Cuando hablamos de lactancia mixta, nos referimos a alimentar al bebé con leche materna y, alternamente, con leche artificial.
Si bien se hace énfasis en que se mantenga la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses del bebé, algunas veces esto no se lleva a cabo, ya sea por alguna condición específica de la mamá o el bebé o sencillamente por decisión propia de la mamá, lo cual es respetable.
¿Porqué fracasa la lactancia mixta?
En muchas ocasiones, la lactancia materna fracasa y se convierte en lactancia artificial. Esto puede deberse a diferentes motivos (o a una combinación de varios).
- No se soluciona la causa que llevó a pautar una lactancia mixta. En este caso hablamos de esas lactancias mixtas por “obligación”, en las que un profesional sanitario pauta suplementos porque el bebé no está comiendo lo suficiente. Esto puede deberse a que la madre no produce suficiente leche y/o a que el bebé no es capaz de sacar toda la que necesita. La mayoría de mujeres somos perfectamente capaces de producir toda la leche materna que necesita nuestro bebé; los casos de hipogalactia primaria son raros, pero ante una necesidad de lactancia mixta hay que descartarlo. También puede suceder que el bebé tenga dificultad para extraer toda la leche que necesita: frenillo sublingual corto, hipotonía, retrognatia… Muchos de estos problemas tienen solución, pero si no actuamos sobre ellos, la producción y/o extracción de leche materna continuará siendo baja. Esto llevará en muchos casos a aumentar progresivamente la cantidad de fórmula y la lactancia pasará a ser casi exclusivamente artificial.
- Del biberón sale más leche y más rápido. La alimentación con biberón es totalmente diferente de la lactancia materna. Cuando los bebés maman, sacan pequeñas cantidades de leche cada vez. Incluso hacia los tres meses tienen que estar mamando un par de segundos hasta que la leche empieza a fluir (crisis de los tres meses). En cambio, del biberón salen grandes cantidades de leche en poco tiempo. Esto puede hacer que algunos bebés se impacienten con el pecho y acaben prefiriendo el biberón.
- Confusión tetina- pezón. La forma de succionar del pecho es totalmente diferente de la forma de succionar del biberón. En el primer caso, el bebé debe colocar la lengua debajo del pezón y la areola, hacer buen sello con los labios y realizar movimientos peristálticos con la lengua para bombear la leche. En el caso del biberón, en cambio, la succión es diferente y la leche sale con más facilidad. Aunque no sucede en todos los casos, algunos bebés podrían confundirse, y tratar de succionar del pecho como lo harían el biberón; con el consiguiente enfado porque la leche, así, no va a salir.