Cuándo por fin tenemos a nuestro bebé en brazos, queremos inmortalizar muchos momentos, una de las mejores maneras de hacer esto, es tomando fotos de cada momento y nueva vivencia del bebé. Pero, ¿qué tan recomendable es tomar fotos usando el flash de la cámara al bebé?.
La idea de que el flash de las cámaras de fotos puede afectar, incluso de gravedad, a los ojos de los bebés está muy extendida. Sin embargo, los expertos lo desmienten. Y es que no hay estudios específicos sobre esta cuestión, la bibliografía no registra ningún caso y, dadas las características de esa luz, resulta improbable que pueda causar daño alguno. Este artículo brinda detalles acerca de las pocas probabilidades de que la luz del flash de las cámaras de fotos generen problemas sobre los ojos del bebé y de por qué sí la luz del sol puede ser peligrosa para la visión de los bebés y niños.
Fotos con flash al bebé
Los flashes de las cámaras solo pueden deslumbrar al bebé, pero no causan daños. Por ello, no existe un impedimento para que tomes algunas fotos con este elemento fotográfico.
En contraposición a esto, en 2015 salió a la luz una noticia que aseguraba que un bebé de 3 meses en China había quedado ciego luego de que le tomaran una foto con flash muy cerca. Aunque no se dieron mayores detalles de este caso, los expertos consideran que esta no pudo haber sido la causa de su ceguera, debido a que el flash es intermitente y no tiene una longitud de onda tan fuerte. Además, el bebé no está expuesto a esta luz artificial de manera permanente.
Pocas probabilidades de que el flash genere problemas en los bebés
La visión del bebé al nacer es muy reducida. La mácula (la zona central de la retina que permite apreciar los detalles finos) todavía no está desarrollada, por lo cual el niño solo percibe cambios en la intensidad de la luz y zonas de contraste. Solo puede ver, además, hasta una distancia de 20-30 centímetros desde sus ojos y, por eso, muy pronto puede reconocer el rostro de su madre. Con los meses, la visión se afina hasta pasar de ser el sentido menos desarrollado en los recién nacidos, al más importante para relacionarse con el mundo.
Consejos para fotos del bebé
Si bien la luz del flash no es dañina, si es importante cuidar los ojos del bebé, pues las estructuras oculares están aún poco desarrolladas y sensibles a estímulos externos. Por ello, evita apuntar el flash muy cerca de su rostro y no le tomes fotos con flash en habitaciones oscuras.
Asimismo, ten en cuenta estas recomendaciones para tomarle fotografías a los bebés de forma segura:
- Opta por la luz natural: busca que las fotos de tu bebé sean cerca de la ventana o en espacios abiertos. Así, no necesitarás usar el flash.
- Dispara la cámara en modo continuo: esto permite capturar varias tomas y así, conseguir la foto esperada de tu bebé.
- Ten paciencia: los bebés tienen sus propios horarios de alimentación y sueño, así que se paciente y flexible mientras esperas la toma ideal.
- Busca el lugar ideal: además de ser iluminado, busca de que el fondo sea seguro, adecuado y ordenado.
Importancia de proteger los ojos del bebé de la luz del sol
La inmadurez del sistema visual de los bebés hace que sus ojos tengan una menor capacidad para filtrar la radiación luminosa. Debido a eso, la luz natural, es decir, la del sol sí que entraña muchos riesgos para los niños pequeños. Por eso, es necesario protegerlos de manera especial sobre todo en la nieve y la playa.
En general, cuando se habla de radiación ultravioleta (UV) es para referirse al cuidado de la piel, pero los ojos también resultan afectados. La radiación UV puede dar lugar al desarrollo de cataratas y ceguera transitoria en lugares nevados, La nieve, el agua, la arena e incluso el asfalto reflejan los rayos solares con mucha intensidad.
Por ello, es fundamental proteger los ojos, sobre todo los de los bebés, de la exposición a esta clase de luz. ¿Cómo hacerlo? Se debe evitar que los niños se expongan al sol en las horas de mayor intensidad y, en particular, en verano entre las 11:00 y las 17:00 horas. También hay que procurar colocarles gorritos o sombreros de ala ancha y que, a partir de los cinco o seis años, utilicen gafas para el sol.