidas ni hagas ayuno, tu cuerpo necesita energía. Divide tu alimentación en un buen desayuno, un snack de media mañana, almuerzo, snack de la tarde, cena y otra colación liviana antes de dormir.
- Disminuye la cantidad de grasas y azúcares en tu dieta, pero sin excesos: no debes eliminarlos por completo. En el balance está la clave. Aumenta la ingesta de fibra, que se encuentra en frutas, verduras y cereales.
- Come lento y mastica harto rato: esto ayuda a saciar el hambre si sientes que estás comiendo más de lo que deberías. Además favorece la digestión.
- Realiza ejercicios físicos: se recomienda un ejercicio moderado, bajo supervisión de un doctor, para quemar calorías que podrían sobrar. Caminar, hacer yoga y nadar son algunos ejercicios seguros y recomendados durante el embarazo.
- Beber mucha agua: la hidratación durante el embarazo ayuda a la mujer a mantener un equilibrio hídrico y acelerar la digestión.
Disminución de peso por debajo de lo normal
Muchas mujeres pierden peso de forma no intencionada, sobre todo en los primeros meses de embarazo. Esto puede ser consecuencia de la somnolencia, náuseas y asco a ciertos alimentos.
La correcta formación del bebé depende en gran medida de los alimentos que ingieras, en cuanto a cantidad y especialmente calidad. Por lo tanto, si durante el primer trimestre observas una reducción de kilos, consulta con tu doctor.
Hay dos aspectos que debemos controlar si se pierde peso: la deshidratación y la desnutrición, ya que pueden suponer peligros que hay que atajar.
Si se sigue una dieta sana, lo más probable es que durante el segundo y tercer trimestre se vaya recuperando el peso perdido en la primera etapa de egstación. En caso de que no sea así, debe llevarse una dieta más estricta, recomendada siempre por un especialista.