Un cambio del estado de ánimo suele ser el primer indicador de una infección de oído en los bebés. En el momento en que el niño comienza a llorar más de lo habitual o se vuelve especialmente molesto, es cuando sus padres deben empezar la búsqueda del origen de la situación. Aunque una infección de oído a veces se acompaña de fiebre, este no es siempre el caso.
Algunos de los otros síntomas que pueden ayudar a reconocer la infección del oído en los niños es una disminución del apetito, síntomas de un resfriado, diarrea o dificultad para dormir. Aunque algunos de estos síntomas son sutiles, siempre es una buena idea hacer que el bebé sea revisado por un pediatra.
Por qué a mi bebe le huele mal el oído
La inquietud de los padres al notar un olor desagradable en los oídos de sus bebés es completamente comprensible. Este fenómeno, en muchos casos, puede asociarse a la acumulación de cerumen, pero es crucial reconocer que existen diversas causas potenciales detrás de este problema. Aquí, te explicaremos las causas del mal olor de oído en bebés, permitiéndote comprender a fondo experimenta esta afección:
- Acumulación de cerumen: es una causa frecuente del mal olor en los oídos de los bebés. El cerumen, o cera auditiva, normalmente tiene la función protectora de atrapar partículas extrañas y prevenir infecciones. Sin embargo, cuando se acumula en exceso, puede volverse propenso a la proliferación bacteriana, generando así olores indeseados.
- Infecciones en el oído: también pueden ser responsables de que el oído de un bebé huela mal. Las bacterias u hongos que causan infecciones pueden liberar compuestos volátiles con olores característicos. Más adelante, te proporcionaremos información detallada sobre cómo distinguir si el mal olor está vinculado a una infección y cómo tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de futuras complicaciones.
- Otros factores posibles: además de la acumulación de cerumen y las infecciones, existen otros factores que podrían contribuir al mal olor en los oídos de tu bebé, desde alergias hasta problemas dermatológicos. Comprender la gama completa de factores posibles es esencial para un enfoque integral y eficaz.
Cómo reconocer la infección de oído en los bebés
Cuando un bebé tiene una infección de oído, el primer síntoma es que se puede observar una disminución en su deseo de comer. De hecho, podría ser doloroso poder tragar. A veces el bebé empezará a mamar, pero apartarse después del primer o segundo trago.
La infección del oído en los niños es casi siempre precedida de un resfriado, así que esté atenta a cualquier muestra de los síntomas, tales como el moco amarillo o verde. Si el bebé tiene un resfriado y de repente se muestra más agitado, podría ser otra señal de que se el virus se ha extendido a sus oídos. Aunque la diarrea no se asocia normalmente con la infección del oído en los lactantes, puede ser un síntoma al que también se le debe prestar atención.
A veces, cuando un bebé tiene una infección de oído, seguramente no va a querer estar acostado y podría despertarse más a menudo durante la noche. Esto puede ser una señal de que su pequeño no se siente bien.
Consejos para minimizar el dolor de oído en bebés
Abordar el mal olor en los oídos de tu bebé puede ser una tarea sencilla si sigues algunas estrategias prácticas respaldadas por la evidencia. Aquí te ofrecemos consejos efectivos que puedes aplicar en casa para quitar el olor del oído a un bebé, teniendo su seguridad y bienestar:
- Limpieza suave: es crucial mantener una limpieza suave y delicada de los oídos de tu bebé. Utiliza una gasa estéril o un paño suave humedecido con agua tibia para limpiar suavemente alrededor de la oreja, evitando insertar objetos en el canal auditivo. La higiene regular puede prevenir la acumulación excesiva de cerumen, una de las causas comunes del mal olor.
- Aceites naturales: algunos aceites naturales, como el aceite mineral o sustancias aceitosas como la glicerina, pueden tener propiedades beneficiosas. Aplica una pequeña cantidad de aceite en un hisopo de algodón y limpia delicadamente sólo el área exterior del oído. Estos aceites pueden ayudar a mantener la piel hidratada y prevenir la sequedad que a menudo contribuye al mal olor.
- Mantén una higiene auricular adecuada: fomentar una buena higiene auricular desde temprana edad es esencial. Aprende a limpiar los oídos de tu bebé de manera segura y evita prácticas que puedan causar daño, como el uso de hisopos dentro del canal auditivo. La prevención es clave, y mantener una rutina de cuidado regular puede contribuir a evitar problemas en el futuro.