dormirse sin cenarSi no cenamos, es posible que adelgacemos, ya que el cuerpo lo tomará como un ayuno intermitente y, por lo tanto, quemará las grasas de reserva. De este modo, se puede regular el apetito. Sin embargo, esto también se consigue con una cena ligera, aunque en este caso se evitan los riesgos de no cenar.

Muchas veces porque el niño esta cansado, porque se ha llenando, porque no tiene mucha hambre o porque se nos ha echado el tiempo encima, los padres mandamos a acostar al pequeño sin que este tome ningún tipo de alimento o solo “un yogurt”. Descubre los riesgos de mandar al niño a la cama sin cenar, una practica que tiene consecuencias muy negativas para su salud.

4 razones por las que un niño nunca debe irse a la cama sin cenar

Si tradicionalmente se considera el desayuno como una de las comidas más importantes del día, no menos importante es la cena, y practicamente por el mismo motivo.

El desayuno es la comida que rompe con el ayuno nocturno (des-ayuno), y de ahi radica su importancia, por lo que, del mismo modo, la cena se convierte en una comida principal, porque sin ella, el  ayuno nocturno seria aún mayor. ¿Que riesgos hay si el nino se va a la cama, cada dia, sin cenar?

Lamentablemente, muchos, aunque puede que sus sintomas no se detecten hasta la adolescencia o incluso la edad adulta.

1. Obesidad
Precisamente, y aunque parezca contradictorio, el hecho de saltarse una comida aumenta el riesgo de obesidad. El cuerpo, ante esta situación de falta o escasez de comida, entra en un estado de alarma que le hace almacenar nutrientes, sobre todo grasas, aumentando no solo el riesgo de sobrepeso y obesidad, sino tambien de enfermedades coronarias, por la posible acumulacion de grasas en venas y arterias.

Además, se presenta tambien un riesgo de hipercolesterolemia, pues el organismo tiende a almacenar el colesterol que vehiculizan las grasas por si no se obtiene en las ingestas posteriores.

2. Metabolismo
Ante la falta de alimento, el cuerpo disminuye la velocidad en la que metaboliza los macronutrientes, y este metabolismo lento o ralentizado aumenta el riesgo de obesidad.

Adicionalmente, y en un intento de adaptarse, el cuerpo demandara mas comida en la siguiente ingesta, por lo que, muy probablemente, termina comiendo mas de lo necesario.

A lo largo de la noche, el cuerpo puede sentir hambre, lo que le hace estar alerta. Esto puede provocar que no se duerma placenteramente, perdiendo calidad del sueño e incluso aumentando los niveles de grelina, los cuales avisan al cerebro precisamente de eso: de que tiene hambre.

3. Diabetes
Tan mala es la falta como el exceso de azúcar en sangre, ya que el pancreas se encuentra con situaciones extremas en las que el cuerpo necesita cantidades extremas (minimas o maximas) de insulina que pueden afectar seriamente su funcionamiento.

La falta de azúcar circulante –debida a un ayuno muy prolongado- puede derivar en una incapacidad para concentrarse durante el dia, algo que no es nada recomendable cuando el nino tiene que estar atento y dinamico para afrontar su rutina escolar.

4. Dolores de cabeza o migrañas
Uno de los problemas mas frecuentes de que los niveles de azúcar sean extremos son los dolores de cabeza, que, en ocasiones, pueden convertirse en algo tan serio e incomodo como las migrañas, y afectar tanto el tan necesario descanso nocturno como el rendimiento del niño en la escuela.

5. Falta de energia y de motivación
El cuerpo del niño necesita energia de liberación constante, y cuando esta no se libera de manera paulatina, el cuerpo sufre para adaptarse, pudiendo afectar al humor y al estado de ánimo del niño.

No conviene tampoco exagerar y ser extremistas, ya que, el que un dia –o dos- el niño se acueste sin cenar, no va a causarle mayor problema. Es el hecho de que “saltarse la cena” se convierta en un hábito alimentario cotidiano o normal en la vida del niño, lo que supone un peligro para su salud.

Además de ser un elemento indispensable en el dia a dia, muchos pediatras insisten en que las consecuencias de las noches sin cenar pueden ser imperceptibles en la infancia pero manifestarse en la adolescencia o adultez. Por ese motivo, presentamos los mayores riesgos a los que se exponen los ninos cuando se acuestan sin comer.