Denominamos duelo perinatal al duelo que se experimenta tras la muerte de un hijo, cuando el fallecimiento se produce durante el periodo que va desde la concepción hasta el primer año de vida.
El rasgo fundamental que caracteriza a este tipo de pérdidas es que se tiende a quitarles importancia, o son silenciadas por parte del entorno, cuando en realidad son tan dolorosas como cualquier otra. Tal es así, que suelen encuadrarse dentro de los llamados “duelos silenciados o desautorizados”.
Las diferentes pérdidas del duelo perinatal
En el duelo perinatal se reúnen varias características que lo hacen único: por un lado están los sentimientos de pérdida y dolor, que son inherentes a todo proceso de duelo. Por otro lado, presenta características definitorias como son: la pérdida del momento de convertirse en padre o madre; la pérdida del rol de padre o madre, si se trata del primer hijo; la pérdida de la inocencia con respecto al embarazo y el parto; la pérdida del derecho a mencionar a ese hijo en ciertos lugares, así como la pérdida del contacto y de la posibilidad de crear recuerdos.
El doliente tiene todo el derecho a dolerse y hay que respetar su tiempo para elaborar este proceso como necesite. Quizá este sea uno de los mayores retos a los que se va a enfrentar el doliente que ha sufrido una perdida perinatal: atender y reconocer su necesidad de dolor. Incluso dentro de la pareja, cada uno llevará su proceso, con sus diferentes necesidades, formas y tiempo. Compartir en pareja un proceso de duelo requiere un esfuerzo de comunicación, comprensión y empatía por parte de los dos.
Creencias erróneas en torno al duelo perinatal
Cuando tiene lugar una pérdida perinatal, es frecuente que los dolientes escuchen en su entorno frases como: “Eres muy joven, podrás tener más hijos”, etc. Con esta respuesta, el entorno familiar busca aliviar el dolor -desde la buena voluntad- y animar a quien está sufriendo. Sin embargo, aunque detrás de estas frases haya un intento de dar ánimos, el mensaje que recibe el doliente es que se está minimizando su dolor y su proceso.
Este duelo tiene asociadas otras pérdidas que hay que atender, aunque no suelen contemplarse ni tenerse en cuenta, y que ponen de manifiesto la complejidad de esta pérdida. La forma en que el equipo médico haya tratado la experiencia de la muerte influye en gran medida en la evolución posterior del duelo. Los dolientes de este tipo de pérdida valoran mucho la escucha, la comunicación sensible de las malas noticias y la explicación de las distintas opciones de las que disponen.
Ayuda tras la pérdida de un bebé
La muerte perinatal se caracteriza porque la vida y la muerte están muy próximas y porque deja vacío de recuerdos el espacio de alguien tan importante para los padres como es el hijo que esperan, o que ha fallecido durante su primer año de vida. Una forma de ayudarles a validar esos recuerdos es darles una caja en la que puedan ir reuniendo cosas que evoquen a su hijo: desde ecografías, objetos de especial simbolismo (que haya podido utilizar el bebé, o no), etc. De esta forma, pueden testimoniar su duelo y contarán con un espacio al que acudir para reconfortar su dolor.
Para muchas personas también es importante poder realizar un ritual de despedida. El problema es que, si la pérdida se produce durante el embarazo o el parto, no suele haber posibilidad de hacer funeral o entierro. Cuando los dolientes sientan que es el momento y que esto puede ser beneficioso, pueden realizar un acto simbólico de despedida: ya sea acudiendo a un lugar especial para ellos, escribiendo algo que sea significativo, o realizando algún gesto conmemorativo como, por ejemplo, plantar un pequeño árbol.
Superación del duelo perinatal
Todo esto son ejemplos e ideas de actos que pueden orientar y resultar útiles para los padres en su afrontamiento de este proceso, pero que no son obligatorios para elaborar adecuadamente este tipo de duelo. Al ser un duelo que se caracteriza porque el entorno tiende a minimizarlo, cada doliente tiene que escucharse y averiguar qué necesita para poner en valor su dolor y atenderlo adecuadamente.