El embarazo y el parto son momentos que van a poner a prueba la fortaleza de tu cuerpo y mente. Una buena preparación física y mental planificada unos meses antes de la concepción facilitarán el camino.
Cómo preparar el cuerpo para el embarazo
Un estado físico saludable contribuye a lograr un embarazo más rápido y que evolucione de la mejor forma. Dependiendo de tu situación física actual y tu historial médico puedes requerir más tiempo para conseguir las condiciones idóneas para un embarazo, pero por lo general es aconsejable prepararse al menos 3 meses antes de la concepción. A continuación, te damos unos consejos para arrancar:
- La visita preconcepcional con un especialista. Fundamental para cualquier pareja que está iniciando la búsqueda del embarazo y especialmente para aquellas que tienen alguna enfermedad, condición o tratamiento que pueda influir en la concepción o en el desarrollo del embarazo como son las alteraciones de tiroides, tensión arterial, diabetes, sobrepeso o enfermedades que pueden afectar a la fertilidad como la endometriosis, el síndrome de ovarios poliquísticos o la enfermedad celíaca.
- Abandona los hábitos tóxicos. Evitar las sustancias tóxicas es recomendable en cualquier etapa vital, tanto para el hombre como para la mujer. La búsqueda de un embarazo puede ser un momento idóneo para lograr una vida saludable, si no la llevas todavía. Dejar el tabaco, el alcohol y el consumo de otras drogas mejorará tu fertilidad y se reducirán enormemente los riesgos durante el embarazo para la madre y tu bebé.
- Empieza a tomar suplementos de vitaminas. Puedes acudir a la matrona para que os aclare qué suplemento es recomendable incorporar, como el ácido fólico o el yodo. Habitualmente se aconseja tomarlo entre 3 y 1 mes antes de la concepción.
- Cuidad tu alimentación. Una dieta equilibrada, baja en alimentos grasos o ultra procesados, y rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas ayuda a fortalecer vuestra salud, incluido el sistema inmune y hormonal.Esto ahora cobra especial relevancia, ya que así estarás cuidando tanto tu salud como la del bebé.
- Practica ejercicio físico con regularidad. Es recomendable realizar ejercicio físico de 3 a 5 veces por semana, alternando ejercicio aeróbico (caminar deprisa, nadar, bicicleta…) con ejercicio de tonificación y fuerza (sentadillas, flexiones…). Evita el ejercicio físico extenuante como maratones, triatlones, etc.
- Fortalece el suelo pélvico. Un suelo pélvico sano y fuerte te ayudará a tener un parto más fácil, y también previene complicaciones en el posparto como la incontinencia o el prolapso de los órganos pélvicos. Los ejercicios de Kegel, los hipopresivos o el pilates os ayudarán a trabajar el suelo pélvico.
- Cuida tu salud mental y emocional. La búsqueda del embarazo puede ser estresante y difícil en algunos momentos, sobre todo cuando el deseado positivo tarda un poco más en llegar. En pareja o en solitario, buscad tiempo para relajaros: meditar, leer o compartir momentos con amigos o familiares, te ayudará a mejorar vuestra salud mental.
Hazte examinar
Si se encuentran problemas o necesidades, lidia con ellos temprano. Asegúrate de que estés inmunizada completamente para prevenir un posible daño fetal. Por ejemplo, si nunca has tenido rubéola ni te has vacunado contra la rubéola o no estás segura, dile a tu médico. Si un análisis de sangre indica que no tienes inmunidad, puedes vacunarte. Debes entonces esperar al menos 3 meses después de vacunarse antes de intentar quedar embarazada.
Como parte de tu examen físico, quizá desees pedir un examen del preembarazo. Dicho examen puede ayudar a determinar los riesgos para ti o tus hijos potenciales a causa del embarazo. Este conocimiento puede ayudarte a decidir si deseas ver a un médico de medicina familiar o a una partera para la atención durante el embarazo, o si requieres el cuidado de un especialista. También puede ayudarte a decidir qué pruebas quieres hacerte durante el embarazo.
Considera realizarte pruebas genéticas
Habla con tu médico acerca de si te deben hacer pruebas de detección de enfermedades hereditarias (trastornos genéticos). Las pruebas de detección para trastornos genéticos incluyen aquellas para:
- La fibrosis quística.
- La enfermedad de células falciformes.
- La enfermedad de Tay-Sachs.